Llegó hasta su nuevo destino, un lugar completamente azul. No recuerda haberse
sumergido ni nada por el estilo, pero el lugar pareciera como si fuese el fondo del mar.
Aunque podía decir que no lo era, ya que sus movimientos no se veían dificultados,
la presión era aparentemente la normal y, aunque no lo necesite, aún podía respirar.
Tocó el timbre, la anfitriona recibiéndolo. "Buenas tardes..." se inclinó hacia adelante
en forma de saludo "Mi nombre es Tateki, y vengo de la Casa de Flan..."
Entró al lugar, todo decorado de azul profundo, el peliblanco con una pizca de
preocupación en el rostro "Uhm, no estamos en el fondo del mar, verdad...?" dijo al fin,
preocupado de que la casa cediera ante la presión del agua, así que debía
cerciorarse de cualquier peligro...
Ah, antes que nada, debía de acabar por lo que había venido. Le extendió una de
las cajitas a la dueña del lugar "Un presente, de parte de la Casa de Flan... Espero sea
de su agrado." dió una leve reverencia. Observó nuevamente el lugar, buscando
algún indicio de peligro, pero nada. Observó a lo lejos a través de una ventana, y no
se encontró con ningún paisaje submarino, ningún pez, nada. Suspiró aliviado, no
tenian ningún peligro allí, y podría retirarse tranquilo. Se dirigió hacia la anfitriona "Debo
marcharme ya... debo seguir entregando los paquetes..." le sonrió levemente, dando
una pequeña reverencia de despedida. Tomó sus paquetes y dió un último vistazo al
lugar todo azul que simulaba el fondo submarino, saliendo del lugar para dirigirse hacia
la próxima casa. |