** -- Han llegado -- se escucha decir a alguien, mientras, ligeros pasos se oyen correr de aqui a alla, la recepcion habia sido planeada con todo cuidado, brindando asi a los visitantes las mayores comodidades posibles, para el patriarca y para la maxima deidad que los acompaña, una hermosa lona es alzada ahi donde la dama desea observar aquel encuentro, como si quisieran esconderla de las caricias del febo, lineas doradas que caen aplomo sobre aquellas baldosas, plazoleta de entrenamiento que ahora se encuentra de baldones para recibir a los cretenses, sin embargo, en la comitiva que recibe a aquellos bastiones dorados, no se encuentra el joven patriarca de la isla, aquel, ensimismado en otra de las areas aledañas a dicho monumento sigue pensando mientras observa la bienvenida que se les da a los visitantes -- espero y no se le escape nada a Kasandra -- susurra pensando mientras observa a la que el legitimo para dar la bienvenida a aquellos, el sigue observando y pensando -- yo no soy digno de tal embargadura, ser patriarca es demasiado peso... de por si dirigir la isla andromeda ya es dificil, no se para que me querran alla, donde nadie me conoce -- son sus pensamientos pronunciados en suave voz, guardados en su interior, se afienza bien las pantorrilleras, y las grebas de la armadura del peto que se ajuste perfectamente a su cuerpo, -- uffffff.... bueno es hora -- suspira antes de salir de aquel lado del pasillo, por donde salen comunmente los guerreros, al salir y sin querer, se exclaman vitores, y vivas, sendos aplausos, lo que hace que se sienta un poco incomodo el varon, pues aquella pelea no terminaba de convencerle, sabia su rango y entendia perfectamente que nada tenia que hacer frente a un caballero dorado, sin embargo por designios de la diosa, no puede oponerse a realizar su voluntad, con suavidad se acerca al centro de la plaza y desde ahi incando la rodilla diestra por tierra habla -- Mi señora, heme aqui como ha pedido, indicando antes que no soy merecedor de tal honor, pero sea por vuestra voluntad bien recibido... -- calla hirguiendose de nuevo, a su lado caen aquellos dos pendulos ya conocidos por todos, la hermosa cadena "cruzada" terminada en aquella magnifica cruz, y la de "picos" terminada en aquel ovolo con pequeñas y finas protuberancias sobre la superficie, el viento juguetea sobre su cabello, reververando y refrescando un poco el dia... -- Cassandra -- grita un poco -- que les den las mejores viandas a nuestros invitados por favor -- indica desde abajo, al tiempo la amazona dispone todo lo preciso para los invitados, mientras observa con cierta intranquilidad al rubio isleño.... ahora solo tocaba esperar   **

** Una isla en la inmensidad del mar, hermosa, unica, algida, de una belleza inescrutable, hogar de varios seres, cuadrupedos y de aquella raza humana, pero no cualquier raza humana, sobre sus tapiales habian existido desde el origen de grecia aquellos guerreros dedicados a la proteccion de la Diosa de la Sabiduria, en ella, nacian, crecian y se entrenaban sendos guerreros para portar las armaduras de la isla andromeda, conocidas todas por portar cadenas, las cadenas de aquel sacrificio por el cual aquella isla toma su nombre, el efebo alumbra todo con hermosos hilos dorados, causando hermosas penumbras y zombras, pero ahora el poblado de aquella isla se encontraba en completa quietud, no habia nadie en las esculturas, no habia nadie en los pilares, hasta la guardia de proteccion habia tenido permiso de descansar, el eolo jugueteaba llevando hojas desprendidas de aqui a alla, pasando por aquellos parajes solitarios, mientras que los animales de los bosques dormitan al abrigo de las sombras de los arboles, en el centro de aquella isla, solo uno de los tapiales encontraba gran alboroto, y mucha actividad, las banderas del santuario y de la isla griega ondeaban sobre los pedestales, la bandadera de la isla se intercalaba en cada alabastra a manera de una reparticion uniforme, en lo alto del lado del area tapiada, se erigen trece lugares magnificos, donde ahora se encuentran las visitas mas distinguidas de la Isla en ese momento, once soles resplandecientes que compiten con el mismo sol sobre el brillo, atendidos fielmente por la encargada del servicio, que el mismo patriarca de la isla habia destinado, en los laterasl y en el lado opuesto, sendas gradas de granito y plataformas de madera se habian añadido para dar mas cabida a todos los presentes, este era el motivo porque hasta la guardia de la isla habia dado descanso a sus oficiales, en el centro de aquel "coliseo" armado para la ocasion el guerrero maximo del lugar, aquel de quien se dice domina las cadenas como nadie, y quien podria equiparar a los mismos dorados en cosmo, se encontraba semi incado ante la presencia de la diosa y aquellos caballeros de rango superior, al ver descender a su oponente, entiende que es el signo de aries quien debe de ser su oponente, observa los filamentos dorados que ya comienzan a cubrir su cuerpo y se levanta entonces haciendo una reverencia con la testa ante su superior en forma de respeto añade -- Sea entonces por nuestra Diosa, Valeroso Shion de la constelacion de Aries -- dictado el saludo, recula unos pasos al tiempo entonces que comienza a dejar nacer su cosmo, mientras que las cadenas comienzan a danzar, siendo aquella que termina en cruz la que comienza a desplegarse por todo el lugar, comenzando a crear circulos concentricos, dejando al isleño como epicentro de aquello, la cadena danza al tiempo que el cosmo del plateado va creciendo, como si aquella linea de eslabones tuviera vida propia, y algunas chispas cineticas se muestran al roce de la cadena con la tierra, creando una atmosfera electrica [ de verdad que nada mas verlo, sigo sin entender el porque tengo que pelear con el.... este tio, me reventara en un abrir y cerrar de ojos ] pensamientos que hacen titubear su corazon, sin embargo los vitores y las albricias que los lugareños proclaman le engrandecen el corazon [ por ellos, por Athena, que no me dare por vencido tan facilmente.... sea entonces...como debe de ser ] la frase resuena en sus adentros para si, al tiempo que sus puños se cierran sobre su cadena, listo para enfrentar al poderoso bellocino de oro... quiza el encuentro mas dificil que el isleño llegara a tener, esta por comenzar, podran sus cadenas detener la embestida de aquel carnero...**

** La voz de aquel carnero se escucha clara y concisa, mientras que los visitantes toman asiento en aquel lugar donde aquellos han sido destinados, arriba el apolo hermoso febo observa con sigular quietud la contienda que esta por iniciar, las nubes se acercan un poco, afanosas en no ocultar la luz del maximo astro sobre el firmamento, curiosas, mientras que el eolo juega con los cabellos rubio quemados, del sujeto de las cadenas, terminado aquel dialogo no habia mas nada que hacer.... solo pasar a las acciones -- sea pues entonces Hermano Shion de Aries -- una vez terminada aqrespuesta sus uella cadenas comienzan a resplandecer, la algarabia y griteria de las gradas habia cesado con la presentacion de ambos santos, justo en aquel momento se escucha una voz como trueno, fuerte, firme y serena -- Hashime!!! ( Comienzen!!! ) -- la orden era directa y provenia del sujeto al cual uno de los dos guerreros en ese momento plantados uno enfrente del otro sucederia en el cargo, Aiedail fiel a su estilo observa detenidamente al carnero, evoca todos los recuerdos e informacion posible que le sirviera para entrever, y aprender los posibles movimientos de la evolusion de su oponente, algo era seguro, aquel sujeto dominaba la velocidad luz como quien domina un aro, mientras que el se movia en una tercera parte de esa velocidad por el momento, pensando en estas variantes, espera mientras piensa una posible estrategia para nulificar o por lo menos minimizar al maximo a su oponente, lo observa con serenidad, mientras que sus cabellos vuelan al viento, sus ojos isleños no pierden detalle de cualquier movimiento por parte del dorado, mientras que su cosmo cual marea recalcitrante comienza a subir, llenando, inunando todo aquella parte de su lado **