..ENTONCES, hasta en el Spremo Sol existe la dualidad?
El Cristo, Espíritu Solar, vs. Sorat, demonio solar
Tal y como hemos expresado ya, solo las entidades rezagadas de la 3ª jerarquía espiritual pueden acceder al interior del alma del hombre, convirtiéndose en los tentadores morales más poderosos y seductores del hombre: los espíritus luciféricos le inducen al orgullo y a la soberbia, los ahrimánicos a la mentira y al temor, y los asúricos al odio a los humanos y a la crueldad absurda y gratuita.
Los espíritus rezagados de la 2ª jerarquía no pueden acercarse al hombre como tentadores morales, por que su ámbito de acción es la naturaleza exterior (terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, incendios y otros cataclismos naturales), ocasionando gran sufrimiento humano, desgracia, destrucción y muerte. No será hasta la cadena de Júpiter que el hombre participe conscientemente en el combate con las fuerzas del mal que proceden de las dos jerarquías más elevadas (la 1ª y la 2ª).
De Sorat, el Demonio Solar adversario del Cordero (el Cristo), se sabe que pertenece a una Jerarquía superior al Sol, y que sus fuerzas están enfrentadas a las del Sol, luego por ello no actúa directamente contra el hombre sino contra el Espíritu Solar más elevado: el Cristo. El Sol es residencia de la 2ª jerarquía, como Jerarquía Solar a la que se llama “Espíritus de Luz”, de manera que Sorat es, por el contrario, el Espíritu de las tinieblas absolutas, el Demonio Solar por antonomasia.
El único y verdadero nombre del Cristo es “Yo Soy”, lo cual supone una afirmación total del principio del Yo, así como el Demonio Solar es la negación más radical del principio del Yo (Anticristo significa literalmente “Negador del Yo”). Como el centro y principal razón de la Era terrestre actual es el desarrollo del Yo humano, la actividad anticrística de Sorat está dirigida contra ese Yo, pero también contra sus creadores, es decir, contra todos los espíritus jerárquicos que dieron al hombre su Yo individual. Por ello Sorat es el adversario principal de los Elohim solares o Espíritus de la Forma, que son los verdaderos Padres celestiales del hombre como entidad provista del Yo.
Será en un futuro lejano cuando tendrá lugar la lucha definitiva contra Sorat, en el momento en que la humanidad disponga por completo de las fuerzas espirituales para poder emplearlas a favor del Cristo o a favor de su adversario, en una batalla entre los hombres que usarán la magia blanca y los que practicarán la magia negra. Será la separación anunciada entre buenos y malos, donde quedará establecida la humanidad rezagada de la tierra que habrá escogido el sendero negro y que llevará el sello del número de la Bestia: 666, Sorat. Y en ese momento, profetizado en el Apocalipsis, solo será posible resistirse a Sorat desde las fuerzas de la auténtica “magia blanca”, cuya fuente será el Logos Solar que entró en la tierra cuando tuvo lugar el Misterio del Gólgota: el Cristo.
Steiner se refirió siempre más a las entidades luciféricas y ahrimánicas (y a Cristo como centro y equilibrio entre ambos en el grupo escultórico del Goetheanum) que a las asúricas y a Sorat, y ello es debido a que el hombre solo podrá avanzar en su desarrollo espiritual tras haber alcanzado ese equilibrio, ya que para tener acceso al reino de Cristo ha de establecerse previamente un balance armónico y consolidado entre esas potencias adversas. Pero para resistir las tentaciones de las potencias asúricas, mucho más poderosas que aquéllas, que presionan cada vez más al hombre, y para poder enfrentarse, con posterioridad al año 1998 (666 x 3), con el Demonio Solar Sorat, el hombre necesita la ayuda de Cristo. La diferencia es que Lucifer y Ahriman quieren seducir al hombre para subyugarlo y utilizarlo para sus propias metas, llevándolo a su reino, que es la llamada “octava esfera”, mientras que los espíritus asúricos y los demonios de Sorat no intentan subyugar al hombre, sino destruirlo completamente como Yo humano.
FUENTE