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♥ 「 cαяdιиαl de lα тιeяяα 」: sιlence . . . :prιvaтe / yereмι:
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De: MaryChain (Mensaje original) |
Enviado: 05/12/2011 20:34 |
Nanajuuichi-Chiku. Había caminado y caminado, tan profundamente hundido en sus pensamientos, en sus no-recuerdos, en su imaginación, indagando por posibles respuestas (seguramente todas erradas), que había doblado por calles cualquiera, cruzado puentes cualquiera, dado pasos cualquiera... Había llegado sin darse cuenta a una hermosa tienda de antiguedades, cuya puerta estaba decorada con enredaderas de plantas, florecidas en algunos lugares. Se acercó precavido a la vitrina, notando adentro hermosas lámparas y muñecas que podría añadir a su colección. Muñecas en silencio, que seguro gritaban en su interior dolorosamente, abandonadas ahí, en esa oscuridad, rodeadas de personas, personas que eran objetos, y que lloraba... Una hermosa muñeca rubia que lloraba y gritaba desconsolada porque su dueño se fue. Golpeó ligeramente su cabeza con el vitral, intentando calmar el hilo de pensamientos, intentando calmarse... Pero no podía. Dispuesto una vez más a avanzar y sintiendose solo -sólo sintiendo, quizás estaba demasiado distraido-, bajó la manilla de la puerta, pero estaba cerrado. Una lástima, ciertamente. Media vuelta y- la puerta se abre muy sutilmente, invitandole a entrar. Sin dudar retrocede uno, dos pasos, y entra con cuidado, cerrando la puerta a su espalda. Estaba oscuro, si, pero una lámpara al final se encendió, indicando una puerta. Por qué ya no estaba la muñeca...? Extrañamente atraido, siguió, abriendo la nueva puerta, que daba a un pequeño patio. Había una mesa al medio y varias sillas dejadas descuidadamente por todo el lugar. Los rayos de luna apenas llegaban a ,su piel, pues habían muchas ramas de un gran árbol cubriendo todo el lugar. Si, era un buen sitio para descansar y pensar. Al dar un paso, sintió como algo pequeño se fragmentaba bajo sus pies. Se inclinó, y tomó a la muñeca de porcelana entre sus dedos: su rostro estaba fragmentado y sus largos cabellos rubios brillaban extrañamente a pesar de la oscuridad, como si estuviera viva... Sus parpados cubrian sus ojos; con un gesto delicado la tomó entre sus manos, dejando el bastón a un lado de la silla antes de sentarse con los codos en la mesa, nuevas luces encendiendose, luces qu estaban como enredaderas en las ramas de los árboles, sutiles, casi podría pensar que eran luciernagas. 'Quién te abandonó, pequeña? Esperaste mucho..?', le susuró, acomodando sus cabellos con tranquilidad y apenas rozando su dedo por la mejilla de ella... Dos trocitos de porcelana cayeron, abriendo un agujero. Suspiro pesadamente, estrellando la muñeca contra su pecho, su cabeza enterrada en la mesa. Si, definitivamente, ella estaba llorando, y había sido su culpa...
Aquí está el privado, espero le guste *A*! y si, Remiel parece loco hablandole a una muñeca uvu xD
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Era como seguir pasos invisibles que no llevaban a ninguna parte. Las manos en los bolsillos y la vista fija, amenazante, las pupilas celestes brillaban en la oscuridad siguiendo los pasos de Remiel como si se tratara de su sombra. Pisándola con cada paso propio y de vez en cuando, logrando que el rubio sintiera su sofocante presencia, su ineludible perfume, tan intenso como su mirar. Su sonrisa se hacía presente de una forma incluso algo distinta, como si realmente estuviera divertido de continuar sus pasos. Pero se había hecho una caminata infernar, no parecía detenerse en ninguna parte (no parecía tener una parte donde detenerse…). Pero para su sorpresa, una pequeña tienda de antigüedades completamente ornamental los encontró. Cuando el rubio menor se acercó a la vitrina para observar el interior del local, para ese entonces Yeremi ya no sonreía… Parado justo detrás de la espalda ajena y mirando su reflejo en la vitrina. Podía ver las orbes ajenas completamente interesadas y después de un intento fallido por entrar al local finalmente la puerta se abrió como si los estuvieran invitando, quien sabe que. Una vez que el rubio pasó, le observó cerrar la puerta tras de sí pero no se limito a mantenerse quieto en ese lugar, se dispuso a continuar persiguiéndolo. Porque no lo seguía, lo perseguía. Ahora si, una vez se introdujo en el lugar cerró la puerta tras sus espaldas, o más bien solo la apoyó… Era una noche tan fría que entrar en aquel lugar que mucho no se le diferenciaba del exterior era algo así como un alivio. Una nueva puerta, alcanzó a ver los pies de Remiel introducirse. Todo era tan extraño que incluso se sonreía, quien sabe si de lo divertido que se encontraba o de los nervios que tenía a por algo a suceder. Aunque los nervios divierten a Yeremi. No estaban las preciosas muñecas pero en su lugar… en su lugar! Había algo así como un pequeño patio. Todo le hacía recordar algún viejo guion de Alicia en el país de las maravillas. Una mesita, unas sillas… los pasos de Yeremi se detuvieron frente a esa escena. Estaba seguro que Remiel no le había siquiera presentido, sabía que lo seguiría pero nunca de tan cerca. Los ojos carmesí estaban demasiado ocupados en otras cosas, pensando, imaginando, quien sabe… no habrían podido analizar la presencia del rubio mayor tan pronta. Sin embargo, no impidió que lo viera, solo se mantuvo observando como si de ver una película se tratase. El menor levantó del suelo una hermosa muñeca, aquella que se filtró a los ojos de Yeremi como si de una droga se tratara, lo admitió, no pudo evitar ver con ojos brillantes a aquella muñeca. Sentía una ineludible adición por las muñecas de porcelana… 'Quién te abandonó, pequeña? Esperaste mucho..?' los ojos celestes brillaban aún en la poca luz, disfrazándose por las luces que entraban al lugar. Casi pensó que se encontraba hablando de sí mismo cuando dijo eso, como si la muñeca no fuera más que un mero reflejo de Remiel, como si en un espejo se manifestara su parte incompleta, su parte rota. Le vio aprisionar entre sus brazos a esa muñeca y casi sentirse culpable de haberla roto. Dio los cortos pasos que faltaban para acercarse lo suficiente a la mesa y posarse en ella, como si se apoyara en una mesada, incluso casi sentándose. Mirando fijamente a Remiel, sus ojos celestes brillaban y su boca no sonreía. Se mantuvo mirándolo, así, con un aura de oscuridad tan inmensa que a cualquiera haría temblar, vigilando a Remiel como si se tratara de una presa. Mirándolo desde las alturas de la mesa, inclinando un poco su cabeza para divisarlo mejor - Quid est? – casi rugió, aunque manteniendo la compostura. Era una voz masculina, fuerte aunque en un tono bajo.
. . . . . . . . . . . Quid est? - latin - que te pasa. Como ya te dije me encanto el post y disculpa por tardar hasta ahora, sucede que debía hacer algo y mandarlo por e-mail y tenia que ser si o si hoy, cuando me di cuenta corri espantado a hacerlo ;w; (?) y cuando termine me puse a responder uwu así que espero que no se enoje conmigo. >< que le pasha al lindo Remiel! hable! uste hable! no me parece loquito yo lo quiero /<
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Lentamente alzó su cabeza para mirar fijamente a Yeremi, a la altura de sus ojos. Su ceño estaba ligeramente fruncido, los ojos entrecerrados, la pupila clavada fijamente en los ojos ajenos. 'Solo te dije que no volvieras ahí; no te pedí que me siguieras', dijo seriamente, mirando a la muñeca, volviendo a acomodar sus cabellos antes de dejarla acostada en la mesa, poniendose de pie y caminando a una de las otras sillas del lugar, volteandola para sentarse en ella y mirar a Yeremi, posando una de sus piernas sobre la otra, las manos sobre sus rodillas. 'A ella... Cómo la destruiste a ella?', inquirió severamente, sabiendo que él demonio entendería a quién se refería con 'ella'. 'Ahorcandola, acuchillandola, dejandola caer, como siempre haces... Mintiendole, engañandola...', dijo, no como pregunta, si no como una afirmación. Estaba extrañamente irritado, pero se sentía contrariado de preocuparse de él. Miró la muñeca en la mesa, y no pudo evitar sentirse mal, mirando el suelo luego. Guardó profundo silencio algunos minutos antes de seguir, mirando desafiante al hombre, su voz un suave gruñido. 'Y quizás no era la única, verdad? No me extrañaría, en absoluto, que no fuera la única que quedó llorando en esa estúpida fiesta...', las manos se le hicieron puños, mientras se inclinaba en dirección al demonio, posando su codo en su rodilla y sosteniendose la frente, dando un profundo suspiro, cansado. 'Y a tí, Yeremi, se te ocurre aparecer ahí, entre un millón de gente... Si no te largabas, te mataban, seguro. Y esa mujer... Por qué la dejaste caer?...', preguntó, articulando lentamente su última pregunta, volviendo su vista al demonio. No le temía, le irritaba; le irritaba que lo tratara como su muñeca, como una muñeca que podía dejar cuando quisiera y destrozarlo y... 'No soy tu muñeca', susurró de pronto, escapandosele el pensamiento de los labios.
sdjah latín *A* respuesta fail, perdon TAT y y no se preocupe, entiendo que tenga trabajo y todo eso, yo pensé que estaba hecho pasita en su ducha de 5 horas ahahaha xDD
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'Solo te dije que no volvieras ahí; no te pedí que me siguieras', pues a donde más podría ir, a la sombras? A acompañarse de sí mismo y a conformar su soledad con la nada?. No, definitivamente era más interesante perseguir a su queridísimo amante. Sonrió en una mueca, Amante. Remiel no lo sabría, pero realmente lo eran, eran amantes. Habían dormido juntos, habían amanecido en la cama después de una noche que no podrían olvidar fácilmente… ambos la deseaban. Por ello sería imposible de olvidar. Al igual que lo eran algunas viejas acciones del pasado para Remiel, o al menos eso parecía. 'A ella... Cómo la destruiste a ella?' la sonrisa pareció marcarse en el rostro del rubio, y sus ojos celestes se mantenían aún, fijos en los carmesí. 'Ahorcándola, acuchillándola, dejándola caer, como siempre haces... Mintiéndole, engañándola...'. Exhaló en cuanto escuchó las opciones que el rubio menor le daba, casi como si fuera un suspiro molesto y cansado, aunque no se lo tomaba en broma, de todas formas dejaba escapar algún que otro suspiro irónico de sus labios. ¿Por qué le interesaba ella repentinamente? Si quiera la conocía. 'Y quizás no era la única, verdad? No me extrañaría, en absoluto, que no fuera la única que quedó llorando en esa estúpida fiesta...' Ciertamente, ciertamente. Su mirada continuaba fija, y sus labios esperaban que terminara de hablar primero su querido Remiel. 'Y a tí, Yeremi, se te ocurre aparecer ahí, entre un millón de gente... Si no te largabas, te mataban, seguro. Y esa mujer... Por qué la dejaste caer?...' exhaló una vez más, mirando a otra parte, su naturaleza demoniaca era aquella que hacía iluminar sus ojos aún en la tenue oscuridad. Volvió a ver los ojos ajenos, y sonrió un poco apenas las palabras comenzaron a rondar en sus labios – No fui yo exactamente quien la destruyó – aclaró a la primer pregunta, debida elegir una de las tantas opciones dadas? - …tal vez hice la primera incisión, tal vez inicié la primera llaga, originé la primera, pequeña, insignificante, herida… - murmuraba entre susurros, mirando fijamente a Remiel - ...Pero yo no fui quien la descoció de pies a cabezas, fue ella misma quien se destruyó – miró sus propios pies, tan despreocupado que parecía contar un cuento completamente ajeno a él. Miró sus propias botas negras en el suelo y sonrió un poco – Yo nunca miento… yo solo... omito – murmuro entre dientes – porque no he de aparecer en esa fiesta? Estaban todos invitados no es así? Porque no? – dirigió sus ojos a Remiel, justo en el momento en el que se dejó oír aquella pequeña pero poderosa oración 'No soy tu muñeca'. La sonrisa del rubio mayor se borró, y un aspecto fijo y serio se clavó en Remiel - …acaso ya no habíamos hablado de esto? Realmente me tienes tanto miedo Remiel? – elevó una de sus cejas, perplejo, observándolo aún con más interés, incluso poniéndose de pie para dar dos o tres pasos hasta estar justo delante de él – Los amantes se defienden a garras y dientes aún sabiendo la verdad de cada uno, aún así conociéndose perfectamente – habló elevando ambas de sus manos – porque no puedes aceptar mi pasado y tener el valor de amarme… - sonrió un poco - …acaso… temes que te mate? – murmuró, inclinando su cuerpo para míralo fijamente - …tienes miedo a que alguna vez yo… te asesine? Te lastime? …porque has visto los resultados de las personas que se han mantenido a mi lado. Ya te lo dije una vez… ellos me siguieron a mí, pero ahora yo… te sigo a ti – sus ojos se entrecerraron, divertidos.
. . . . . . . . . . . Jajajaja todo arrugado, mas viejo de lo que estoy no me quiero poner ;w; no me quiero arrugar!!! waa *snif* Remiel enojado *^* perdona es que hacia tiempo no tenian sus discuciones maritales y me encantó UwU
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Verlo bufar de esa manera dejo más que claro todas sus sospechas, todas sus dudas. '…acaso ya no habíamos hablado de esto? Realmente me tienes tanto miedo Remiel?' Alzó su vista, ceño fruncido y mirada seria, levantando el mentón e irguiendose, casi como un Rey que da una orden. 'No te tengo miedo', aclaró con firmeza, sin despegar sus ojos del cuerpo del demonio. 'Los amantes se defienden a garras y dientes aún sabiendo la verdad de cada uno, aún así conociéndose perfectamente. Porque no puedes aceptar mi pasado y tener el valor de amarme…' Amantes? Su rostro se vio contrariado ante la palabra, haciendolo apretar los labios, siendo una linea recta y tensa. 'Acaso… temes que te mate? …tienes miedo a que alguna vez yo… te asesine? Te lastime? …porque has visto los resultados de las personas que se han mantenido a mi lado. Ya te lo dije una vez… ellos me siguieron a mí, pero ahora yo… te sigo a ti' Entrecerró sus ojos, guardando silencio algunos segundos, largos segundos. Aunque una serpiente no sea venenosa, debe pretender que lo es, Remiel D'Noir... Suspiró profundamente, tentado a pegarle al demonio, solo para descargar su rabia, pero no lo haría... él no era así, y no dejaría que cambiara su forma de ser, su calma, su temple ligero por algo así. 'Te advertí, y te lo recordaré: si me lastimas, no me hago responsable', dijo, amenazante. 'Tú, matarme?', dijo, casi con ironía, poniendose de pie y alejandose de él, mientras arreglaba su listón. 'No te tengo miedo, Yeremi. Tú nunca me podrás destruir, ni conseguir que me destruya, nunca', su voz sonaba increiblemente seria, contenida de rabia, una rabia que no se ocultaba en absoluto en sus ojos. 'Era necesario asistir sabiendo que ella estaría?... Sabiendo que hay tanta gente que te podría matar, Yeremi, Capitánes, Sub-Capitanes, Principes... Pero claro, no tienes ningún escrúpulo, vas y le hablas, no intentas no llamar la atención, que grite tu nombre, que todos la oigan, y luego la vuelves a dejar caer...', dijo, cada vez más lento y pensativo. 'Qué clase de hombre le haría eso a una mujer, Yeremi? Qué clase de hombre lastimaría de esa forma a una muñeca?...' susurró, su voz casi quebrada, sentandose en otra de las tantas sillas del lugar, apoyando su cabeza en sus rodillas. 'Quiero saber. Quiero saber qué estás omitiendo', dijo con simpleza, sin alzar la cabeza. Primero debía calmarse, estaba tan exasperado por la idea de que en el caos que comenzaba a formarse hubieran visto a Yeremi, que lo hubieran capturado... Debía calmarse porque el imbécil se había ido y estaba frente a él, en una pieza. Y debía calmar su imaginación de cómo podría estar esa mujer en este preciso instante, especialmente eso debía calmar...
aiish pero hombre, si eres joven! xD le falta muchisimo aún para arrugarse! asdkajhs vivan las discusiones maritales uvu xd
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'No te tengo miedo' sonrió parándose erguido y colocando sus manos en los bolsillos de su pantalón blanco. El hecho de que se encontrara vestido completamente de blanco le hacía parecer un ser celestial. Su cabello rubio y sus ojos brillantes, celestes. Era el vivo aspecto de un ángel. ¿Porque? ¿Porque Yeremi, un demonio como él, parecía un ángel?. El rostro de Remiel hizo una extraña expresión al oír la palabra amantes, el demonio lo había notado y había sonreído un poco más. 'Tú, matarme?' le observó fijamente mientras Remiel se ponía de pie y se alejaba 'No te tengo miedo, Yeremi. Tú nunca me podrás destruir, ni conseguir que me destruya, nunca' sonrió sin alejar los ojos de él - Suena como si intentaras convencerte de eso - habló divertido de su reacción. 'Era necesario asistir sabiendo que ella estaría?... Sabiendo que hay tanta gente que te podría matar, Yeremi, Capitánes, Sub-Capitanes, Príncipes... Pero claro, no tienes ningún escrúpulo, vas y le hablas, no intentas no llamar la atención, que grite tu nombre, que todos la oigan, y luego la vuelves a dejar caer...' cambió rápidamente de tema, dejando a la vista algo que el demonio pareció darse cuenta enseguida, sorprendiéndose apenas y entreabriendo sus labios. Mas Remiel no parecía haberse dado cuenta de ello 'Qué clase de hombre le haría eso a una mujer, Yeremi? Qué clase de hombre lastimaría de esa forma a una muñeca?...' murmuró casi tristemente sentándose en otra de las sillas del lugar, tomando una posición diferente a la anterior 'Quiero saber. Quiero saber qué estás omitiendo' él quería saberlo todo, pensó Yeremi dentro de si, el muchacho de ojos carmesí estaba tan interesado en él como para desear saberlo todo? incluso lo malo? estaría dispuesto a aceptarlo?
- Remiel, te preocupaste por mi? - habló con calma, su expresión era humana, en su rostro figuraba la viva imagen del Yeremi humano que alguna vez fue. Su mirada interesada, su rostro normalizado, sus labios en una línea recta, entreabiertos dejando escapar el aire de sus pulmones por la boca - Te preocupó que podría haber sucedido conmigo en esa fiesta? - volvió a preguntar con otras palabras. Caminó despacio, hasta inclinarse justo frente a Remiel y mirarlo a los ojos desde abajo. Ese rostro humano... (...)
- En todo este tiempo - comenzó susurrando, estirando su mano para acomodar algunos mechones del cabello ajeno detrás de su oído y mirarlo fijamente - ..Quizás lo hayas olvidado - habló tranquilamente. 'Qué clase de hombre lastimaría de esa forma a una muñeca?... Quiero saber. Quiero saber qué estás omitiendo' - ya lo sabes... - murmuró al recordar sus palabras, dichas hacía poco - ...soy un demonio - finalmente dijo la razón. Mirando los ojos ajenos como si se encontrara consciente de lo que era, como si fuera un humano hablando de una bestia ajena - ..si me atraparan, tendría lo que me merece, no puedes sentir miedo por lo que me suceda - habló acariciando la mejilla ajena, haciendo que el ojos carmesí lo mirara a los ojos - soy un demonio.... - continuo - y allí está la explicación de todo - habló con parsimonia.
. . . . . . aww gracias <3
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'Suena como si intentaras convencerte de eso'
No intentaba nada; estaba ciegamente convencido de que nunca lo destruiría. 'Remiel, te preocupaste por mi? Te preocupó que podría haber sucedido conmigo en esa fiesta?' Alzó la cabeza para mirarlo fijamente y chocar de cerca con su mirada. No lo había notado antes, no había pensado en que realmente se estaba preocupando de él... Era como cuando Scarlett intentaba hacer algo osado para ella, y se obsesionaba y torturaba en su mente con todas los peores posibles resultados. Sus ojos se abrieron como plato al notarlo, sus labios entreabriendose ligeramente por el asombro, mirando a otro lado luego, esquivando su mirada. No es como si lo fuera a admitir de todas formas...
En todo este tiempo ..Quizás lo hayas olvidado. Ya lo sabes... soy un demonio'
Volvió a observarlo con profunda seriedad mientras le hablaba, ignorando el hecho de que acomodaba sus cabellos con una confianza que no le habia otorgado en ese momento. '..si me atraparan, tendría lo que me merece, no puedes sentir miedo por lo que me suceda, soy un demonio.... y allí está la explicación de todo'
'No te excuses. Ser un teufel no es una buena razón. Acaso por ser un Teufel haces lo que se te de la gana, Yeremi?', declaró con firmeza, apretando los labios ligeramente irritado y apartando con brusquedad su mano, encarandolo, apretando sus dientes sin darse cuenta. 'Dónde quedó tu humanidad? Sé que no siempre haz sido así, pero si te das cuenta, por qué diablos no haces algo?', le gritó. Jamás se exasperaba tanto como para gritarle a alguien, y al notar eso, se avergonzó. Relajó su postura en la silla, cubriendo su cara con una mano, ocultando su rostro mientras intentaba recuperar su compostura, su elegancia, su calma de siempre. 'Por qué me irrito tanto, maldición... Como si me importara ella...', susurró para si mismo. No podía comprender por qué quería saber del pasado de Yeremi, aunque en el fondo buscaba en esas viejas historias pistas para comprenderlo... Por que si bien no le parecía una serpiente venenosa del todo, de dónde venía su veneno, el peligro que representaba? Por algo se le buscaba, y no se calmaría hasta comprender al demonio en su totalidad... a él y lo que ocultaba y que, extrañamente, deseaba saber.
continuo al fin *A* sepa que su post aquel dia me hizo MUY feliz ;__;
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'No te excuses. Ser un teufel no es una buena razón. Acaso por ser un Teufel haces lo que se te de la gana, Yeremi?' apartó su mano bruscamente de un amague que casi había parecido un golpe, el rubio mayor se sobresaltó ante esa reacción y no la disfrazó en absoluto, sus ojos observaron a un Remiel enfurecido - si - aún así habló con absoluta sinceridad. Que iba a ser? si él aún fuera humano se divertiría de otra manera, o más bien ni si quiera se divertiría. Su yo de ahora no tenía la culpa de la inseguridad que alguna vez de niño había sentido y lo que le llevó a buscar el poder convirtiéndose en lo que actualmente es. De alguna forma tenía que pagar el precio. La suerte y vanidad no duermen juntas. 'Dónde quedó tu humanidad? Sé que no siempre haz sido así, pero si te das cuenta, por qué diablos no haces algo?' gritó, el rubio se puso rápidamente de pie, trasformando su rostro sorprendido a uno serio y frío - ..porque me gusta... - interrumpió. No había dicho ya que era un demonio? que era un teufel? estaba en su instinto divertirse con el dolor ajeno. - ...no hago nada con saberlo - discutió - no puedo evitarlo - insistió, aunque no elevaba su voz como lo hacía Remiel, hasta que pareció darse cuenta e intentó mantener la calma, por lo menos en la apariencia. Tks.. 'Por qué me irrito tanto, maldición... Como si me importara ella...' exhaló, su rostro duro, y serio - Que quieres saber - habló resignado, quizás de toda esa situación lo único que le había molesta era que no le hubiese permitido tocarlo. Eso siempre había sido intolerante para él, alimentaba sus repentinos ataques de ira pero en ese momento intentaba por todos los medios y de muy mala gana contenerse. Yeremi era así, orgulloso, regido por las emociones del momento, por los instintos. - Hazme la pregunta que quieras, si es sobre ella.. sobre mi... sobre lo que sea, responderé - habló mirando los ojos carmesí, sus ojos claros brillaban en la poca luz del lugar. " (...) con tal de que no me apartes así otra vez y que me recibas". Dentro de su boca sus dientes se mantenían apretados, y sus labios en una mueca seria que imitaba a una línea recta ligeramente caída hacia abajo en las comisuras.
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estrenando nueva id (?)
que lindo esho mi mary (L) me gusta que usted sea feliz :3 *u* aproveche este momento y ponga en hacke a Yeremi preguntandole algo jakshaksjahskajs xD
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..porque me gusta... no hago nada con saberlo, no puedo evitarlo' Alzó su rostro para mirarlo fijamente, sin intimidarse por su mirada fria, la repentina y profunda seriedad de su rostro, sus manos hechas firmes puños. 'Que quieres saber. Hazme la pregunta que quieras, si es sobre ella.. sobre mi... sobre lo que sea, responderé' Sus palabras lo tomaron por sorpresa. No esperaba aquella respuesta de su parte, ni esperaba que le permitiera preguntarle lo que quisiera. Había tanto que quería saber que no sabía por donde empezar. Su mano se alzó hasta alcanzar su mejilla y tomarla entre sus manos, mirandolo fijamente. La linea tensa de sus labios estaba conteniendo cierta rabia que no quería sintiera por él ni por nadie... 'No te estoy juzgando, Yeremi... No quiero verte molesto otra vez ', dijo calmadamente, sujetando su mejilla suavemente con la palma de su mano, sus dedos corvandose muy levemente. 'Solo quiero comprenderte un poco más...', susurró, desviando su vista y acurrucandose en la silla, mirando el suelo desde ahí. Sus rodillas, dobladas a la altura de su pecho, le servían de apoyo para su barbilla. 'Por qué te convertiste en un Teufel? El Yeremi de antes... Cómo era?', preguntó, con su calma de siempre. Habia comprendido que su extraña furia era irracional, que Yeremi tenía razón: se había preocupado por él, por esa mujer, exasperandolo más de la cuenta que estuviera tan tranquilo y casi burlandose de ella. 'Por qué la lastimaste? Además de divertirse y tener tu propio placer personal...', susurró, mirando sus rodillas apenas descubiertas por las calcetas largas de su traje de gala, esperando calmadamente la respuesta del demonio. Tan malo era que quisiera que el demonio fuera feliz? Y aunque lo deseaba, no sabía como ayudarle...
perdon el post basura, pero asdjahs yere te ami ;A; <3 |
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Se mantenía erguido, sin esperar nada que lo pudiera sorprender, después de todo. Fuese la pregunta que fuese, juraría ya haberlas escuchado antes, ya haberlas respondido a otros oídos, haber respondido de infinitas maneras diferentes. Sin embargo no pudo advertir la cálida mano ajena arrimándose a su mejilla. Provocando que la mueca en sus labios se relajara un poco y sus ojos claros le miraran con más de suavidad ante el cariño que simbolizaba ese ligero toque. Era mucho más que una caricia, no aparentaba ser fría siquiera, no podía. Remiel ya de por si era muy cálido en su interior y no podía evitar dejarlo salir con cada muestra de afecto que entregaba, y así seguiría siendo incluso aunque fingiera la más absoluta frialdad. 'No te estoy juzgando, Yeremi... No quiero verte molesto otra vez ' el rubio no podía dejar de ver los ojos carmesí fijamente... le relajaba lo que estaba diciéndole, sin duda le calmaba 'Solo quiero comprenderte un poco más...'. Comprenderlo? siquiera él había considerado que una cosa así pudiese ocurrirle alguna vez en a vida. 'Por qué te convertiste en un Teufel? El Yeremi de antes... Cómo era?' entreabrió sus labios, quizás si estaba sorprendido. Esa pregunta solo la había oído una sola vez, pues nadie se interesaba por esa clase de cosas, pero lo más sorprendente aún era que Remiel D´Noir estaba preguntándole a un mísero demonio con suerte, sobre su pasado... - ...tks.. - murmuró desviando sus ojos por un momento al suelo y sonrió un poco, fingiendo claramente la sonrisa - ..el Yeremi de antes no valía la pena. No era nadie y murió sin ser nadie - habló rotundamente, volviendo sus ojos al rubio menor. 'Por qué la lastimaste? Además de divertirse y tener tu propio placer personal...' - ......por donde empiezo - sonrió (por los nervios) aunque no le molestaba hablarle de ella. Tomaba el interés de su niño por ella como una simple curiosidad, o tal vez estaba celoso? o era que realmente quería comprenderlo, cosa imposible siendo hombre de bien.
Tomó una silla con su mano y la arrastró con elegancia hasta él. Colocándola justo frente a los ojos carmesí de su Remiel, sentándose de piernas abiertas y posando sus codos en ellas, uniendo sus propias manos. Los ojos de Yeremi observaron los ajenos - ...me convertí en un teufel porque... no quería seguir siendo quien era. Como ya te dije - sonrió, (Remiel sabe que no sonríe por burlarse, sabe que esas situaciones siempre le hacen sonreír) - ...el verdadero yo no vale la pena... - habló un poco entre dientes, relajándose - ...débil, enfermo, pobre de cariño y necesitado de afecto.. - intentaba describirse como se recordaba, siempre con una sonrisa en los labios - ...temeroso, frágil.. - su semblante comenzó a ser más serio hasta el punto que su sonrisa se había perdido - ..que permitía que se aprovecharan de él porque hasta él mismo se veía como poca cosa, como un niño que había perdido lo que más amaba y que no encontró jamás otra razón para vivir... que el rencor - su sonrisa volvió a aparecer. Ya habría respondido la primer pregunta. Y exhaló al comenzar a hablar de Yessika, aunque ahora su sonrisa no se iba de sus labios - ...ella.... era completamente virgen - musitó con repentino interés, hablándole a Remiel con un énfasis susurrante que llegaría a asustar a cualquiera - ...yo era su primer todo... y nada me gusta más que convertirme en el centro de atención, lo sabes - sonrió amablemente atribuyéndole que conocer aquello de él era algo importante (...) - me volví tan.. tan especial para ella... siendo que yo simplemente quería obtener su cuerpo - no mintió, y fue frio cuando lo dijo - ...sentirla virgen y mía, enseñarle todo.. enseñarle lo que me gusta - quizás todo era muy chocante para el rubio menor, y a pesar de que lo consideraba dentro de sí, no iba a mentirle, tampoco a omitirle esa clase de detalles, porque lo haría? si Remiel había preguntado, era porque quería saber. Y sabría.
Miraba el rostro de Remiel mientras expresaba cada una de sus palabras, cuidadoso de cada detalle, que alguna nimiedad no se le pasara – Y así fue, así lo hice. Logré mi objetivo y cuando solo iba a botarla… su eterno y puro amor hacia mí me ponía cada vez más y más nervioso… me alteraba ya su sola presencia en mi casa – habló en susurros como si contara un secreto - …porque ella sabía lo que me disgustaba, y… trataba por todos los medios de no cometer ningún error, de no levantar la voz, de no contradecirme… era tan… intolerante – habló, cambiando una vez más su semblante a uno serio - …entonces mis planes cambiaron, quise mantenerla cerca… para desquitarme de ella, para romperla como buen muñeca desgastada y vieja, para usarla cuando me encontrara aburrido. Pero no… no pude hacerlo. A cambio de eso, ocurrió algo mejor – sonrió irónicamente, simulando ser tierno.
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'El Yeremi de antes no valía la pena. No era nadie y murió sin ser nadie ....por donde empiezo' Yeremi parecía ligeramente divertido, y no lo observó al escucharlo arrastrar la silla hasta quedar frente a él, adoptando una posición que con solo alzar la vista un poco tenía sus ojos celestes de frente, a los cuales miró con seriedad y gran atención, esperando por su respuesta. '...me convertí en un teufel porque... no quería seguir siendo quien era. Como ya te dije, el verdadero yo no vale la pena... débil, enfermo, pobre de cariño y necesitado de afecto, temeroso, frágil ..que permitía que se aprovecharan de él porque hasta él mismo se veía como poca cosa, como un niño que había perdido lo que más amaba y que no encontró jamás otra razón para vivir... que el rencor' Entrecerró sus ojos, pensativo ante sus palabras. Tenía la extraña certeza que gran parte de ese rencor aún lo guardaba, y que se descargaba con los demás como una venganza que nunca llegó al destino indicado, a las personas que, según él, lo merecían. El Yeremi ''actual'' solo era el resultado de una persona que quería valerse más, tomando la opción más desesperada para conseguirlo, y la más peligrosa. Qué causas exactas lo llevaron a renunciar a su vida? Quizás solo el peso que guardaba en su interior de todas las cosas que nombró recién; su propio agujero interno que culminó en el fondo de un precipicio. No podía pensar bien hasta que punto eso había sido bueno o malo para el hombre... Su rostro casi inexpresivo no se movió una pizca, aún mirando fijamente a Yeremi, pensando y analizando cada palabra que decía. '...ella.... era completamente virgen', una de las comisuras de sus labios se curvó muy ligeramente por un segundo, divertido, como si hubieran dicho una broma de mal gusto. La virginidad, dichoso trofeo de los hombres ambiciosos por llenar un vacio de falsas glorias. '...yo era su primer todo... y nada me gusta más que convertirme en el centro de atención, lo sabes. Me volví tan.. tan especial para ella... siendo que yo simplemente quería obtener su cuerpo ...sentirla virgen y mía, enseñarle todo.. enseñarle lo que me gusta' Suspiro casi imperceptiblemente, llevandose algunos nudillos a su boca para cubrirla, desviando su mirada a otra parte, pensativo. Le había resuelto la duda que le quedó despues de aquella noche, aunque, que le haya sucedido a esa mujer no significaba precisamente que a él también le había hecho lo mismo; la posibilidad existía de todos modos. 'Y así fue, así lo hice. Logré mi objetivo y cuando solo iba a botarla… su eterno y puro amor hacia mí me ponía cada vez más y más nervioso… me alteraba ya su sola presencia en mi casa …porque ella sabía lo que me disgustaba, y… trataba por todos los medios de no cometer ningún error, de no levantar la voz, de no contradecirme… era tan… intolerante …entonces mis planes cambiaron, quise mantenerla cerca… para desquitarme de ella, para romperla como buen muñeca desgastada y vieja, para usarla cuando me encontrara aburrido. Pero no… no pude hacerlo. A cambio de eso, ocurrió algo mejor' Sonrió sarcasticamente, frunciendo el ceño. 'Claro, romperla igual como a ti te rompieron, igual como a ti, para hacerla sentir la horrible caida que pasaste...', masculló entre dientes, ojos casi desafiantes. Por qué se empeñaba en defenderla?... Llegó a la conclusión de que en ella se concentraban todos sus temores a futuros para con el hombre; si bien quería que fuera distinto, no había certeza alguna de que podría lastimarle. Soltó el aire que guardó en sus pulmones lentamente, como si se relajara. Observó a otra parte, guardando silencio algunos minutos. 'Y luego...', susurró, pidiendole que continuara, como un preso que espera a recibir otro golpe como castigo; su curiosidad era infinitamente más grande como para dejar de escuchar la historia, y sabía que eso le daría grandes luces para comprender al demonio.
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“Claro, romperla igual como a ti te rompieron, igual como a ti, para hacerla sentir la horrible caída que pasaste…” – exacto – sonrió divertido de lo que había dicho Remiel, había dado justo en el lugar correcto, hizo un rostro de falsa compasión hacia sí mismo - …ella… me hizo papá – habló con naturalidad y sonrió un poco al imaginar que rostro tendría Remiel para ese entonces. No quería espantarlo, pero de ser así no tendría que contarle nada, toda su vida giraba en torno a desgracias o hechos sorprendentes. No había forma de no espantarlo, esperó un momento para que asimilara la idea y continuó, ya con una sonrisa normal y no exagerada – Ella temía, pero me lo dijo y yo simplemente le dije que me encantaría ser papá, que lo deje venir al mundo… que quería conocerlo. Francamente a mí, me encantaba la idea – sonrió un poco – fue divertido, en aquellos momentos no me cansaba de prometerle cosas, quería que fuera feliz mientras estuviera embarazada pues iba mi hijo en esa pancita – parecía recordarlo pues se encontraba pensativo - ..y una vez que nació, yo elegí su nombre.. – habló con suavidad – Y el maltrato continuó, quería que mi hijo lo viera… y que de grande fuera igual a mi sin la necesidad de estar muerto – hablo con naturalidad siempre, pero esta vez no había sonrisas - ..quería que aprendiera mi odio… quería que pasara por lo mismo también pero el idiota.. – se contuvo un momento, apretando un poco los dientes al principio y disfrazando la mueca de una sonrisa algo nerviosa - …al poco tiempo… un amigo de ella la alejó de mi, amigo o bah lo que fuera, parecía su amante… se llevó a mi hijo y me sacó a mi “nueva familia” – hizo un leve puchero - …podría haber regresado por ella, podría haber matado a ese idiota pero… - sus ojos estaban fijos en Remiel, la sonrisa desaparece - …cambié de planes una vez más – tiró su espalda contra la silla, cruzándose de brazos y piernas, mirándolo como si nada, sin ninguna expresión en el rostro – se puede decir que me gusta ir de vez en cuando a molestar… precisamente porque – sonrió un poco - …mi hijo no sabe quién soy, no le han dicho que soy su padre – elevó sus hombros un poco – …sucede que… no deben estar orgullosos de que alguien como yo lo sea – sonrió un poco pensativo - tu que crees Remiel? no sería buen padre acaso? después de todo jamás le pegue a mi hijo - sonrió un poco, mirándolo.
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Ayer corte de luz =~= *recién volvió*
volviendo a escribir todo más o menos igual que anoche ¬¬
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