¿Qué se requiere para ser un Masón de excelencia?
Cierto un masón visitó al francmasón Kadyr él cuenta cuentos. Y este le hizo saber que él por años había logrado altos grados masónicos y altos puestos en logia, y que aún y esto sentía no había obtenido el gran conocimiento masónico. Y que por ello recurría a Kadyr, pero que esté tenía el defecto según él y muchos de no enseñar con rapidez.
A lo que Kadyr respondió:
Porque, incluso al masón de comprensión más refinada y dedicada, no se le podrá enseñar en absoluto, si no es poco a poco, y todo en medida de su comprensión. Muchos asisten a mi Logia Virtual pero están ausentes de sus mentes - añadió el Masón Kadyr.
Y fue cuando Kadyr mencionó el siguiente cuento:
Había un Rey que quería convertirse en Masón. Al Masón al que abordó acerca del asunto dijo:
Vuestra Excelencia no podrá estudiar con los Masones, hasta que pueda tener una atención refinada sobre sí mismo al tiempo que una atención constante de su entorno, una atención al unísono de si y de lo que le rodea.
¿Yo desatento? – Replicó el Rey – un tanto furioso. ¿Acaso no estoy atento de mis obligaciones para con el pueblo? ¿A quién puedes encontrar en todo mi extenso reino que tenga una queja contra mí por mi falta de atención hacia ellos?
Ésa es precisamente la dificultad – contestó el Masón. La gente sólo imagina que pone atención, cuando en realidad está dispersa, e igual y me dispensa su Majestad, pero en el pueblo hay muchas quejas contra usted como un hombre capaz de manejar su Reino.
Va, quejas del pueblo siempre habrá contestó el Rey, además con respecto a mi atención sobre mí, se dónde estoy en tiempo y espacio. No puedo comprender esa clase de observación – dijo el Rey - , y tal vez me consideres incompetente porque no puedo comprender tus intrincados enigmas masónicos, que seguro ni tú encuentras solución.
A lo que replicó el Masón: Un aspirante a Masón no pude tener realmente una discusión con su posible maestro aún y tú seas el Rey del Mundo. Los masones tratamos de conocimientos no de discusiones en Logia.
Pero aún esto te daré una demostración de tu falta de refinada atención, si es que realizas una prueba y haces lo que yo te ordeno que hagas.
A lo que el Rey estuvo de acuerdo en hacer la prueba, y el masón le dijo que respondiese “Te creo” a todo lo que dijera durante los minutos siguientes.
Vaya, sí que esto es una prueba sencilla, es bastante fácil convertirse en masón, si todo lo que me dicen debo creerlo sin cuestionarlo o dudarlo, respondió el Rey con cargado sarcasmo.
Entonces el Masón empezó la prueba y dijo:
Soy un Masón de más allá de los cielos.
Te creó – contestó el Rey.
El masón continúo:
La gente corriente intenta obtener el conocimiento masónico, aún y saben no lo utilizaran.
Te creó – contestó el Rey.
Los Masones tenemos mucho conocimiento, pero somos muy egoístas
Te creó – contestó el Rey.
Soy un Masón mentiroso
Eso si que te lo creó – contestó el Rey
Los masones conspiramos contra tu reino
Vaya que eso si te lo creó – contestó el Rey
Tú realmente no eres un Rey, y no tienes derechos a que te consideremos y reconozcamos como tal.
Como había gente presente, atentos a lo que dijera el Rey, este no pudo, afirmar tal cosa, algo con tantas implicaciones políticas, y la gente incluso de ahí en adelante dudaría de la legitimidad de su reino, y este respondió gritando no, no te creó –
El Masón miró a los ojos al Rey y dijo:
Puesto que eres tan desatento, que no puedes ni recordar decir por un minuto “Te creo” sin que te entre en juego algún prejuicio, mientras no superes tus miedos a perderlo todo, ningún masón será capaz de enseñarte masonería. Y recuerde algo más su Majestad, al entrar una Logia Masónica usted perderá su status de Rey para convertirse en uno exactamente igual a los demás y eso a usted nunca le gustará.
A esto el Rey voltea hacia el Masón y le comenta: He bien comprendido finalmente , en una Logia masónica dejaré de lado el hecho que de soy Rey de la Mitad del mundo, para ser uno igual a vosotros; y eso nunca lo aceptare. Y añade el Rey: Mis respetos a los masones, ahora sé que no creen en las patrañas que nos inventamos los humanos, de que yo soy Rey y tú eres mi subidito, de que yo tengo todo el poder, y tú no lo tienes. A final de cuentas, cuando se termina la fiesta de las mentiras, y se caen todas las máscaras que nos colocamos nos damos perfecta cuenta que todos somos exactamente iguales.
Al terminar el Francmasón Kadyr el cuento voltea hacia el masón visitante, y le dice: Mientras tú mi hermano, busques en Logias Masónicas la pompa, el banal reconocimiento de los demás, trates de encontrar el oropel de los grados superiores, o simplemente te agrade el culto a la personalidad en logias masónicas, y los suntuosos arreos nunca darás con el conocimiento superior en Masonería.
La Humildad mi hermano es la columna en donde se sostiene el gran edificio masónico.
Alcoseri.