Una vez no habia nada, me asuste y cerre los ojos y le permiti a mi mente que recreara y ya no fue convincente; quise gritar pero a quien le grito? si veia muchas mascaras como la que tenia en mi mano, no la queria soltar, (ademas aun esta pegada a mi carne y me duele), insisti, mis palabras eran huecas, sin sentido, la locura estaba hablando hasta por los ojos mientras la cabeza parecia un crater lunar y el cuello se inflaba tanto que dolian hasta los huesos. Y entonces la forma era deformada, libre, suelta, con ganas de volar y despues caer de pie en la tierra.
Marita