Por Rosana Garcia para Revista Digital Ser Azul.
Las relaciones kármicas son aquellas que se manifiestan es esta vida como pareja y vienen con una carga emocional irresuelta de otra u otras vidas.
Con lo cual podrá cambiar el escenario y los roles de los actores pero la misión de encontrarse ya estará pactada desde antes de encarnar.
Esa misión a cumplir es siempre positiva, es decir se da para subsanar pensamientos, acciones y palabras que hayan quedado mal cualificadas de otra vidas y con lo cual el desafío en esta vida es el generar un dharma sobre el ese karma.
El encuentro.
Un encuentro kármico se produce inevitablemente siempre porque ya estaba trazado en ambos destinos por los propios personajes antes de la nueva transmigración de almas.
Estos encuentros álmicos se identifican fácilmente a través de las siguientes características:
ü Primero, porque la coincidencia surge de manera casi inexplicable, es decir no importa que estas personas se conozcan o no, porque quizás ya se conocen y se tratan pero sus almas no se han conectado todavía y el reencuentro álmico aun no se ha producido, pero cuando llega el momento del despertar se reconocen y de ellos nace una atracción inequívoca provocada por el magnetismo de esta nueva oportunidad de estar juntos. ¿Juntos para qué? Para cortar nudos kármicos, es decir, que esta relación debe ser o ser.
ü Segundo, porque estas personas ven en el otro algo insólitamente familiar y entre ellos nacen emociones muy intensas rápidamente. Ello produce una afinidad mutua que los impulsa a estar juntos. ¿Juntos para qué? Para cumplir la misión de saldar deudas recíprocas y de allí la prisa.
Por eso, casi siempre se estas relaciones kármicas se confunden con el amor a primera vista.
ü En tercer lugar un encuentro kármico se traduce con una relación de rápida resolución, se reencuentran, se aprenden rápidamente y se separan en general dolorosamente. O en el peor de los casos no cortan el vinculo y pasan a una forma de experimentación aun peor, porque crean una relación enferma y nociva difícil de cortar, que hasta se torna trágica y la cargan a la siguiente vida.
Estos encuentros prontamente se transforman en relaciones autodestructivas, y de ellas brota rápido mucha obsesión, posesión, dolor, opresión y aflicción y se genera un circulo vicioso del que los integrantes no pueden escapar. Pareciera que una terrible fuerza dominadora los obligara a estar juntos. ¿Juntos para qué? Para aprender en esta nueva experiencia del perdón, la compasión y el soltar con amor.
El génesis.
Generalmente el origen de estas uniones entre personas, en alguna vida, fue el amor, solo que desapareció por alguna razón y sus integrantes no supieron manejar el desamor por no controlar su propio ego y apareció el dolor que es llevado como impronta vida tras vida.
¿Que traen las relaciones kármicas?
Dado que estas personas se han conocido en otras vidas, han formado vínculos, entonces al relacionarse originaron un mundo entre ellos, por ello consigo vienen impregnadas intensas emociones.
Estas emociones son las que quedan cualificadas en las almas en relación de a uno hacia otro, son estas emociones irresueltas, las que se trajeron de bagaje a esta encarnación y deben sanarse en esta oportunidad. Pueden ser emociones amorosas no correspondidas, culpa, agonía, pérdida, falta, ausencia, engaño, etc.
Lo llamativo es el apuro enigmático que tienen estas almas para su resolución, el ser intrínseco de cada uno es sabio y solo busca su liberación.
La nueva oportunidad.
Estas almas se han ganado una nueva gran posibilidad de resolver estos paradigmas kármicos. En este caso, todo dependerá de la sapiencia de cada uno y la conexión con su propio ser interior como para no volver a repetir los viejos patrones emocionales que ha generado lazos energéticos negativos entre estas almas, encarnación tras encarnación.
El universo que esconde todos los secretos de las almas organiza el escenario para que el encuentro se dé tantas veces como sea necesario hasta que esas almas sanen, evolucionen y se liberen.
Axiomas Hindúes.
Muy oportunamente podemos utilizar cuatro Leyes espirituales de la India con las que se puede graficar esta situación.
Primera Ley: "La persona que llega a nuestra vida es la persona correcta".
Jamás ninguna persona aparece en nuestras vidas por casualidad no obstante, si tenemos en cuenta que esta reapareciendo, ya está todo sincronizado en el gran enrejado de relaciones. Cada individuo que emerge ante nosotros, es para que entablemos una experiencia de aprendizaje o sanación.
Segunda Ley: "Lo que sucede en ese vinculo es lo único que podía haber sucedido".
El contexto y las circunstancias están siempre dados para que desarrollemos nuestra experiencia de manera satisfactoria para ambos. El tiempo de prueba estaba ya definido, el tema es aprovecharlo. Aquí no aplican las variables y las conjeturas.
Tercera Ley: "En cualquier momento que comience el vinculo es el momento correcto".
Siempre el momento es el momento justo para nuestro aprendizaje y entendimiento, es decir no aparece nadie si no estamos preparados para poder comprender el mensaje que nos quiere dar esa relación.
Cuarta Ley: "Cuando el vinculo termina, es porque se ha terminado".
Toda historia comienza en el momento justo en el sitio indicado, más aun, en el tiempo definido y en el lugar elegido por nosotros mismos antes de encarnar, y si nos dimos otra oportunidad es para aprovecharla, capitalizar la experiencia, para sanar heridas y para fluir mutuamente cuando el vínculo termina.
Namasté, mi alma saluda a tu alma.