CONSPIRACIÓN SATÁNICA EN CONTRA DEL SAGRADO NOMBRE REVELADO A MOISÉS QUE RECAYÓ EN EL MESIAS A CAUSA DE LA REDENCIÓN:

En el Libro Génesis de la Antigua Alianza que Elohim concertó con los israelitas, se verifica que cuando a Set, tercer descendiente de Adán, le nació su hijo Enos, los hombres comenzaron a invocar el Nombre del Creador (Gn. 4:26); pero no se sabe hasta que momento lo estuvieron invocando, si es que fue hasta un tiempo anterior a la destrucción del mundo antiguo o hasta el día en que comenzó el diluvio universal o hasta que tiempo después.

Cuyo Nombre no lo supo el patriarca Abraham ni Isaac y tampoco Jacob, de quienes por este último de los nombrados, descendieron los 12 patriarcas y los otros israelitas (Ex. 6:3); y es en tiempos de la existencia física de Semut (Muset), que se dio a conocer como ÍO SOY EL QUE A USTEDES ME HA EVIADO, de donde extrayendo las cuatro letras sagradas ƎҒƎƵ (IEUE), son el Tetragrama bendito o la abreviatura del Sagrado Nombre, que vino a coincidir con el propósito del Eterno de liberar al pueblo semítico, de la aflicción y opresión por la servidumbre que tuvieron en Egipto durante 400 años, tal y como Elohim le había revelado a Abraham que tendrían, y que no obstante serían liberados (Gn. 15:13).

Hay que tener a cuenta en cuanto a ese Sagrado Nombre, que cuando este le fue revelado a Semut (Muset), los hebreos escribían y tenían como lenguaje el hebreo arcaico, que resultó de la mescolanza de la lengua hablada por Jacob con el idioma egipcio, ambos contentivos de vocales y consonantes, a manera de figuras pictográficas el primero en mención y de jeroglíficos el segundo de los aquí indicados; y por tanto las letras del Sagrado Tetragrama que son de verdad vocales, vinieron a ser sustituidas por consonantes cuando los fariseos establecieron el nuevo canon bíblico, en el que actualmente son יהוה (YHVH). Si bien es cierto que después del destierro de Babilonia y reorganización del pueblo semítico se adoptó el hebreo consonántico, no obstante en antiguos escritos que tienen una data de 250 años antes de Cristo y que fueron hallados en las cuevas de Qumrán cerca del mar muerto, se puede verificar que aunque la mayoría de la escritura empleada para escribir los textos sagrados es con el hebreo cuadrado, más sin embargo en temor, respeto y no profanación del Sagrado Nombre, este abreviadamente lo escribieron en Hebreo Paleo, que fue la forma escritural y lingüística que en tierras de Canaán surgió, como producto de la mescolanza del hebreo arcaico con la escritura fenicia, dando como resultado que el Tetragrama se escribiera a la manera como sigue: ƎҒƎƵ, y el cual según su orden alfabético, tiene como equivalencia fonética cuatro vocales (IEUE) y no consonantes (YHVH).

Con ese Nombre que no se sabía, el Eterno por manos de Semut (Muset), les dio la libertad a los israelitas de la esclavitud que tenían en Egipto, donde bajo la opresión del Pharaoh (Faraón), estaban afligidos y oprimidos. Libertad que afín de introducirlos más tarde en la tierra prometida que se llamaba Canaán, fuese donde el mismo Creador en su forma de Mesías, concertara la Nueva Alianza para liberar a su pueblo de la Ley del Pecado y de la muerte, en la que por el pecado se afincaba el Diablo, para acusar y justificar la muerte de millares de israelitas, puesto que el alma que pecare, esta morirá (Rm. 8:1-3; Zc. 3.1-10; Ap. 12:10; Hb. 2:14; y Ez. 18:20).

Dada entonces la existencia del Nombre Sagrado del Creador que recayó en el Mesías para liberar a su pueblo de la mencionada Ley, surgió desde entonces y a posterior, la conspiración satánica de profanar y alterar el Nombre Sagrado, a fin de que para contrarrestar la salvación concedida a causa del pecado, se esté mencionando un seudónimo o nombre inventado por el hombre, que no tiene eficacia alguna para salvar, pues, a sabiendas el enemigo que quien invocare el nombre del Señor ese será salvo, porque no hay otro Nombre dado a los hombres en el que podamos ser salvos (Joel 2:32; Rm. 10:13-15; y Hch. 4:12). Nombre ese que por el contenido del Tetragrámaton y la incorporación de una quinta letra debido a la salvación en aras de la redención y bendición del pueblo hebreo y de los gentiles, no es a la verdad Jesús sino IESUE, que significa: ÍO SOY, EL SALVADOR QUE A USTEDES ME HA ENVIADO.

La conspiración contra el Sagrado Nombre, no solo se quedó en la sustitución y profanación del tetragrama original, que era constante de cuatro letras vocálicas, sino mucho antes a voluntad del Eterno que recayera en el Mesías con la adaptación de una quinta letra debido a la salvación, los romanos mediante el Preafectvs Pontivs Pilatvs, le hicieron una distorsión al nombre IESUE, para rehacerlo a la manera del latín antiguo, con el que muchos nombres finalizaban con la terminación en US, y así inicialmente resultó IESVS en la tablilla puesta sobre la cruz; pero en el siglo 18 de nuestra era, que con la inclusión de la letra Jota por parte de la Real Academia Española en el alfabeto, fue transformado a Jesús, y este que devenido pues de IESVS que tiene una secuencia numérica de Seiscientos Sesenta y Seis (666) en sus tres últimas letras, está actualmente contenido en muchas traducciones y versiones del Nuevo Testamento. Esa secuencia numérica de 666 en las tres últimas letras del nombre IESVS que fue transformado a Jesús, es fácil detectar, escribiéndolo en latín antiguo con el acompañamiento de los valores numéricos y nombres de letras del alefato hebreo, tal y como en lo siguiente se observa:

I - Yod = 10

E – He = 5

S – Samech = 60

V – Vau = 6

S – Samech = 60

Conspiración esa que fue consumada mediante las modificaciones, traducciones y versiones del Canon Bíblico, en las que la abreviatura del verdadero Nombre del Creador que es el Tetragrámaton, está distorsionado o alterado a criterio del hombre, con la inclusión de otras letras que no le corresponden, que para poner como ejemplo, es que en la mayoría de ellas, se ve o se observa: JeHoVá, YaHVeH. Lo que altera o distorsiona la abreviatura del verdadero Nombre, que inicialmente a voluntad del Eterno, consistió en cuatro letras y no más, y es precisamente por lo que se le dice el Sagrado Tetragrama o Tetragrámaton.

Con la conspiración satánica en mención, los israelitas entre otros mediante ha obrado Satanás, dieron cumplimiento a la profecía contenida en el Libro atribuido al profeta Ezequiel. La cual en una de las versiones Bíblicas, dice: “Y los esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme a sus caminos y conforme a sus obras los juzgué. Y cuando llegaron a las naciones a donde fueron, profanaron mi santo nombre, al decirse de ellos: Estos son el pueblo de JeHoVá, y de la tierra de él han salido. Pero he tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la casa de Israel entre las naciones a donde fueron. Por lo tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho JeHoVá el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones a donde habéis llegado. Y santificaré mi grande nombre profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy JeHoVá el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos” (Ez. 36:19-23 R.V. 1960).

En vista pues de esa profecía, es importante que sea santificado el Sagrado Nombre, como el mismo Elohim lo ha anunciado; y por ende que en contravención a la conspiración satánica contra el Sagrado Nombre que recayó en el Mesías como IESUE y que fue distorsionado por los romanos como IESVS (Jesús), es la importancia de la única oración que él le ordenó a sus discípulos, diciendo: “Vosotros, pues, orareis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos meta en tentación, más líbranos del mal, porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” (Mt. 6:9-13 RVR 1960).