Eran las 4am, de nuevo el cabello rojo ocultaba el rostro de aquella mujer. Estaba recostada sobre su espalda mientras dormida sobre una rama de un árbol; tan alto como para confundirse entre las ramas, permanecía aferrada al mango de su guadaña, imposible de ocultar el rojo de su ser entre el verde follaje que le rodeaba.
Solía dormir en cualquier lugar donde no la molestara el ruido de los demás litchs; a pesar de tener una casa (en un arbol del paraiso tambien). Le gustaba estar asi, donde no le siguieran para decirle que estaba mal vivir en el “paraíso”, donde no la acosaran con sus conceptos sociales y comunes que ella simplemente no quería entender.
La madrugada de verano era cálida, aún estaban pintadas en el firmamento las dos lunas; pero amenazaba con amanecer más temprano. Era verano definitivamente y así como los volcanes que mantenían atentos a las marionetas, esa durmiente pelirroja respiraba pesadamente con cálido aliento y sueños de fuego, llamaradas se levantaban en su mente.
Su inexpresivo rostro no delataba nada, tan común en ella incluso mientras dormía. Apretaba cada tanto el mango de Trauring, musitando palabras en una lengua desconocida. La lengua del dragón y la lengua del viento… hablaba dormida sobre destrucciones y conflictivas discusiones con mortales perdidos en batalla que se negaban a separarse de la hoja de su arma.
Entonces la escena en su mente se volvía más clara, tan clara como esa madrugada. Un dragón marrón, de cola plana atacaba a una mujer de cabello ondulado pero solo se veía una silueta cortada en la sombra… Aparecía otra bestia, roja y de ojos esmeralda.
"-Es muy tarde, su espíritu es mio... -Decía ese dragón que sostenía ahora el cuerpo inerte de una mujer, desafiando al dragón de fuego. -Y el tuyo sera de mi hija...-De un zarpazo, sometió al asesino en el primer esfuerzo -¡No!¡Lettos!."
La pelea hizo que se moviera sobre si misma, perdiendo el equilibrio y cayendo de esa rama. El golpe contra el suelo, amortiguado apenas por hojas… Se llevó la mano al rostro, sus ojos rojos se vieron en un parpadeó perezoso mientras levantaba la mirada para ver al amanecer.
Otro día de temprano inicio en el paraíso… Despeinada, bostezo sin separar muchos sus labios y se dejó caer de espaldas en las hojas de nuevo. Adolorida, vio de reojo la ubicación de su guadaña. Esta estaba clavada en el suelo, media hoja de oscura minetita oculta en la tierra y el alto mango de madera permanecía erecto. El sueño de la pelea de su padre con Trauiring, no lo recordaba pero aun así el espíritu dentro de esa guadaña se encargaba de hacerle saber cómo había muerto su madre, buscando atormentarle pero no lo lograba. La mente de esa pelirroja era indescifrable a veces.
Habría permanecido así, a medio dormir… pero el rugido que provino de su estómago le recordó que necesitaba comer y eso era algo que le causaba dolor de cabeza. Adoraba comer pero no era muy buena consiguiendo comida. Se llevó ambas manos a la cabeza, rodando dos veces refunfuñando en ese idioma que pocos conocían.
¡NO QUIERO IR AL TEMPLO! -Refunfuño antes de chocar contra el borde de la guadaña; tirada en el suelo con hojas en el cabello, sibilina pero malcriada a la vez en el leguaje del viento. No tenia comida en su casa y su ropa sucia, aspecto descuidado y soñoliento; no era algo que los demas litchs fueran a aplaudirle al ver. Mucho menos a las 5am, cuando llegara exigiendoles alimento.
Off Rol: Escena previa al inicio de la canción del fuego. A ver que tal va. Dudo que alguien ande por el paraiso a las 5am como para encontrarse con mi ann pero que hacer.
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