Se perturbo un poco por el agarre del rubio cuando le devolvia el florete, aunque fuese un simple rose. Su piel se erizo y los ojos se tornaron carmín brillante. Trago saliva quitándola, esperando que el otro no lo hubiese notado.

Se preguntó si el príncipe sería algo más dentro del Cardinal; por todo lo que le había dicho, parecía que la gente o inclusive su propio servicio lo pusiese en un pedestal del cual no podría bajar. Casi como una deidad. 
La vida del príncipe del Cardinal del Fuego parecía ser complicada.
Inclusive algo sofocante.

"No creo que puedas encontrarlo de todas formas" hizo una pequeña mueca cansado de sonreir, pero de todas formas murmuró casi en voz baja aquel rumor del cual iba detrás "las malas lenguas dicen por ahí que hay teufels en busca de Gaia, ¿es eso cierto soldado?" le pregunto curioso, utilizando lenguaje formal para que no sospechase. Se inclino un poco, casi en una reverencia, a punto de abrir la puerta "no creo encontrar todo lo que necesito en la Ciudad" se encamino hacía la puerta devolviendose a la ventana a pocos metros de Nichts, pisando su sombra nuevamente "pero tomarse el día libre no haría ningún mal, los papeles seguirán ahí cuando regrese al igual que mi madre, ¿no?" le invito a desaparecer nuevamente en una sombra ofreciendole su mano. Y así lo hizo, apenas un dedo se entrelazó con el otro PUF! ya no estaban.
Se habían ido-
--Apareciendo entonces en una pequeña galería. No era gran fanático del art pero sí le atraían los colores.
Husmeo un poco separandose de su escolta rubio, entrando entonces al pabellon real: Sala exclusiva de retratos de la familia. Sus ojos grandes y cafés casi saltaron de su rostro y dejo caer el pequeño bolso arapiento que llevaba como equipaje. Era un cuadro grande, inmenso, que adornaba el centro del corredor. Un retrato inmenso de la familia real del Cardinal del Fuego. Y en el centro, un bello rubio de ojos ágata, sonrisa cautivadora y rostro elegante.
Apenas balbuceo, cuando escucho pasos detras de sí.
Damian giró sobre sus tobillos encarandolo finalmente jugándo con su propio cabello "¡No puede ser!" exclamo en fingida sorpresa "¿Pero que ha pasado? ¡Exijo una explicacion!, ¿por qué mi cabello es café?" se postro algo serio, con las manos sobre la cintura imitando a un jarrón "Dime Damien, ¿de quién ha sido el hechizo? Yo quiero de vuelta mi cabello de oro" reclamo en una sonrisa.

"¿Te han dicho que hablas demasiado?" le mando a callar agarrando su boca entre los dedos, aprovechando que estaban tan cerca.
En un momento simpemente le pareció insporable escucharlo decir algo más.
Así que de eso se trataba todo, puro trbajo y papeleo... aún no entendía como alguien como él le había seguido el juego todo este tiempo, pero debía tener una buena razón ¿no?
{ahora que lo escuchaba, tenía un sin número de buenas razones para fingir ser alguien más}

Aún con su mano sobre la boca ajena, un dedo se estiro, enrulando un mechon rubio -ah, sedoso ¿por qué tenía que ser tan perfecto? Al menos no era aburrido- y finalmente le solto con la esperanza de que el otro no hablase "usan muchas formas para referirse a uno: Taicho, Kaizer"  Hizo una mueca de disgusto, tantos sobrenombres le confundian, otra cosa que le molestaba "¿por qué simplemente no llamarme por el nombre y ya?" le examino atento con la mirada, fijandose en los ojos dorados y a piel casi blanca ¿Cómo alguien así podía ser tan dedicado? Pensaba que ese tipo de personas solo se preocupaban por si mismos.
"nos vamos" no pregunto, solo anunció y sin ningún otro gesto más se dio media vuelta marchandose de la galeria. Se había incomodado tan de repente, así qu solo huiría como bien sabía hacer "o quédate, como quieras. después de todo estas cerca de -casa-"

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perdon por tardarme ;w; iba a postear ayeer! pero me quiaron la pc y recien la enuentro -w-
casa,castillo, hoar, como sea -3- no se me ocurrio que otra forma decirle.