Habia conseguido una de las psyché gigantes que volaban hacia el Templo del Cielo, con muchos
ruegos y súplicas y más que vergüenzas, pero lo logró al fin. Desvió con mucho cuidado la mariposa
que montaba hacia donde marcaba el mapa.
La siguiente casa era... en una nube?! Es imposible... C-cómo se sostendría... Y sobre una nube gris de
tormenta más aún! Tal vez su visita fue en vano... Pero al llegar ahí pudo comprobarlo por sí mismo,
con cosillas puestas alrededor, unas cuantas marionetas colgadas, todo un hogar, sosteniéndose en la
nube y para nada cayendo hacia la tierra. Y así lo comprobó, bajándose de la psyché sobre la nube,
que bajo sus pies se sentía esponjosita pero segura. La magia del CSS, quizá?
Toco la puer-- no hay puerta... ah, al estar en una nube no es tan necesario una verdad... Con una
pequeña reverencia el peliblanco irrumpió más en el lugar "Con su permiso... Ehm, mi nombre es Tateki,
y vengo de la Casa de Flan..." le hechó nuevamente un vistazo al lugar, aún sin poder digerir el hecho.
"Es impresionante, como se mantiene a flote... Al parecer, mi marionetista también está interesada en
ello... CSS, dijo? Sería interesante aprender..." se detuvo ante una epifanía, sonrojándose levemente.
Woah, empezó a emocionarse con el tema que casi olvida porqué estaba allí. Y habló demasiado.
De todas formas, sacó una cajita, entregándosela a la dueña del lugar "E-es un presente, de parte de
la Casa de Flan... Pensó en color gris, pero fue imposible. Luego uno cercano, como blanco, pero
tampoco funcionó. Así que es negro, pero resultó ser morado... E-espero no le moleste..." desvió la
mirada por unos instantes, preocupado de que sí le llegase a molestar aquello. Volvió nuevamente
hacia la huésped, quedando un pequeño rato sin saber que decir, llevando su mano al su cabello,
haciendo ademanes de peinarlo para distraerse. "Ehm, debo irme ya..." hizo una pequeña reverencia
Con su permiso..." tomó el resto de sus cajitas, y se disponía a irse. Hechó un último vistazo hacia las
marionetas de la dueña de la nube, encontrándose con su Taicho, haciendo una leve reverencia
hacia ella antes de montarse en la mariposa y dirigirse hacia su próximo destino. |