El Viaje Iniciático hacia la Luz Interior
Todo viaje espiritual, toda búsqueda – llega tarde o temprano a la otra orilla, ese lugar desconocido, pero siempre ideado. Hay que poner atención, mucha atención, a nuestra intuición superior. Tarde o temprano contemplareis la Luz al final del túnel. Si quieres conocer de antemano lo que te espera, deberás sumergirte dentro de ti ahora; seguro así estarás preparado. Tanto y seas capaz de sumergirte dentro de ti, tanto así merecerás llegar más arriba. Pero ¿Cómo sumergirse? ¿Hacia dónde ir? ¿Quién te ayudará? ¿Existe un método?
Es sabido acerca de la Gran Obra entre los masones que los puntos cruciales del asunto. Una idea clara es indispensable al comienzo de la tarea, y es que simplemente “No Nos Conocemos”. De nada sirve lanzarse antes de comprender de qué trata el asunto . Un acercamiento a sí mismo, a ese gran desconocido que somos para nosotros mismos. Sabernos, contactarnos, y esto no es fácil.
Pero el obstáculo más grande , es el trabajo pernicioso de la mente no educada, y consiste en persuadirnos de que este acercamiento no se dé efectivamente, de que el análisis superficial sobre nosotros sea suficiente, de que sabernos a medias basta, de que el trabajo del masón no debe ser más que una interpretación de una mente deformada por el mundo académico y científico profano.
La mente deformada por las religiones profanas, es siempre esquinante para el encuentro con lo Interno, simplemente porque las Instituciones Religiosas temen que el hombre y la mujer se den cuenta que todo está dentro de sí mismos, y ya no dependan ya de las Religiones Falsas y Dogmaticas. Así el cerebro humano, siempre limitado, incluso si se complace con las luces falsas de la ciencia humana, jamás ese cerebro podrá ayudar al hombre y la mujer a salir en la búsqueda de sí mismos. Embriagado el Ser Humano por los razonamientos sociopolíticos, abrumado con motivos articulados en un orden incorrecto, nunca podrá alcanzarse a sí mismo en toda su Totalidad. Sólo a través del Yo Real, ese Ser Superior que se agita poderosamente muy dentro de Nosotros, ese que nos llama, se desplaza hacia lo Superior, y que vive sin nunca morir.
Hay que alcanzar la otra zona, esa zona interna, a las que el psicoanálisis no puede penetrar y ni siquiera delimitar, esa zona que aunque muramos, esa zona de Gran Luz Interior perdura, esa Zona Luz Violeta donde se refugia el verdadero misterio. La comprensión, humana se detiene a cierto nivel. Por debajo, o por encima, o alrededor hay que vislumbrar ese Yo Superior, tan luminoso, que los reflectores poco luminosos de la inteligencia profana no la pueden encontrar; se ciegan ante tanta Luminosidad. Pues la Vida Real, la vida completa yace ahí, que sólo se llega a explorarse a través de la Acción, a través del Hacer. Todos los buenos masones lo saben: después de unos años de vida masónica se llega finalmente el momento en que hay que lanzarse hacia dentro de sí mismos, tal cual mariposas enamoradas de la llama luminosa, estando seguros del no regreso, ahí nos aniquilaremos en Dios “El Gran Arquitecto del Universo” nos fundiremos en Él. El conocimiento masónico final, el conocimiento verdadero, se obtiene a ese precio. Conocimiento que es darnos cuenta al final que siempre fuimos Él, nos deja así en una especie de éxtasis y frenesí espiritual indescriptible.
El método es simplemente dejarte llevar por la Divinidad Interior, Ella misma te ayudará, todo consiste en ir hacia Ella.
Alcoseri
http://groups.google.com/group/secreto-masonico