*- Otro Santo - Exclama el primero en llegar, mientras termina su risa y gira su rostro ante lo mencionado por el recién llegado. El sol presente y tibio ilumina la expresión tranquila del Santo de Oro de Libra, quien resguarda el Séptimo Partenón. "Es probable que la vieja catarata no se haya equivocado" razona manteniendo en su semblante cierto humor y en su rostro la forma de una ligera sonrisa. En tanto todo el cuerpo de Dorado gira quedando de frente siendo separados por un espacio arenoso de aquel lugar. - Qué haces aquí? - interroga dejando que en sus palabras se resguarde un ligero sonsonete a picardía. "A veces pienso que todo en mi hogar es místico y esta profundamente conectado con la tierra, de qué otra forma he logrado sentir tantas veces algunos eventos lejanos, como si fuera el instinto. El mismo que hoy me dijo que tendría una sorpresa, seguramente es este guerrero, se muestra muy serio e incluso presto a combatir" Y con esos razonamientos el Librano no aparta su mirada del otro Atheniense. - Soy Dohko... He venido por azar del destino, en esta época que no hay riego alguno y que por eso mismo debemos mantenernos preparados y en actividad para no distraernos - Exclama como si argumentara lo que sucede en este escenario. - No sé la razón de tu estadía aquí... Pero veo que eres un sujeto con determinación. - Y entonces la sonrisa se agranda aun más, dando lugar a cierto cambio en la postura del Dorado, como si el hemisferio diestro se adelantara y las piernas se flexionaran un tanto, a la par que los músculos de los brazos, visibles entre los adminículos de su Armadura se tensan y los ojos liberan cierta energía dinámica y explosiva, y de esta forma el Dorado aguarda al otro personaje, sin apartar su mirada y recreando una evidente sensación de expectativa en ese viejo lugar*

Dohko de Libra

*Con suavidad y gran autocontrol la mano diestra del Librano se eleva un tanto, quedando casi en perpendicular al eje de su cuerpo. "El Santo de Cepheus, no es de quién se dice que domina esas cadenas que hacen parte de su Armadura? Y que por eso mismo es muy difícil de atacar?" razona tranquilamente, aumentando la emoción interna. - Aiedail, desconozco los argumentos del Patriarca, sin embargo... - interrumpe sus palabras como si estas fuesen alteradas por causa de una idea subyacente a esta situación. "La Isla Andrómeda... Un sitio en verdad difícil, un entrenamiento arduo que convierte en grandes Guerreros a los que ahí se entrenan. Sin embargo por su historia y misticismo estarán relacionados con el sacrificio. Y definitivamente es lo más necesario en la causa de defender a Athena y a la humanidad, pero es aun más necesario un ideal de defensa y conjunto a este ideal una actitud y potencia que respalden y hagan efectiva esta defensa. Es probable que los residentes de la Isla Andrómeda tengan mayor incidencia en esta próxima Guerra y por lo tanto..." En ese preciso instante el cuero del Dorado desaparece en un ágil salto, resplandeciendo sobre el escenario como un punto oscuro y el sol a su espalda, en este punto donde la energía cinética aumenta y el despliegue físico toma un nuevo curso y postura, dejando que la pierna derecha se adelante como una lanza dorada y potente, desplazándose con tal presteza y rapidez que un leve zumbido se oye, mientras cual saeta dorada el Librano desciende portentoso hacia Cepheus pretendiendo impactar gravemente la región pectoral de este Guerrero de Armadura Azul cuyo rostro es punto atento de la mirada determinada del Santo de la Balanza - Prepárate! -.*

Dohko de Libra

*La mirada astuta del Librano pareciera deslumbrar durante un instante, con cierto regocijo y sorpresa. “Tal como esperaba, no son Caballeros corrientes… Esta patada no podía detenerla cualquier guerrero y menos aun que su defensa quedara intacta” Razona aligerando su sonrisa al momento que un contrapunto preciso sobre dicho manto metálico con la pierna izquierda realiza un impacto suficiente para un ágil salto que lo lleva a varios metros sobre la arena de aquel escenario. – Cepheus, desde la era del mito Athena siempre ha confiado en un Caballero que resguardara las Doce Armas del Zodiaco, que como puedes ver residen en mi Armadura. Este Caballero es escogido tanto por la Diosa como por la Constelación de la Balanza por el equilibrio que puede realizar entre el bien y el mal. Y esa es parte de mi misión en las filas del Ejército de Athena. -  En tal punto la postura parece relajarse un tanto, más sin embargo todo su espíritu permanece determinado y ligeramente altivo. – Así que sin razón aparente, me parece que el destino juega en este momento con nosotros y así parece que nos encontramos aquí y ahora, por un futuro prometedor en combates que nos doblegarán en esfuerzo y resistencia, pero con el firme ideal de resistir y luchar junto a nuestros hermanos, defendiendo a nuestra Diosa y a la Humanidad con ella. – Grandilocuencia exacta y solemnidad ligera en su tono de voz, al momento que la mirada de este pierde en algún grado aquél cariz de juego, así como la sensación que irradia desde su cuerpo y que se refleja en su Manto como un brillo evidente y especial, el aura cósmica del Santo de Libra*

Dohko de Libra