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♦ 「 cαяdιиαl del ғυeԍσ 」: Privado Shoutan~Lyricalia
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De: Shounen Kait (Mensaje original) |
Enviado: 28/11/2011 21:57 |
Ichi-Chiku
La lluvia se deslizaba por los contornos de su rostro y hacia un sonido hueco contra el techo de las casas en el distrito noble. Era una increíble estructura llena de luces y parada justo delante de los ojos verdes que la observaban estupefactos, dejándose empapar por la lluvia. Su cabello rubio se adhería a su piel y sus dos brazos reposaban junto a su cuerpo. Esa era su casa, su antiguo hogar. Los recuerdos de su padre inundaron su cabeza al recordarlo. Las risas del mayordomo rubio también. Sus pupilas se deslizaron lentamente hasta observar la puerta de entrada que se abría con lentitud y de allí asomaba uno de sus antiguos sirvientes. Lo miró y lo reconoció al instante. Como olvidar al pequeño RD? A pesar de su edad madura ninguno de los miembros de su familia podrían nunca olvidarlo. El viejo sirviente se quedó mirando al rubio bajo la lluvia un momento, todo su kimono empapado, su cabello que caía a su pálido rostro y sus ojos brillantes. Negó lentamente con la cabeza, Hisoka sabía lo que eso significaba “Aún no puedes volver”, y dio media vuelta para introducirse en la mansión, cerrado la puerta a sus espaldas. El rubio se vio a si mismo pensativo, ¿porque cada madrugada caminaba hasta allí? y esperaba a que alguien saliera para que le dijera “no” una y mil veces.
Las sandalias de madera en sus pies comenzaron a caminar en dirección contraria a la casa, dirigiendo sus piernas con calma y manteniendo la cabeza gacha. Hoy no había podido encontrar lugar donde pasar la noche, no había encontrado a un hombre que le diera la cama a cambio del cuerpo… el hambre en su vientre y la falta de energía se hizo presente cuando decidió recargar su cuerpo pesadamente contra un árbol, las calles no eran muy transitadas pues estaban dentro del lugar donde vivían solamente sacerdotes y nobles. Y a las cinco de la noche… quien podría encontrarse dando vueltas? A de ser alguien como él solamente, nadie más podría. Peinó con sus dedos el cabello hacia atrás y trató de normalizar su respiración, pues de otra forma comenzaría a llorar como un niño. Sus ojos pensativos miraban como la lluvia caía constante al suelo, explotando contra la superficie y separandose para deslizarse por todo el piso en forma de charco. De un momento a otro cuando no tenía más por hacer que quedarse allí dormido, levantó su vista sorprendido. Psyché, una psyché… volaba dificultosamente, intentando llegar hasta él, o hasta el árbol, no estaba seguro. El rubio entreabrió sus labios, sorprendido de la tenacidad de aquella que se veía tan frágil. Que hasta una gota de agua podría derribarla. Sin embargo, la psyché luchaba a pesar de que sus alas estaban siendo empapadas y su cuerpo se ponía más pesado por la humedad. Cuando finalmente llegó el rubio dejó que se posara en su mano cuidadosamente. Colocando su mano libre sobre ella simulando un pequeño techo sobre su cabeza para que el agua ya no la rozara. Hisoka sonrió tiernamente - …ya está pequeña… - murmuró, notado como la mariposa movía sus alas lentamente, incómoda por el agua que la había alcanzado. Los ojos verdes del muchacho se mantenían fijos en ella, notando su esplendoroso color amarillo… sus manchas albinas y rayas almendradas. A los ojos del rubio ella era realmente hermosa. Exhaló recargándose en el árbol con más comodidad - …tu tampoco tienes lugar donde dormir? – murmuró. Quien lo observara pensarían que estaba loco, hablando con algo entre sus manos, más presisamente una mariposa. Sin embargo aquello no le importaba ya, ella lo comprendía… ella tenía frío, como él y estaba empapada, como él.
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Le destajó el cuello al otro ninja de forma precisa y rápida, sin darle tiempo de siquiera gritar. Éste cayó de forma pesada contra el suelo, esparciendo e charco de agua sobre el que había caído. El rostro inexpresivo de Delrosch se tornaba borroso ante cada respiración que soltaba, vapor de agua haciendo pequeñas láminas de humo blanco intermitentes a través de su máscara gris.
Un traidor. Pero eliminado, ya no lo es más.
Cerró sus ojos fuertemente, y guardó su cuchilla tras limpiarla, agotado tras la persecución. El clima no ayudaba, a él le encantaba la lluvia, le refrescaba si diluvio no era...pero sus mariposas la detestaban. Le llegaban sensaciones extrañas, ni placenteras ni displacentes, a las cuales si bien estaba acostumbrado, diluía su capacidad de sentir a través de ellas. Sabía que ellas no estaban cómodas, pero también ellas entendían que las necesitaba, aún bajo esta lluvia. Se sentía pesado, lento, como envuelto en un sopor incomprensible, congelado hasta los huesos.
Y no había sentido a la otra marioneta viva en el área aparte de él, sino hasta la mariposa se posó por varios segundos en lo que detectó era la mano de la marioneta. Delrösch se enderezó sacando dos agujas envenenadas, saltando hacia el primer techo del edificio, por la parte envuelta en sombras, girando su rostro hacia donde descansaba la sola figura. Por el ángulo la marioneta no debió haber visto nada, pero se mantendría unos segundos más, acercaría unas cuantas mariposas más, se concentraría tan solo un poco, poco más, tratando de sentir la frecuencia de su respiración y sus latidos, cualquier cosa que delatara que había visto el asesinato y quería comenzar una escena.
Aunque no sería juzgado en parte alguna. El traidor era uno de los suyos: era su derecho y deber el expiar las culpas y recuperar el honor de su división con su muerte. En la mañana lo feuermaskes limpiarían el cuerpo, un cuerpo más en el Cardinal del Fuego.
Y entonces, algo lo hizo bajar sus agujas.
…tu tampoco tienes lugar donde dormir?
La marioneta había cubierto a su psyché. La estaba protegiendo.
Y Delrösch, agotado, se sentó sobre el techo en sombras, queriendo que todas sus psychés estuvieran cubiertas de tal amabilidad. Su cabello goteando, acomodó mojadas vendas sobre ambos muslos, heridos por un corte de la espada del traidor que no había podido esquivar, transversal a ambos muslos, en el mismo nivel, la sangre esparciéndose y coloreando más el blanco vendaje por el agua. Se puso en pie silenciosamente, pensando en guiar al chico hacia un lugar donde cubrirse, mas luego su rodilla derecha se dobló, su músculo dañado, su pierna chocando contra el techo de forma sonora, el corazón del shattenmaske dando un resoplido ante la sorpresa, el dolor, y la vergüenza.
La mancha de sangre se expandió, mordió su lengua aguantando el dolor, y tuvo que admitir que no podría moverse sino hasta unas cuantas horas más, a menos que quisiera aumentar el daño.
Maldijo el cuerpo inerte unos cuantos metros bajo él, y suspiró.
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*Emocionada* *___________* Me encanta esto, me encanta la imagen, y me encanta tu post y 'Soka-chan y y y y y UNF *iz happy*
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Hasta ese entonces lo único que podía oír era la lluvia, y no podía ver nada más que a la mariposa en sus manos, cómo acariciaba sus alas y como se secaba. Pronto estaría lista para volver a volar al terminar de llover. Sin embargo un sonido fuerte y repentino, como un golpe, hizo sorprender al rubio y sus ojos verdes se abrieron casi bruscamente, la mariposa se había espantado y había volado hasta el árbol donde estaba apoyado el muchacho, expectante a lo que ocurriría. Los ojos verdes estaban fijos a la persona que se encontraba en las sombras de uno de los techos… persona? Si, podía divisar algunas fracciones que accidentalmente se habían descubierto debido a alguna clase de golpe y… sangre. Se puso de pie como si se encontrara algo asustado, intentando no ser brusco y caminó lentamente bajo la lluvia una vez más hasta acercarse a él… buscando el ángulo perfecto desde el piso hacia el techo, donde la luz de con el cuerpo ajeno para poder verlo, efectivamente se trataba de una persona – ven – se animó a susurrar un poco, pidiendo casi por favor con la voz, observando a los lados por si hubiera alguien más, al no ver nada a su alrededor volvió a ver al hombre sobre el techo que se encontraba dañado, sabía que podía ayudarlo y no había podido evitar pedirle que se bajara pues aquella herida era realmente profunda, conocía esos magullones… si no le daba importancia en ese momento incluso podrían llegar a amputarle la pierna por alguna gangrena o infección interna. Necesitaba revisarlo, no sabía exactamente de primeros auxilios, pero no había nadie más allí que ellos – estas herido… – susurró, pues era de noche y cualquier sonido alteraría Ichi-Chiku. Tal vez… si lo veía más de cerca podría reconocerlo. Pero su voz fue casi una súplica al dejarse oír, pero calló enseguida. Observándolo, dejándose mojar una vez más, no le interesaba… alguien estaba necesitando ayuda. Estaba en su naturaleza, no podía escapar de su crianza. De las antiguas enseñanzas de sutura, de sanación. No podía escapar de su cultura noble, RD.
. . . . . Oh lindo Delrösch ven aqui que Hiso-chan te hace sana sana ;_; me dio mucha lastima, sera muy orgulloso o se dejará llevar <)?
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Rayos, la marioneta se había percatado de su presencia. Lo sabía puesto que sentía la opresión de una mirada bastante decidida sobre él, y su mariposa... su psyché estaba en el árbol ahora, haciéndole perder contacto con el extraño. Porque eso hacían sus mariposas -- le daban el contacto que sus ojos le habían quitado.
No podía ahora saber si la marioneta era una amenaza, un amigo, o ninguno de los dos. Sintió aún entre la lluvia los pasos del individuo, lentos, mas no amenazadores. Pero Delrösch sabía mejor que nadie que las apariencias engañan. Y luego el chico se detuvo, y Delrösch intentó ocultarse entre las sombras. Vaciló en huir del lugar en ese instante, pero su psyché estaba demasiado lejos, y él demasiado cansado como para asegurar un transporte seguro mediante la oscuridad.
– ven –
Un dejo de fastidio se asomó en su pecho, el cual calmó de forma inmediata. Aún en susurro, escuchaba perfectamente a lo que ahora sabía era un chico. Oh, se confundía, pues el tono y el bajo nivel de sonido podrían confundir a cualquiera, pero no a él. Había sonado como un amo llamando a un perro, a una mascota, pero Delrösch también sabía que era nuevamente el cansancio. Su paciencia era poca, su vergüenza de ser encontrado alta, y simplemente quería ir a descansar.
Pero por alguna razón, la presencia de la marioneta no se le hacía molesta. Al contrario...le era familiar. Cómoda, dentro de su propia incomodidad.
– estas herido… –
Levantó la cabeza ante esto, y tras un segundo, asintió lentamente una vez, sin moverse ni escapar completamente del alero de las sombras. Luego detuvo su gesto en seco -- ¿por qué le había respondido? Que idiota! Giró su cabeza hacia su psyché que aún estaba en el árbol en vez de estar sobre el chico, sobre lo que podía ser un enemigo (sabes que no lo es, simplemente lo sabes). La llamó, pero esta no se movió; solo aleteó lentamente, como si se burlara entretenida.
Delrösch ahogó su suspiro molesto.
¡No era el momento de estar con jugarretas! Pero si la psyché no se movía...era porque ella tampoco consideraba una amenaza al chico. Se movió ligeramente, pero por la lluvia resbaló, ningún sonido escapando de sus abiertos labios tras su máscara, un dolor punzante a través de sus dos muslos al estirar la destajada herida. Intentó agarrarse del tejado y sacar un kunai, pero nuevamente el dolor le distrajo y aminoró su respuesta, sus dedos resbalando, su psyché ahora tomando vuelo, las otras saliendo de entre su cabello y ropas, de entre arbustos y sombras, su cuerpo en el aire --
Y giró, cual gato que cae, torciendo su pelvis y sus hombros, cayendo de pie en el suelo, suave, un leve 'thud' que no despertaría a nadie.
Sus rodillas se doblaron, quedando una en el suelo, y la otra doblada, su mano apoyada en ella, la sangre esparciéndose entre las vendas y Delrösch no podía estar enojado más consigo mismo! En el momento en que estuviese en su oficina, se castigaría firmemente. Aceptaría las ofertas de compañía de personas completamente indecentes y aburridas, aquellas que se había dado el lujo de negar, porque sus acciones actuales estaban bordeando en la estupidez e irresponsabilidad.
Entre la lluvia, su psyché se posó nuevamente en Hisoka, entre sus cabellos.
Entonces, Delrösch elevó su rostro, a dos pasos del feuermaske, y evaluó atacar o correr.
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Oi! Un pajarillo em dijo por ahí que las heridas se sanan con un besoo, I mean, you've gotta kiss it better! <3 neee? Ne, Shou-tan, esto puede ser justo después de la fiesta, lo digo por la flor...pero también puede que no, como prefieras ;3!
Antes del orgullo o el dejarse llevar estoy...yo! Muahaha! Y el poder de la naturaleza muahaha.
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Asintió, él asintió. Hisoka sonrió un poco, su cabello estaba empapado y se encontraba pegado a su rostro, a los costados de su cuello que era hasta donde llegaba su corte y su ropa aunque no se transparentaba efectivamente estaba empapada pues delineaba cada vez más el cuerpo bajo la tela. La sonrisa de Hisoka era blanca por completo, no estaba seguro si podía verlo sonreír o no, las sombras molestaban y algo parecía tener en la boca. Por un momento no pudo más que paralizarse al verlo resbalar y caer, primero quiso reaccionar pero inmediatamente él siguió cayendo. Un ninja... supuso por la ropa, por las habilidades pero al ver las mariposas volar por doquier y finalmente tenerlo frente a sus ojos, los verdes propios le miraron con un brillo especial. Lo conocía. A él lo conocía, sabia quien era. Aunque en realidad no sabía su nombre.
Sintió una leve caricia entre sus cabellos, la mariposa se había posado en ellos buscando algún lugar seco que a gatas encontraba. Su color ámbar, sus rasgos fácilmente se confundían con el cabello rubio otoñal de Hisoka. No pudo pensar un minuto más en quien se trataba. Estaba allí... dirigiéndole esa mirada que había visto en aquel baile. En esa mansión donde nunca saludó a los anfitriones, donde si quiera conocía el nombre de ellos.
Lentamente fue arrodillándose en el suelo, observándolo con cautela y sin acercarse molestamente. Guardaba distancia aunque pretendía arrimarse a él para sanar su herida. Definitivamente era él, ¿él quién? él... aquel del que no sabía su nombre pero si su forma de mirar. Aquella fría y ruda forma de mirar, que incluso era triste cuando te arrimabas y lo descubrías. Tan cerca como se encontraba allí mismo el rubio... rápidamente con su mano se acarició a si mismo el pecho, descubriéndolo un poco, mojándose sin querer con la lluvia torrencial. Apartó su mano y allí estaba, una lantana de colores blancos y de rosas apagados, casi tan parecidos como los ojos de aquel shattenmaske - tu y yo.. ya nos conocemos - murmuró susurrante - ...por favor permíteme tocarte, quiero ver como estas - intentó que su miedo se fuera. Pues parecía desconfiado y temeroso de algún ataque. Esperó unos segundos, pero no pudo esperar más, la sangre incluso se derramaba al suelo y los vendajes habría que cambiarlos.
Se arrimó, casi subiendo sobre él pues pretendía que el agua ya no le callera en esa zona, hacer un pequeño "techo" con su cuerpo (subir sobre él pero sin tener contacto) y posar suavemente sus dedos en la herida. Las manos blancas de Hisoka eran tan delicadas que era extraño pensar que pudiera llegar a hacerle daño. No ejercían ningún tipo de presión. Subió la flor hasta ponerla detrás de su propio oído, y lanzó una mirada fugaz aunque interesada al shattenmaske. Volviendo a bajar su vista para concentrarse en quitar los vendajes, los acomodaría de forma que sirvieran más tarde.... al descubrir la piel notó que los puntos que le habían hecho sobre la carne estaban flojos... o si se encontraran casi recién hechos. No tenía modo de darle un anestésico, después de todo no tenía más que sus manos para ayudarse. Tocó, sosteniendo con firmeza las piernas ajenas en el lugar menos herido... quizás aquel hombre reaccionaría ante el dolor.
Flashback ¨Una pelea, una difícil pelea... un kunai oxidado y ajeno deslizándose en las piernas del shattenmaske. No... del Shattentaicho.¨ Se sorprendió al darse cuenta que se encontraba frente al sensei de los shattenmaske. Había oído hablar de él pero nunca lo había reconocido en persona.
Sus manos comenzaron a acomodar dolorosamente los hilos, aunque intentando por todos los medios no hacerle demasiado daño ni marcar su carne. La cicatriz la tendría sin duda pero no dañaría más su piel. Se inclinó mucho, hasta cortar lo que sobraba con sus dientes y mancharse los labios de sangre. Una vez que controló la pérdida de sangre en ambas heridas, dejó que el agua recorriera su piel... lavándola. Y Elevó su cabeza al cielo, haciéndola un poco hacia atrás para cerrar sus ojos y dejar que la lluvia limpiara sus labios. Volvió a los ojos del Delrösch y comenzó a atar el vendaje de una nueva manera, apartando las partes sobrantes, las manchadas de sangre y acariciando con suavidad una vez hubo terminado. Sin levantar la vista. Ahora podía sentirse más tranquilo. Aquel hombre, aunque débil, con algo de ayuda podría volver a casa y ponerse a salvo en alguna parte. Podría encontrar algo para desinfectarlo si fuera él quien le ayudara.
Levantó su mirada y se clavó en sus ojos, que parecían observarlo fijamente, lo cual hizo que la piel de Hisoka se estremeciera. Aunque supiera que en realidad no era así. La mariposa entre sus cabellos agitó un poco sus alas, jugando con algunas líneas de su pelo.. las líneas que estaban secas todavía, muy cerca de su nuca. La flor aquella en el oído del rubio, adornándolo todo. El cabello otoñal no dejaba se mojara, parecía haberla puesto estratégicamente allí - Hisoka... - se presentó levemente, con un tono suave y en susurros.
. . . . . Besar a Delrösch ashauosjaksnajsbamns ojalá se sanara así UwU mágicamente desapareciera la herida. Si Tammy! yo estaba basandome en un "después de la fiesta" e iba a hacer aparecer a la flor *u*
Jajajaja me encantó como narraste ese orgulloso ser que tiene este compadre jaja y sobre todo que lo hayas obligado, practicamente arrastrado hasta Hisoka~ñamñañam~ vi que te gustó la frase ;w;
que linda eres *snif* kasjnakjs jas wtf un amo llamando a su perro jajaja xD esta enojado por eso LOL XD
Ohh~ ;___; - desconsolado - me gustó cuando le respondió solo por inercia! (L) *ssssnifffff*
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- tu y yo.. ya nos conocemos - murmuró susurrante - ...por favor permíteme tocarte, quiero ver como estas - i
Le era inconfundible ese aroma a lantana, y aún recordaba el aroma de aquel chico, de aquella marioneta amable y simplemente delicada de aquella velada. No había estado seguro antes, pero esa lantana, y esa voz, eran prueba fiel de que aquél que ahora estaba frente a él, suplícandole sin tener razón de hacerlo, era esa marioneta.
Esa especial.
Notó la aproximación del chico, pero no se pudo mover. Delrösch no entendía porqué, ni qué le estaba sucediendo. Quizá se estaba volviendo incompetente, ¿la edad? ¡No era para nada viejo! ¿Entonces porqué su cuerpo rehusaba escuchar a su propia razón? Dejó de sentir los incesantes llantos del cielo sobre sí, y elevó su cabeza, como si con eso pudiera ver lo que sucedía.
No lo necesitaba--ah, mientras se daba cuenta de que el chico era quien le protegía (ahora ya no eran solo sus mariposas, ¿verdad?), los dedos del otro lo hicieron sobresaltarse, pero no huyó, estaba simplemente paralizado. Los sutiles dedos del muchacho comenzaron a deslizarse cercanos a sus heridas, y Delrösch dejó de respirar, su corazón retumbando en sus oídos, completamente confundido.
¿Por qué? ¿Por qué este chico le ayudaba? Sólo le había regalado una flor. Sólo había cruzado dos palabras con él. ¿Qué le daba tal amabilidad? Y con él, amabilidad para con él, un asesino, una sombra oscura sin moral más que el cumplimiento de su objetivo. Su instinto le decía que la marioneta no le haría daño, pero su razón le decía que no debía confiar. Su corazón, encerrado, solo bufó receloso. Sus labios parecían sellados de estupor, y su garganta era incapaz de generar las palabras para decirle al chico que se aleje de él, que no es necesario, que estará bien, que tal amabilidad es dolorosa.
Pero sólo lo dejó trabajar, en silencio, bajo la incesante lluvia y el aleteo de las psyché.
Cada agujazo era dado con precisión, dedos privilegiados guiando un hilo que generaba dolor, pero que el rostro de Delrösch no reflejaba, parecía un estatua, sentado en un charco mezclado con su sangre, y creyó que debía se ser una visión bastante penosa. Cerró sus ojos.
í - Hisoka... -
Se puso cuidadosamente de pie, sus muslos temblando ante el esfuerzo de sus cuadriceps por sostenerle en pie. Fatigado y completamente adolorido, sólo debía esperar unos cuantos minutos para que el área completamente indolora, pero también sin sensibilidad alguna. Se concentró en retomar su respiración que se había agitado, y dio un paso adelante, solo para colapsar sobre Hisoka de forma momentánea, sus reacciones posturales evitando que se fueran a pique al forzar su cuerpo hacia atrás. Se separó bruscamente, sus parpados entrecerrados, sin expresión, y logrando estabilizarse, se dio media vuelta lentamente, decidido.
Normalmente su regla era matarlo. El chico había visto su rostro, pero al parecer no se había percatado del asesinato que acababa de realizar. El shattentaicho podría pasar todo lo que quedaba de noche discutiendo con sus pensamientos, contrariado, pero en el fondo sabía la verdad: desde el momento en que Delrösch le entregó esa lantana aquél día, había sellado su propio camino en el destino. Su decisión estaba tomada.
Con pasos insonoros aun sobre el agua, preocupado de caminar al frente, un paso, el que sigue, aléjate de la luz (de la luna, de todo lo que brilla y es cálido), y sus mariposas retornaron a sus escondites, excepto la que estaba sobre Hisoka. Ésta comenzó a agitar sus alas desde donde se encontraba, instando al chico a seguir al taicho. Éste, por su lado, se detuvo cuando no escuchó los pasos del chico. Giró su rostro levemente, su vista desenfocada, su cabello pegado a su frente y mejillas.
Dos cuadrantes más allá podría descansar, lejos de la lluvia que coartaba sus sentidos, y podría atender bien sus heridas. Deseaba con fervor que el cuerpo del traidor fuese encontrado al alba, aun desangrándose, como ejemplo de que nadie traiciona su sombra. Dos cuadrantes más allá, entonces, él escucharía los gritos de terror y respeto. Podría también agradecerle al chico su amabilidad, puesto que era incapaz de soportar tal gesto sin regresarlo.
"Hisoka." Probó el nombre en sus labios (y ya podía hablar, y no se sentía mal en la punta de su lengua esa palabra), y retomó su camino con los pasos más gráciles que en ese momento pudo demostrar. "¿Vienes?"
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Si gustas nos puedes hacer entrar a un Inn o algo de por ahí, o podemos segiur en camino hacia "el lugar x" ;3
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Cuando él cerró sus ojos, los impúdicos ajenos le miraron atento. No había escuchado su nombre. No, ni si quiera lo había dicho. Quizás se sintió algo desilusionado, pues al verlo levantarse pensó que se iría sin más, pero al ponerse de pie casi recibió entre sus brazos a ese hombre, inquietándose al verlo perder las fuerzas y creer que se desmayaría justo en ese momento. Tocando apenas sus hombros, por inercia.. por intentar involuntariamente de sostenerlo. Pero él pudo hacerlo solo, a lo que el rubio exhaló menos preocupado, parecía tener mucha fuerza física o por lo menos interior, su voluntad era fuerte sin lugar a dudas. En su lugar el rubio no habría hecho más que llorar y desmayarse. Una vez más pensó que simplemente se iría y al verlo darse vuelta y comenzar a caminar le ocasionó una inexplicable y súbita angustia que exprimió su corazón con fuerza durante los segundos que duró el silencio. La mariposa en el cabello del rubio agitó sus alas tenazmente como si quisiera llamar su atención. Hisoka elevó un poco sus hombros ante la reacción y subió su mano para acariciar apenas a la mariposa pues la notaba inquieta y además le hacía cosquillas. Había sonreído por ello, sin querer.
"Hisoka." los ojos color esmeralda le observaron atentamente, su voz, era tal y como la recordaba. Y seguía dándole escalofríos como el primer día. "¿Vienes?" le vio continuar con su caminata, invitándolo a seguir sus pausados pasos. No sabía exactamente donde quería llevarlo, pero tomando en cuenta la perspectiva en la que se encontraba, el clima y lo mucho que le llamaba la atención esbozó una sutil sonrisa - ..me encantaría - habló, aunque siempre con un tono suave y grácil. Siguió sus pasos, caminando justo detrás de él. Mirando su espalda pudo comenzar a notar que el joven desprendía un raro olor a sangre y sin embargo estar cerca de él lo hacía sentir protegido, una combinación extraña sin lugar a dudas. Dentro de sus pensamientos rogaba que su empatía no actuara esa noche, pues no quería interrupciones. Su interés por conocer a ese extraño hombre tan silencioso movilizaba todos sus sentidos.
Durante el camino se mostró pensativo, aunque atento a cualquier palabra que pudiese emitir el "mago", apartándose algunos mechones rubios del rostro pues su cabello se encontraba empapado al igual que su kimono, el cual lucía ceñido a su cuerpo por sobremanera debido al agua, delineando su figura casi como si se tratara de una pintura al oleo. Dirigiendo sus ojos de vez en cuando al hombre a su lado, y otras veces al camino. Pero sin fijar su vista en ninguno de los dos.
. . . . . . asasasas a un hotel?! <No nos hacemos responsables por cualquier acontecimiento obsceno ni de todo tipo de naturaleza perversa que se derive del libre uso de los personajes en este roll akjshalkshakjs claro allí podrá descanzar, sanar sus heridas y hablarr y ejem.. todo eso que podrían hacer no? jajaja yo voto por el hotel! x/D
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