El Mundo Profano versus el Mundo Real
Un hombre dogmatizado por la religión y la política de su entorno se dirigió a un maestro francmasón y le comentó que aunque sentía que estaba obteniendo ciertos beneficios de la religión que profesaba y sus ideales políticos, le gustaría profundizar más allá, y encontrar algo más atractivo que le satisficiera totalmente.
El francmasón le apadrino para que ingresase a la Orden Masónica y durante algún tiempo, se sometió a las estrictas formas masónicas, como son la tolerancia, la humildad y las disciplinas propias de un Taller Masónico: asistencia puntual, guardar silencio, prestar atención, etc. Algo que el nuevo aprendiz no pudo resistir y regresó de nuevo al mundo profano de las religiones y de las políticas propias de esos círculos.
Un compañero masón le dijo al maestro francmasón:
Estoy seguro de que si este recién iniciado hubiese sido tratado con más gentileza al comienzo, se habría acostumbrado a las cosas propias de nuestra Orden Masónica y no se hubiera alejado de la Gran Luz.
El Maestro Francmasón ya en Tenida tomó la palabra y dijo:
Durante muchos años, hemos recibido a muchísimos profanos, y al cabo de unos meses o años, estos no logran verdaderamente iniciar el camino hacia el verdadero proceso de cristalización Interna, inclusive algunos profanos permanecen hasta el final de sus vidas entre nosotros y nunca logran hacer verdaderamente la transmutación del plomo al Oro.
Les contare mis QQ:.HH:. una Historia que guarda la clave de este proceso alquímico interno.
Había una vez un Juez que solía insistir en que se le diese un soborno antes de examinar un caso o incluso hacía firmar a la fuerza documentos de desistimiento o de culpabilidad. La gente se sentía agraviada por tanto Caos, pero ya que el Juez había sido nombrado por el mismo Rey, no había nada que pudiesen hacer ante sus sentencias.
A tantas demandas, el Juez fue removido de su cargo por corrupto, se le dio el cargo a un Nuevo Juez. Él, a su vez llevaba las cosas conforme a la Ley, era muy severo y a la menor infracción enviaba al calabozo a los infractores, tan inflexible era este nuevo Juez, que al poco tiempo la gente estaba suplicando por el retorno del anterior pero denostado Juez. Al menos – decían – solía dejarnos en paz y nos daba algo de justicia, sin castigarnos tanto, a pesar de todo el anterior Juez era blando con nosotros- decían todos.
El aprendiz masón que recién desertó de nuestra Orden Iniciática, ha regresado a su antiguo pero blando tirano (el antiguo Juez) : que es el Mundo Profano. Su ego profano necesitaba tener experiencias que le permitiesen valorar la enseñanza masónica para luego denostarla, justificarse así consigo mismo, y negar luego que exista Un Algo Superior. Definitivamente él no estaba preparado para ingresar a la Orden, pero se le dio, como a tantos otros, de todas formas una oportunidad.
Y se preguntarán por esos masones que están entre nosotros años y años, y no nunca lograron nada, bueno ellos aún siguen sobornando al Viejo pero Blando Juez.
Vicente Alcoseri
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