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« Grecia: Templo de Piscis
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De: Lady Athena (Mensaje original) |
Enviado: 27/10/2010 22:12 |
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•Desde las profundas lejanias de la ultima casa posada en lo más alto del camino que lleva desde el primer templo hasta el recinto del Gran Patriarca, una figura estoica observa en el umbral del templo que resguarda con recelo. Sus cabellos hilados caen cual tela de seda sobre sus hombros y espalda, cubierta por el dorado manto del doceavo signo del zodiaco Piscis. Aquel ser cuya belleza opaca a cualquier amazona y su frialdad parece traspasar los mares del artico tiene los ojos fijos en la entrada del santuario. Su armadura emite un brillo dorado a contra sol, mientras la capa que recubre su espalda se balance parsimonica rozando sus tobillos. Detrás de ella se levanta el jardin de rosas endemoniadas, las bellas flores cuyo polen puede someter al más terrible caballero a una muerte lenta y hermosa , como todo en ese templo perdido en lo alto. Pero su frio semblante posee un velo de muerte que opaca la luz de su rostro, viendo con nostalgia hacia las lejanias.
-Albafica - menciona su aliento en el instante en el cual se separan sus labios, recordando al poseedor de su armadura gemela, tambien guardian del doceavo templo que en esos momentos debe estar peleando contra las fuerzas oscuras que amenazan el santuario - Ellos no llegaran aqui. Y de llegar, será su ultima escala antes de volver a su infierno - decreta deshaciendo con el poder cósmico de su ser la rosa que luce en su diestra, levantando uno a uno sus petalos hasta que estos se pierden en lo alto del cielo.•
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Pisukesu no Tsaphiel
El cálido cosmos de su compañero de armas Albafika se llega a sentir hasta el ultimo recinto del Santuario. Tan brillante como el sol naciente, tan hermoso como los jardines letales de rosas que recubren las paredes del doceavo templo. El dolor aun no es notorio, no puede ser notorio. Algo dentro de la amazona dorada parece razgar su pecho por dentro, cuando al cerrar los ojos puede sentir los pasos lentos que acercan a los entes de Hades, penetrando las paredes del sacro santuario ateniense. El viento que parece aclamar una batalla funesta mueve con interés la capa blanquecina del color de las perlas del oceano que adorna la espalda de la hermosa amazona dorada. Sus cabellos plateados tambien bailan al son de aquel soplido de eolos como si en un acto de generosidad, buscase saciar su ansiedad. Respira con calma, llenando sus pulmones del aire y el aroma de las rosas del templo, pero entonces sus orbes vuelven a mostrarse, tan frios como el suelo marmolado que pisan sus pies. Tsaphiel se mantiene con la mirada al frente, con ambos brazos pararelos a su efigie reconociendo que Hades está abanzando demasiado. Un nuevo cosmos ingresa al santuario, como ayudante oscuro que parece cruzar hasta la casa de Aries, donde Shion y la amazona de Geminis levantan un encuentro. Los espectros habian pasado por encima de Albafica, quien pelea aun en el rodrio y ahora, con pisadas asquerosas violan el primer templo.
-Shion , no les permitas el paso. ¡Esos hijos de Hades no pueden seguir avanzando! - su voz no resonó por sus cuerdas vocales, sino como un decreto pensado para llegar a la mente de su compañero Dorado, Shion de Aries. Tan fria como su mirada, una sonrisa se dibuja en sus pálidos labios rosados. Vuelve a cerrar los ojos con la hegemonia de los cabelleros que tienen garantizada la victoria - Solo la suerte puede dar lugar a que estos espectros continuen su avance. Pero todo, incluso la suerte se termina -
Tsaphiel aspira el aire nuevamente y vuelve la espalda al umbral del templo, volviendo sus ojos cual amatistas brillantes al jardin de rosas rojas, tan hermosas como aquella mujer inmune a su veneno - Hasta las rosas más hermosas pierden su belleza con el tiempo que pasa. ¿Es esta nostalgia que me invade el amargo sabor de la pérdida? - algo en el corazon de la amazona parece diferente. No es apatia aquello que invade su cuerpo y acaricia su piel como la brisa; ya no esta absorta en su jardin como en otras ocasiones. Es entonces que nota que es aquello que recubre el santuario, con la presencia de los cosmos invasores en el - Que ilusa he sido - su voz resuena como el canto de una sirena sobre los pilares del templo paseandose entre las sombras como un ente en pena, esbozando sus labios cual petalos una sonrisa melancolica - La belleza no solo reside en la vida de mis rosas - sus dedos acarician el petalo de la rosa mas cercana el cual cae al suelo como una hoja que se desprende de su arbol con el otoño - Esta belleza que comienza a cubrir el santuario es diferente, pero no por eso menos hermosa. Es la belleza que se esconde detrás del manto de la muerte -
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** El último de los guardianes mismo que a su lado de ese templo se encontraba el jardín mas toxico mismo el caballero Alfabika estuvo viviendo y llevando esa esencia del veneno. Ahora después de la muerte las rosas de ese hermoso lugar comenzaron a marchitar pero al estar presente la nueva guardiana la misma vuelve a surgir sabiendo ella mismas que serán la protectora de la ateniense.
El aire por fin como todo un mensajero llega hacia aquel templo dentro de ella escultura de hermosa mujer y de un ángel que mismo representa a los dos peces, una la diosa Afrodita y la otra al mismo dios Eros. Circulando como danzar de pétalos circulaba hacia donde se encontraba Tsaphiel pero esta vez esos pétalos había dejado de sentir el aroma toxico que siempre estuvieron acostumbrados ambos piscianos, demostrando la verdadera hermosura de esas flores el caballero dejando y deseando que recuerde que cuando consiguió su armadura fusionaron ambos la misma sangre llevando el veneno toxico del pisciano dentro de ella así como el veneno de su sangre al pisciano, por lo que ambos llevaba las toxinas aun más poderosas que ha existido.
Mientras que los pétalos danzaban con gran alegría a la nueva dueña era también el adiós y pidiéndole que ahora sea la única caballero protectora de la última casa.
Mientras que una ráfaga fuerte entraba mismo frio de la noche hacia que se llevara volando hacia lomas alto del santuario una chispa dorada se percibe rodeándola como si recorriera por todo el cuerpo de aquella mujer hermosa con tan solo contemplarla se apreciaba la más digna y representante de la belleza de la tierra dejando el recordatorio de lo terrible que son los espectro, si mas se desaparece dejando un estela dorado, diciéndole un adiós.**
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*En el ultimo templo, la ultima escala del santuario antes de llegar a la diosa Atena, una amazona se encuentra de espaldas al umbral del recinto de Piscis. En sus manos, una rosa roja se luce cual lágrima carmesí del jardín que se abre frente a sus ojos emitiendo un exquisito aroma, letal para cualquier otro olfato. Los pensamientos de la pisciana estan tan ocultos como su cuerpo debajo de la pesada armadura dorada, manto correspondiente al signo de los peces.La quietud de su rostro equivale a la belleza de Afrodita, tan calma y pasiva como Penelope, que espera a su esposo perdido en la lejana guerra. Sus ojos, brillantes como gemas amatistas estan perdidas en el jardin de rosas, delineando cada flor con la mirada, como si buscase encontrar una imperfección inexistente.De repente una cálida brisa ingresa por el umbral del templo, paseandose por los pilares, exparciendose cual bocanada de viento perdida en la nada.Tsaphiel se voltea abruptamente, abriendo los ojos confusa, buscando interpretar aquel mensaje traido por el aroma que ha invadido el doceavo templo. Habia sentido una explosion cósmica y, perdidas en la brisa, palabras tan silenciosas que directamente hablaban a su propio cosmos. La frialdad que delineaba el rostro de la amazona ha desaparecido, solo mostrando una mirada desencajada, con el seño apenas levantado como si no diese crédito a aquello que está presenciando.La brisa pasa a su lado, retornando al jardin de rosas, fundiendose con este, y en el paso moviendo los cabellos cual hilos de seda de la hermosa efigie pisciana. Tsaphiel abre los labios, como si tratase de musitar algo pero su garganta no responde, mientras sus ojos amatistas se ven nublados por la emoción, una emoción embriagadora y temible que parece oprimir su corazón. Cierra los ojos y apenas emite un suspiro, como si quisiese callar el sollozo de su alma -Albafica - su voz se pierde en la profundidad del templo mientras la rosa en su mano cae al suelo, partiendose en miles de petalos que adornan el marmolado suelo de Piscis. Albafica de Piscis ha caido durante su batalla en el Rodrio. La guerra Santa se ha cobrado su primer victima. La vida de un valiente caballero que peleó por el santuario y que tanto Tsaphiel como los demás saben no será el ultimo - Albafica ¿Por qué? Debiamos proteger a Atena- susurra su voz mientras sus largos cabellos cubren sus ojos, aquellos brillantes orbes empañados por la tristeza y la impotencia. Traga saliva apretando los ojos asi como sus labios. El exquisito aroma de las rosas, manifiestas como petalos provenientes del rodrio envuelve a la amazona como un ultimo saludo de su compañero de armas antes de cruzar al inframundo. Tsaphiel abre los ojos mostrando un gesto irreconocible en sus facciones distantes, un gesto de dolor y refleccion - Lo hiciste por protegerla. Ahora puedo entenderlo. Yo tambien lo haré. Protegeré este templo con mi vida -decretan sus labios mientras extiende una mano hacia el frente. En su palma un petalo rojo se posa cual ave que busca descanso. La mirada de Tsaphiel se pierde en aquel petalo, como si reconociese en él la presencia de su compañero - Defenderé este templo por Athena y por ti -*
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De: iCaRo |
Enviado: 07/02/2011 02:01 |
Asmita D´ virgo
** la batalla transcurria su curso mientras el guardian de la sexta casa no se pronunciaba aun parecia aver desaparecido ps ni su cosmo se sentia por el santuario, en un momento tan critico el caballero asmita estaba a lado de la diosa athena serca de la casa de picis en una posicion de meditacion total, podia sentir que lentamente muchos camaradas suyos padecian ante el poder de los espectros ps con un poco de rabia sentia apagarse uno a uno sus cosmos de cada guardian de las casas, pues tenia ganas de ir y ayudar pero las oredenes de la diosa athena era permanecer a lado de ella, mientras pasaba el tiempo solo en esa posicion sin moverse sintio una llamada desde la casa de aries era la amazonas que luchaba con una jueza del infierno..... jade de aries te escucho la peticion que me haces son pocas las personas que pueden hacer esto si hubiera tenido una pelea no hubiera podido hacerlo pues se nesecita un cosmo elevado ahora mismo mi cosmo descansa y se me hara algo facil hacer esta tarea... que me pides por la diosa y por los caballeros caidos que vuelvan y reclamen la cabeza de la jueza..**
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``La soledad se admira y se desea cuando no se sufre pero la nesecidad humana de compartir cosas es evidente´´
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