La respuesta de la muchacha le interesaba realmente poco. Pero Yonna era por demás minucioso en las palabras y acciones de los demás. Mucha gente podría pensar que era un perseguido de sí mismo, que creía que se sentía siempre atacado por los comentarios ajenos. Pero de hecho era, que además de detallista, le gustaba molestar a los demás con sus propias palabras. El hecho de escuchar sobre una misión peligrosa, escoltar a un noble a su mansión que podía defenderse solo, le interesaba poner en aprietos a las marionetas que no prestaban atención a sus palabras.

Y como era de esperarse, la respuesta de la chica le pareció vacia, sin sentido y en otras palabras… prácticamente estúpida.

-(...) Como por ejemplo, podrías hartarte de mi y tratar de matarme –

Y Yonna sonrió para sí mismo, dejando escapar una inaudible risa que podía pasar desapercibida con facilidad.

–Cuando me harte de ti, no intentaría matarte… - Se oyó su voz, masculina, firme, segura y sobre todo determinante        - … Directamente lo haría-

Sus ojos se vieron fijos en un hombre frente a él, junto con cuatro desconocidos detrás de quien Yonna conocía seguro. Pues ese mismo hombre después se dirigió a él con unas extrañas palabras – Usted se está metiendo en un terreno que no le corresponde – Pero Yonna se mantenía en silencio, solo lo miraba con las manos en los bolsillos y la tranquilidad de siempre, completamente desinteresado en las palabras que estaba escuchando (y peor se dirigían a él) – Recibes subvención del Emperador solamente por arrodillarte frente a sus pantalones caidos, o es que siemplemente te gusta meter las narices en donde no te incumbe? –

Recordaba bien a ese señor, un líder mafioso que ocasionaba caos en la cuidadela mientras utilizaba dragones drogados para trasportar dinero del Cardinal de Tierra al Palacio Imperial. La gran avaricia por encontrar la vida eterna, y los secretos de los alquimistas del Cardinal Sur, traficando dinero para comprar información eran objetivos que Yonna conocía muy vagamente

 –Creo que estas en el Cardinal equivocado, apártate de mi camino, debo pasar –

Dio un paso con absoluta confianza (por no decir, altivez) y esos hombres comenzaron a moverse, separándose todos por distintos puntos. Uno por la derecha, otro por la izquierda, dos saltaron hacia arriba y el jefe de la mafia se dirigió repentinamente a Yonna.

Comenzó a atacarlo con movimientos agiles y pre estudiados, pero Yonna esquivaba sus brazos y piernas sin intenciones de sacar las manos de los bolsillos. Odiaba ser molestado, pero suponía que el hombre estaba realmente enfadado. Aunque le daba igual.

La mirada del ojimiel seguía imperturbable mientras era atacado. Habían comenzado una batalla que él no quería continuar, aunque estaba seguro que tendría que hacerlo. Miró de reojo como los otros cuatro se habían dirigido a atacar a la Shattenmaske, y volvió sus ojos al hombre que cada vez se enfadaba y se cansaba más.
                                              Ahora sí tendría su preciada misión peligrosa . 

El hombre que se movía ansioso de la pelea, y de matar (porque ese era el principal objetivo, matar a Yonna) comenzó a cansarse de dar vueltas y ahora estaba dispuesto a utilizar sus podres. Una machina, eso era el jefe de la mafia. Una habilidosa machina con apariencia normal, de carne y hueso. Quien agitado dejó escapar de entre sus manos un rayo eléctrico dirigido hacia el ojimiel, quien enseguida lo desvió con su mente hacia otro lado, obligándose a sacar las manos de los bolsillos, al verse más atacado que antes, una y otra vez rayos y más rayos que se dirigían a él pero que al final terminaban chocando contra las paredes del callejón, contra uno de los hombres del mafioso y rozando el  cabello atado de la Shattenmaske.

-aah..-Se quejó levemente moviendo su rostro a centímetros de ser golpeado por uno de los rayos y cuando el jefe se detuvo para armar una bola grande de electricidad, Yonna aprovechó  a maniobrar con su mano la tierra y arena que se encontraba en el lugar, provocando algo de falta de visión ante la tierra en cuestión, apareciendo detrás de ese hombre y agarrar su frente con fuerza, y mantenerlo con la cabeza inmóvil mientras la tierra de los alrededores entraba en su boca, nariz, ojos y orejas dejándolo rápidamente sin vida. Sosteniendo de pie con un brazo por debajo del cuello, mirando con firmeza a los otros cuatro hombres que de pronto al ver a su jefe morir frente a sus ojos, retrocedieron con temor, pero como es propio de la mafia, continuaron la batalla. Volviendo a atacar a la muchacha con más intensidad, dos ocupándose de ella y el otro que quedaba vivo y desocupado, se dirigió al dreachmaister, quien lo esperaba dejando caer al líder al piso, completamente disecado, y volviendo las manos a los bolsillos, calmado. Sin más ganas de perder tiempo allí. Una mafia de machinas, que inteligente. 

El tiempo pasaba lentamente tras esquivar los movimientos de su enemigo como si estuviera burlándose de él. Manteniendo las manos en los bolsillos y prácticamente sin prestarle atención, solamente le faltaba dejar escapar un bostezo para que notara que realmente estaba en una pelea que le aburría. Nada para Yonna valía realmente la pena. Y se debía considerar a alguien muy especial para que Yonna lo creyera “interesante”.

De un momento a otro, y quizás al ver que Yonna se daba el permiso para matar, la chica acabó con facilidad a los dos hombres que le molestaban, haciendo saltar a uno en partes metalicas que rebotaron contra el piso provocando un ruido a lata que a cualquiera daría risa. Cualquiera menos Yonna claro está. Mientras esquivaba los movimientos de la machina que lo atacaba, el ojimiel miraba como la chica acababa con sus oponentes con destreza. Con inteligencia. No solo atravesar a alguien con shurikens sabían hacer los shattenmaske. Lo sorprendía. O quizás aún siga burlándose de ella en su cabeza. Que podía hacer sorprender a Yonna?

El sujeto que estaba frente a él fue atravesado por una lanza que enseguida lo apartó de su cuerpo clavándolo en la pared. Y la chica habló. Porque parecía que no podía permanecer callada siquiera cuando peleaba.

Se preguntaba si en la cama también acostumbraba a parlotear tanto.

. . . 

-Vaya amigos que tienes-

Y un pedazo metálico, procedente de algún cuerpo en el suelo, golpeó contra la cabeza de la shattenmaske. Seguramente, producto del poder telequinetico del dreachmaister que osadamente arrojó contra la muchacha. Pero Yonna no pareció inmutarse ante eso. Simplemente dio media vuelta y continuó su camino – Lo siento – Dijo mientras se alejaba de allí, con los sentidos bien puestos en algún objeto que pueda volar hacia él o algo similar en busca de venganza. Dispuesto a detenerlo en el aire sin problema alguno.

Como esperaba la chica se enfureció cuando el pedazo de lata cayó “accidentalmente” sobre su cabeza. Pero incluso le pidió disculpas y todo! Que gente desagradecida! Que esperaba? Que le diera las gracias por acabar con un grupo de mafiosos miserables que podría haber asesinado él mismo sin sudar una gota? Que se pusiera de rodillas suplicando perdón  por golpearla? Para nada. Solo daba las gracias cuando se estaba realmente agradecido. Aunque, bueno, para empezar siquiera lamentaba haberle golpeado.

De nuevo continuó con su caminata tranquila y la voz furiosa de la muchacha se oyó de nuevo – Porque rayos hiciste eso? – Que necesidad tenia de maldecir? Que poco femenina. –Hey! Un simple ‘gracias’ hubiera sido mejor –Continuaba su paso inalterable. Parecía un niño molesto por alguna cuestión? Que le pasaba? Quizás solo estaba en su periodo y le tocaba trabajar este día. Le tenía lástima.

El tiempo pasaba y la muchacha no se iba. Yonna caminaba con paciencia hasta su casa. Pasos largos y lentos parecía que estaba flotando. Que se deslizaba por el suelo con las manos en los bolsillos completamente vestido de blanco. Parecía un verdadero fantasma en realidad. Aunque su aura orgullosa y soberana indicaba que tenia un carácter indicado para manejar a los dragones. Que mejor que entender a una criatura arrogante que otra criatura arrogante?

A unas pocas cuadras más, y sin salir del Cardinal Norte Yonna frenó sus pasos. Ahora sí, indignado de tener a alguien siguiéndolo como si fuera un perrito. Él no necesitaba compañía, y en este momento le estaba sobrando demasiada. Frenó su próximo paso y se acercó a la chica, tranquilamente aunque intimidante. Todo en Yonna intimidaba.

La hizo caminar hacia atrás, suficiente como para detenerse a centímetros de su rostro cuando la muchacha chocó contra unas de las paredes del callejón.

-De verdad comienza a molestarme que me estés siguiendo todo el tiempo. Conozco el camino a mi casa no soy idiota –su voz sonaba dictadora y masculina. Su mirada se mantenía completamente fija en los ojos de la shattenmaske – Te pido por las buenas que te vayas ahora si no quieres que el concejal reciba un reporte negativo sobre tu trabajo – Su aliento chocaba contra el rostro de la muchacha. Y su mirada filosa parecía escarbar en los secretos más profundos de ella.  

-Supongo que es la parte donde salgo corriendo con la cola entre las patas – Respondió la muchacha demasiado valiente a su gusto. Demasiado imprudente. Solo las perras se van con la cola entre las patas…

-Ya se que no eres idiota- Respondió de nuevo como si quisiera acentuar el hecho de que no lo creía idiota, y eso hacía que Yonna sospechara que ella sí creía que era idiota. Un juego de palabras, sencillo pero oculto… Que el ojimiel entendía muy bien.

Con un sutil movimiento la chica lo rodeó con los brazos e invirtió la situación. Pegándose mucho demasiado a él. Yonna solo se dejó mirándola normalmente, aunque levemente interesado… expresión que Suzu no pudo notar al tener frente a él un hombre de pocas expresiones. –Solo sido ordenes, ya te lo dije, te guste o no, solo acabaré mi trabajo y ya, asique porque no solo lo aceptas y lo haces más fácil para los dos… neeee? –Sintió uno de los dedos de la chica en sus labios y el ojimiel entreabrió su boca. Quedándose quieto y en silencio durante varios minutos.

-…-

Después subió una mano al brazo de la muchacha recorriéndolo hasta llegar a la mano que tenía cerca de su boca, sosteniendo aquella mano y alejarla de él, quedando de pronto en una posición como si estuvieran bailando. La otra mano, se posó suave en su espalda recorriendo sus curvas hasta tomarla de la cintura con firmeza. Y colocarla de nuevo contra la pared.

Mirándola de cerca, arrimó su boca a la boca de la muchacha y a solo unos milímetros de besarla, susurró – Al menos mantén distancia antes que no me pueda contener – Quiso sonreír, pero no lo hizo. Necesitaba más motivación antes de mostrar su sonrisa. Dejandola con la duda... en que sentido no podría contenerse.

Y sin más, dejándola contra la pared y con la sensación de un posible beso, Yonna se alejó de su cuerpo rápidamente. Como se dejan olvidadas a las putas después de utilizarlas. Colocó sus manos en los bolsillos, y siguió rumbo, ahora hacia el lado contrario. Sin que nadie entendiera porque.

La voz de la muchacha parecía mucho más insoportable mientras más pasaba el tiempo, o quizás sea mi parecer – Pensó para sí mientras miraba tranquilo hacia adelante, volviendo sobre sus pasos. Si podía llegar a donde se encontraba el concejal quizás pudiera deshacerse de esa mujer antes que llegaran a la mansión del ojimiel y tenga que encontrarse con Yessika que seguramente la invitaría a pasar y tendría que soportarla cerca de él más tiempo que el que pudiera soportar siquiera. Asique ahora en su mente estaba ir donde se encontraba ese hombre que de un momento para otro le había traído tantos problemas al asignarle un… guardaespaldas?. Yonna exhaló.

-Aaah? Vas en la dirección contraria (…) – Claro que voy en la dirección contraria, no soy estúpido – Creí que querías salir de aquí para deshacerte rápidamente de mí (…) – Eso no implica necesariamente, deshacerme de ti – El honor de un ninja está en cumplir con su trabajo – ...Error – Pensaba para sí el dreachmaister mientras no daba vuelta la cabeza para mirarla. No tenía interés en explicarle por donde pasaba el honor de un Shattenmaske. Elioth era lo suficientemente importante como para que Yonna le explicara los pilares en donde se sostenía el orgullo de un ninja, pero esta mujer… esta mujer solo era un impedimento a lo que Yonna llamaba “La satisfacción del buen sentido del humor por medio del silencio y el aislamiento”.

Prácticamente balanceándose en el fino hilo de la paciencia seguía paso por paso destinado a terminar con el tema de tener un escolta por demás insoportable y fácilmente predecible. Muy diferente a escoltas que otras veces le han mandado (sin su consentimiento, claro) que eran respetables, silenciosos y soportables. Esta chica era sin duda, la peor desilusión para el escuadrón Shattenmaske.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por un escandaloso conjunto de gritos que provenían de uno de los callejones que se comunicaban con el callejón por donde él caminaba. Y miró de reojo y con recelo hacia aquel lugar, viendo gritar y correr a las mujeres chocandose entre ellas del otro lado de la angosta calle. Y ver correr a un muchacho no más alto que él pero sí más corpulento, riéndose contagiosa y ruidosamente mientras corría inclinado hacia adelante. A ese muchacho también lo había visto en la fiesta de su cumpleaños, aunque no sabía su nombre. Yonna alzó una ceja, mirándolo comportándose como un crio cuando parecía un hombre grande, de cuánto? 40 años quizás?.

. . .

Le encantaba provocar caos usando a Patona para que se escondiera entre el cabello de las damas y entre los pantalones de los caballeros. No era que era dañino, tampoco era cruel. Solo era demasiado extrovertido, como un niño en busca de travesuras para divertirse con su mascota. La araña otra vez había hecho de las suyas y había armado revuelos. Quien sabe para que? Por gusto personal o solo para hacer reir a Yahel. Como lo iban a saber? El ojiverde elevó la mirada y se encontró con una imagen que lo dejó sorprendido. El joven Yonna caminando por el Palacio Imperial seguido de un ninja que dudosamente podría ser el Joven Elioth. No recuerdo si el chiquito tuviera pelo largo o corto pero sin duda no tenía el cabello violeta. El shattenmaske de la mansión Aurum era rubio como el sol. –Además no tenía tanta curva en el pecho. Pero estaba sorprendido de ver a un ninja vestido con un traje de ninja. Que diablos digo? Que tiene de extraño ver a un ninja vestido de ninja? Es como ver a un rey con corona o un soldado con ropa de soldado.

El tiempo pasó mientras Yahel miraba a la chica con cara de bobo.

-O ver a un rengo con bastón y a un patinador con patines, también es normal ver a un gato con bigotes o un lobo marino con piel de lobo marino.

La araña caminó rápidamente por el suelo a una velocidad sorprendente mientras comenzaba a treparse por la pierna de Suzu, subiendo por su cuerpo y estando en cuestión de segundos posada sobre el hombro de la Shattenmaske.

-SUZU-CHAAN! – Agitó la mano el ojiverde llamándola aunque la distancia entre ellos no fuera tan grande. La costumbre suya de gritar cuando estaba emocionado.

Rió levemente caminando hacia ella visiblemente (por no decir exageradamente) exaltado. Entusiasmado y feliz de encontrarse con la mariposa pastel ………vestida de, ¿ninja?.

Se quedó a pasos de ella sonriéndole bobamente, la recordaba como si hubiera sido ayer cuando bailó con él, y había quedado prácticamente… encantado con ella. Miró a un lado y vió a un Yonna muy desinteresado mirándolo fijamente haciendo que Yahel trague saliva costosamente y volver los ojos casi a la fuerza a la mujer – Que… que… como estas!? –Levantó las manos con alegría y de nuevo una sonrisa en su rostro. Tan despistado.

El ojimiel miraba el nuevo espécimen acercándose a la muchacha como si fueran amigos de la infancia y aprovechó el momento oportuno para solo, escapar de allí caminando hacía donde estaba el concejal. Sin perder el propósito de pararse frente a él y dar una muy mala opinión sobre los servicios que la Shattemaske le otorgaba. Teniendo en cuenta la importancia de unas palabras de un noble, Suzu estaba sin dudas, en muy graves problemas.

Tomó en su mano, entre sus gruesos y fuertes dedos aquella tarjeta que parecía tener el nombre de alguna calle, tal vez negocio, o algún lugar especial donde, esperaba, podía hubicarla. –Lo siento Yael, estoy trabajando, quizás en otra ocación ne…- Le dijo al ojiverde antes de marcharse concentrada en seguir a Yonna. O mejor dicho… a esa momia muda y extraña que era fácilmente confundible con un alienígena poco amigable. –Si yo, emm… Adiós! Mariposita-kun! – Alzó el brazo en un saludo dejando ver su varonil y muy apestosa axila peluda. Se encontraba como un niño sorprendido y confundido.

Porque Suzu estaría siguiendo a ese hombre? Era él, acaso alguien peligroso? Algun sospechoso o algo similar? Quizás solo significaba que estarían trabajando juntos? …-Bueno, no parecen muy compañeros, no Patoncita? –El Litch miró a la araña que estaba en el suelo. Quien se quedó mirando a la pareja irse.  –Bueno! Que travesura podemos hacer ahora? –Sonrió mirando a todos lados y vio una ventana abierta, apareciendo en su cabeza con agilidad infantil, una decisión estupenda para recaudar dinero y pagar todas las deudas que debía en cualquier parte del Imperio. Utilizar a su mascota para espantar esposas aterradas que seguramente pagarían bien a un exterminador de arañas que mágicamente había tocado la puerta por accidente. Vaya vocación!

. . . 

-Estás a unos pasos de llegar a tu casa y prefieres regresar?? – Sus ojos se Yonna se dejaban ver fijos en el camino frente a él. Completamente irritado. Mierda, esa mujer parecía una sanguijuela o alguna especie de pulga transgénica mejorada y adaptada para volver loco a su huésped. Sus pasos se vieron deteniéndose con tranquilidad al cabo de unos minutos más de caminata. Y el ojimiel se dio la vuelta, volviendo sus pasos frente a la shattenmaske. Continuaba con las manos en los bolsillos y los ojos fijos en ella, pero su rostro se vio firme y amenazantemente a solo unos centímetros – Que debo hacer… ? –

Su voz ronca se dejó oír invadiendo cualquier tímpano- Dime que tengo que hacer para que me dejés en paz -