**El cielo con su manto negro se tiñe de hermosas estrellas que brillan y se apagan. Malos augurios de batallas y el hedor de sangre se puede sentir por todo el ambiente, nada como otro lugar, la llamada Isla Kanon, cadáveres por doquier adornan el paisaje como si se tratase de una advertencia, el caliente suelo, la humedad rodea por doquier, un lugar inhabitable, se podría decir que solo cosas inhumanas o demasiado salvajes son aptas para tal tierra, la densidad aumenta minuto a minuto, duerme, si, descansa aquel volcán al que se debe su nombre, cuando este sediento de sangre despertará. Aquel paisaje místico de tonalidad grotesca y repugnante es adornada con la presencia de una joven cuya armadura halada blanca como la pureza cubre ese esbelto cuerpo, alta, hermosa, descendiente de una raza noble camina como si nada por la Isla, “Ningún lugar para descansar” piensa para sus adentros buscando reposo para su ser, “Hasta cuando, me pregunto hasta cuando, Tokusa” sigue pensando vagando por el lugar, un respiro profundo denota la parte superior de la muchacha, su rostro cubierto por una mascara platinada y una larga bufanda rosa que siempre la acompaña gira en su cuello y en sus hombros hasta abajo, sus pasos se detienen observando una masa babosa que aparentemente se encuentra viva, -¿Qué será?- se pregunta a si misma levantando un hueso y trata de acercarse hasta esa cosa, en silencio y cautelosa avanza lentamente tratando de saber de que se trata**

**Delicados y firmes pasos resuenan por doquier en la Isla, en el extremo sur del lugar algo extraño esta ocurriendo, aquella joven se acerca pero esa cosa parece que tiene vida, es mas, hasta le habla, atónita y escuchando esas palabras se admira por ser conocida, -Que amable en presentarte- responde lacónicamente, -Pero eso no te servirá, insecto- pronuncia al ver la forma de lo que parece ser un bicho bastante crecido, “Así que un espectro” piensa para si misma, “No me sorprende, siempre pensé que los espectros eran seres repugnantes ahora veo que no me equivoque” sigue meditando mientras un Áurea de tonalidad blanca cubre su cuerpo, tan blanco como la misma, la cosmoenergia radiante y la telequinesia hacen mover como una serpiente la bufanda rosa que se encuentra en su cuello, sin pensarlo dos veces, sin hacer un movimiento corporal manda su estola en forma de saeta hacia el cuello de su oponente, la punta de la estola es tan filosa como una cuchilla, con eso intenta acabar con el ser que amenazo con su vida**