*-…Nunca me espere verlo nuevamente…- el eco de un vocablo recóndito y pensativo repica en el presuntuosa esfera del infierno donde el soberano de estas tierras se deja ver solo para algunos bienaventurados, quienes tienen la dicha de postrar sus respetos observando escuálidamente a quien juraron defender, Giuddecca. Tal como un taciturno cazador, aquel enigmático personaje que  asilado en las sombras, sigue con gran esmero cada movimiento de este conocido oponente, más las situaciones actuales serian completamente diferentes de lo que fue alguna vez en las frías tierras de Odín, pero los participantes de esta serían los mismos, solo que un poco más ilustrados. Mientras la carrera del gigante comenzaba la travesía por las sacras escalinatas que dirigían hacia el trono del emperador, un súbito has luminoso en forma de X se estrella demoledoramente a unos metros más delante de Alexius confinando con esto, a detener el viaje y quizás hasta llamar su atención, mas  después de la batahola del choque energético, una lóbrega voz comienza a resonar entre la solemnidad de palacio -… Vaya, veo que no fuiste asesinado aquella ves en el Valhala… que lamentable, el solo hecho de verte con vida ya mancha mi impecable historial de batallas…- expresa aquella burlón misteriosa presencia sin punto de origen aparente, mas por el tono de sus palabras y la ligereza expresada por el, indicarían que este eventual enfrentamiento fuese parte de una continuación de antiguas deudas aun sin saldar...*

Alexius te invito a seguir la trama de un segundo encuentro de nuestros personajes después de nuestro primer combate,

*...Ya no era necesario resguardarse bajo el lúgubre manto de la oscuridad, ambos se conocían y bastante bien como para caer en estúpidas presentación o introducción innecesarias. Paso a paso, la figura del galante representante de Antenora hace acto de presencia tras el trono del emperador, sosteniendo una sádica sonrisa es como pausa su andar a una prudente distancia del gigante lo mismo que harían la legión de esqueletos que le secundaban en su avanzar -…En efecto Alexius, no era necesario permanecer en aquel repugnante lugar, además…- pausa sus dichos para alzar levemente su testa para así permitir que sus ambarinos orbes se fijaran en el vikingo -…el hecho de verte en el mismísimo infierno quiere decir que esta vez tu buscas la supervivencia de las tierras de  Odín ¿no es así?...- inquiere seguro de sus palabras y más aún, en su interior existe un gran interés de poder darle un giro a la historia que se escribe entre ambos combatientes, ya que anteriormente el punto final no fue puesto por la muerte de uno de los 2…*

*-…Me pregunto ¿Es que acaso un Dios tan cobarde como Odín manda a sus emisarios a pedir por la vida de los habitantes de su repugnante tierra al señor Hades?, sobre todo te envía  a ti…- Dictamina seguro de sus palabras mientras perfila levemente su mirada al sentir a sus espalda la llegada y la correcta disposición de sus tropas que tal como menciona el gigante, jamás se separaran de las alas de Garuda -… Se podría decir que buscan permaneces bajo mi tutela para sentir el gozo de la victoria en batalla, la magna sensación de sentir la sangre de los impuros… y sobre todo, la sangre de quienes se atreven a pisar estas tierras…-  Claudica con vigor y con todo el gozo que emerge desde su pecho al expresar las glorias que es dueño al ser uno de los principales representantes del infierno.  La lúgubre mirada del regente de Antenora, regresa suavemente hasta retomar su posición inicial, y en vista que su adversario se prepara para la batalla, el sonriente Garuda hace lo propio al encender su cosmos violario que le rodea en formas de espeluznantes halitos fantasmales – ¡Que esta vez sea la definitiva, Alexius!..-*

*…-...Siempre tan apresurado ¿Por qué quieres adelantar tu inminente final, Alexius?..-No era para nada sorpresivo para Aiacos, que el gigante Alexius se lanzara en post de una rauda acometida y mucho menos, el uso de ambas hojas de sus hachas para destrozar a sus huestes. En efecto, así fue, los malogrados esqueletos residen de lleno la ira de las armas del Asgardiano cayendo sin vida y rociando por doquier un macabro manchón de sangre que tiñen la solemnidad de Giudecca. En cuando al comandante de las tropas, atiende sin perder ningún detalle de la envestida hacia sus esqueletos y sobre todo, la inminente barrida del colosal cuerpo del vikingo que está próximo a golpearle, más el juez del infierno no puede ser tomado por tonto y anticipando en cierta manera,- ...¡Tonto, aun me subestimas demasiado!…- expresa sonriente al tiempo que este da un leve salto para dejar que Alexius pase por bajo sus pies, mas evadir no era su única jugada, ya que encendiendo súbitamente su cosmos, el cuerpo de Garuda se deja caer pesadamente en una devastadora patada en dirección a la testa del representante de Gamma, abogando con esto dar un demoledor comienzo a la contienda buscando ejercer un daño medio al gigante…

*…Todo indicaría que la estupidez del guerrero del norte no había cambiado en lo absoluto después de incontables batallas hasta llegar a Giudecca, más la sorpresa del alado espectro era mayúscula al observar que toda esa algarabía de su otrora ataque solo sería parte de una burda treta que por descuidado, el Soberano de Garuda cae de la forma más estúpida posible.  La gran mano del gigante le impulsa de manera de despedazarle en los suelos, mas sin casi nada más que recurrir, el cuerpo del magistrado se enciente tal si fuese una antorcha por un peculiar fuego negro, es tal la combustión generada por este que el oxígeno rodante al alado espectro comienza a ser consumido creando un vacío. En esta última acción, el osado comandante Garuda espera lograr que aquella gran garra logre soltarle y de esta manera, buscar burlar el daño que en la eventualidad del contraataque le ocurriría…*