La Exaltación del Alma Inmortal sobre la Materia
La Masonería comienza a partir de un reconocimiento de la situación humana. Los seres humanos estamos atados por las leyes de los procesos emocionales que nos esclavizan, y sufrimos como consecuencia de esas ataduras pasionales. La Francmasonería avanza concentrándose en el conocimiento de uno mismo. Se podría decir que este conocimiento es el método esencial y al mismo tiempo la meta principal del masón. Sin embargo, el conocimiento de uno mismo es un asunto relativo. No sólo depende de la profundidad y la claridad de la introspección, sino también de lo que se considera que es uno mismo. La Masonería propone un cambio progresivo de la visión de lo que es realmente el ser humano, identificando al Ser Luz con algo que habita el cuerpo. No es el cuerpo carnal el que tiene el alma, sino el alma inmortal quien tiene al cuerpo carnal. El masón identifica menos a la persona con su cuerpo y más con el alma inmortal encarnada en el cuerpo. Identificar al Ser Luz que hay en uno mismo como algo distinto al cuerpo carnal y a la mente condicionada por el entorno social, es la libertad que sólo es posible a través de un funcionamiento y una reestructuración adecuada de individuo, expuesta través de la Exaltación del Tercer grado de la Francmasonería, pero, ¿Exaltación de qué? Es la exaltación de Alma Inmortal Sobre la Materia. Existe una correspondencia intrínseca entre el micro- universo, que es el humano, y el macro-universo que es toda la gran creación cósmica. Cuanto más desarrollado esté una persona, más corresponde a los aspectos más profundos y más sutiles del cosmos; solamente un ser humano totalmente desarrollado refleja toda la Luz de Dios. Pero considerar que el mundo profano es un obstáculo y no una oportunidad es similar a considerar que la piedra burda es una obstrucción para la estatua terminada. La piedra burda es la sustancia el elemento con la que cada uno de nosotros realiza una obra de arte, de acuerdo a su capacidad para responder al impulso y a la iniciativa del interior Luminoso. Esta sustancia pertenece al micro-universo e incluye lo que normalmente se conoce como procesos psíquicos, orgánicos, emocionales. Nosotros no somos inmortales, no nacemos inmortales pero podemos llegar a serlo, obtener un libre albedrio y poder tener al fin un poder de elección, y así encontrar lo mejor para nosotros, y no lo más nefasto como habitualmente nos sucede en el mundo profano. Vicente Alcoseri http://groups.google.com/group/secreto-masonico