Mucho se ha escrito y se ha dicho respecto a un tema como este, lleno de apasionamiento por sus seguidores y de aciertos y desvaríos de sus detractores; particularmente desconocía poco del mismo pues consideraba que era un tema sin base científica, simplemente no me llamaba la atención. Sin embargo en los últimos meses, en donde mi vista estuvo más concentrada en seguir a un cometa verde llamado Lulin e investigando acerca de los satélites que inundan nuestra atmósfera, pude observar algunos comportamientos curiosos de alguno de los planetas de nuestro sistema que me motivaron a realizar este análisis el cual comparto con ustedes.
Comencemos diferenciando los polos magnéticos de los polos geográficos, el primero comienza en el núcleo terrestre y se expande al espacio exterior y el geográfico es el punto ¨físico¨, sea Norte o Sur, que coincida con el eje de rotación planetaria. Otros polos existentes tanto en el norte como en el sur son:
1- El Polo Geomagnético, punto de intersección de la superficie de la tierra con los ejes del actual campo magnético terrestre.
2- El Polo Celeste, punto imaginario donde apunta el eje de rotación terrestre.
3- El Polo de Inaccesibilidad, punto en ambos extremos del planeta más alejado de todas las tierras circundantes e inaccesible (¿porque?). Cabe destacar que son escasas las expediciones que se lanzan a buscar estos puntos.
En el Polo de Inaccesibilidad Sur existe la controversia acerca de su ubicación real y se dan varias coordenadas diferentes según sean los criterios para hallarlo (¿?) y El polo de inaccesibilidad Norte por la deriva de las placas de hielo polares ninguna estructura permanente puede señalarlo (¿?). Cabe destacar que las brújulas no apuntan al polo Norte geográfico sino al polo Norte magnético, definido como el lugar donde el campo magnético es perpendicular a la superficie, por lo que en latitudes altas son bastante imprecisas. En pocas palabras, si decides ir al Polo Norte de nada te servirá llevarte una brújula.
Ahora bien, ¿porque no coinciden los polos magnéticos y los polos geográficos? Veamos, científicamente toda esfera sólida con dos polos en el extremo de su eje, y un centro magnético que se comporta como un imán, debieran sus polos magnéticos coincidir con sus polos geográficos. Esto es lo que debe ser si tomamos en cuenta las leyes de la física. Además debido a la acumulación de materiales ferromagnéticos (como hierro) en su interior y al movimiento diferencial relativo respecto a las demás capas, el campo magnético resultante tendría tanta intensidad que su masa atraería a todos los planetas del sistema, y posiblemente sería más pesada que el sol.
Observando el comportamiento planetario de los planetas que conforman nuestro sistema nos damos cuenta que ningún cuerpo celeste posee semejante fuerza magnética en su interior (a excepción de los agujeros negros que atraen todo hacia ellos), todo lo contrario, se expande, se aleja como en determinado momento nuestra luna se ira alejando de nosotros, algo natural astronómicamente hablando.
La razón de que los polos magnético y geográfico no coincidan es que, mientras el polo magnético está sobre y a lo largo del borde de la abertura polar, el geográfico está en el centro, en el aire, no en tierra sólida. El verdadero polo magnético y centro de gravedad es un punto en el centro de la corteza terrestre, que estará a 650 kilómetros de profundidad, y corre a lo largo de la abertura (¿?).
Por esta razón, la aguja de la brújula sigue apuntado en sentido vertical hacia abajo cuando se pasa el borde de la abertura y se entra en ella. Sólo después de pasar el centro, la aguja apuntaría hacia arriba en vez de abajo. En ambos casos, después de llegar al borde de la abertura polar, la brújula ya no funciona en sentido horizontal como antes, sino vertical. Todos los exploradores árticos que llegaron a latitudes tan elevadas hicieron la misma observación, y siempre los desconcierta.
Formación extraña en la superficie de Saturno. en el recuadro el Polo Norte de Venus (Mariner 10 1970)
Uno de los hechos más enigmáticos de la exploración del Ártico es que, aunque es un área de océano, cubierta de agua, que se congela por encima o está abierta en partes (según la época del año) muchos exploradores señalan que hay grandes extensiones de océano abierto en los puntos mas cercanos al polo, mientras que más al sur hay más hielo.
Algunos exploradores dijeron que hacia mucho calor a veces y que debieron quitarse sus abrigos. Esto se explica debido al viento norte que en el Ártico se hace más cálido a medida que uno navega hacia el norte más allá de la latitud de 70 grados. Pero siendo justos, en una esfera sólida, ni la ciencia ni la razón pueden proporcionar una teoría racional de por qué hace más calor a medida que se avanza hacia el norte (¿?).
William L. Blessing nos dice al respecto “La tierra no es una verdadera esfera. Es chata en los polos, o tal vez deba decir, comienza a achatarse en los polos. El polo es sólo el borde externo de un círculo magnético, donde la aguja magnética de la brújula apunta hacia abajo. A medida que la tierra gira sobre su eje, el movimiento es giroscópico. El polo giroscópico externo es el borde magnético de un círculo. Más allá del borde, la tierra se achata e inclina en forma gradual como un cañón hacia el interior. El verdadero polo en el centro exacto del cono es perpendicular, pues este punto es el centro exacto de la abertura que va al interior (¿?). Asimismo, hay que descartar la antigua idea de que cuanto mas profundamente se penetra en la tierra más calor hace”.
Observando las imágenes “reales” de los diversos planetas que rodean nuestro Sol (no fotos retocadas, con un halo negro casi perfecto en su entorno sino fotos reales de telescopios de uso general) podremos percatarnos que en su mayoría los polos de todos los planetas son chatos, sin embargo sorprende el ver que las fotos oficiales encontradas en la red nos muestran imágenes con capas difusas en sus polos. ¿Auroras Polares?
Todos los exploradores que han estado cerca de los polos terrestres han escrito acerca de la majestuosidad de la aurora boreal, pero conozcamos científicamente como se produce: El Sol, situado a 150 millones de km de la Tierra, está emitiendo continuamente partículas cargadas: protones, con carga positiva, y electrones, con carga negativa. Ese flujo de partículas constituye el denominado viento solar. En las proximidades de la Tierra, el viento solar es deflectado por el campo magnético de la Tierra o magnetósfera. Las partículas atrapadas en la magnetósfera colisionan con los átomos y moléculas de la atmósfera de la Tierra, típicamente oxígeno (O) y nitrógeno (N); el aporte de energía proporcionado por las partículas perturba a esos átomos y moléculas, llevándolos a estados excitados de energía las cuales devuelven dicha energía en forma de luz. Esa luz es la que vemos desde el suelo y denominamos auroras.
Extraño que siendo un proceso tan normal no ocurra en otros lugares del planeta donde se dan las mismas condiciones, solamente en los polos. También resulta muy extraño que veamos estas manifestaciones en otros planetas como Júpiter y Saturno, que no tienen atmósfera ni oxigeno, elementos esenciales en la formación de estos fenómenos astronómicos. No podemos decir que es debido al campo magnético de estos grandes planetas pues igual situación ocurre en Marte, el cual carece de un campo magnético análogo al terrestre. A menos que empecemos a confiar en teorías como las del Dr. Marshall B. Gardner quien nos afirma que las auroras no son más que reflejos de la luz que emiten los planetas desde su interior.
Aurora Polar en Júpiter
En cuanto a las nebulosas, Gardner señala que las nebulosas planetarias muestran una estructura de caparazón, en general con una estrella central, como observó H. D. Curtís de la Astronomic Society of the Pacific en un articulo publicado en Scientific American del 14 de octubre de 1916. Dice lo siguiente: “Se estudiaron cincuenta de estas nebulosas por fotografía con el reflector Crosly, usando diferentes métodos de exposición para destacar los detalles estructurales de las porciones centrales brillantes, además de aquellos de las partes más difusas que las rodean.
La mayoría de estas nebulosas revelan una estructura más o menos regular de anillo o caparazón, por lo general con una estrella central. Gardner escribe: “¿Por qué los científicos nunca han considerado con seriedad el problema de la forma de la nebulosa planetaria? Por fotografías y observaciones, saben que la nebulosa planetaria asume la forma de un caparazón hueco, abierto en los polos y con un núcleo brillante, o sol, central en el medio”.
Gardner señala que al igual que parte del fuego original de la formación del sistema solar permanece en el centro como un sol, ocurre con cada planeta individual, por el mismo proceso que permitió la formación del sistema solar y por la continuación del mismo movimiento rotatorio general se arrojan hacia la periferia las masas pesadas por fuerza centrifuga.
Esto se evidencia en que la mayoría de los planetas de la periferia, como Urano y Neptuno, son más grandes que aquellos cercanos al sol, como Mercurio y Venus. En el caso de la formación de cada planeta, parte del fuego original ha permanecido en el centro de cada uno, para formar el sol central, mientras los elementos más pesados fueron arrojados hacia la superficie para formar la corteza sólida, y así dejar el interior hueco.
Por Juan Carlos Jiménez.
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