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De: Lady Athena (Mensaje original) |
Enviado: 12/04/2012 20:00 |
Desde el interior de su recamara, en lo más alto del sacrosanto refugio griego, la sublime figura de la deidad de la sabiduría se halla sumida en una profunda oración tal y cual es ya costumbre en ella. Sus plegarias están llenas de amor y sobre todo de mucha armonía al contar con la presencia de la matriarca quien luego de tanto tiempo ha regresado para encabezar su tan valeroso ejército junto al pontífice..."Matriarca... estamos viviendo tiempos de paz y tranquilidad, aun ambiciones extranjeras no se han hecho presentes y es mi deseo que continue así.... por ello es importante que siendo una lider del santuario hagaís un llamado a mis caballeros y amazonas con el fin de que los conozcas con mas profundidad y puedas constatar su plena disposición para defender los ideales que tanto propago.." palabras que expresa por medio de su grandiosa cosmoenergía la cual se proyecta directamente hacia la ariana para finalmente culminar su intervención expresandole su deseo de ser informada de ´dicha reunión..."No olvideis informarme de quienes acuden a tu llamado y de todo lo que hablais en la reunion..." ultimas palabras que se pierden detrás de la cortina que separa el salon patriarcal de la recamara de la diosa **
( cabe mencionar que es una actividad obligatoria para los athenienses )
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**sentada en el trono patriarcal, yacía sentada la matriarca, con una gran tranquilidad, su mirada seria, pasiva y fría se quedo fija viendo al la puerta, estaba tan calmada y serena que le hacia recordar tiempos pasados,, un aire de paz se podía respirar y un ambiente tranquilo se percibía -.entiendo mi diosa.-menta para si misma la joven de cabellos plateados, asintiendo a todo lo que su diosa le dice, ella aun sentada en el trono patriarcal enciende su cosmo, un cosmo sereno algo frio, cierra sus orbes con ligereza y los are lentamente -.como usted ordene señorita athena.- la joven se levanta del trono bajando y baja las escalinatas una a una con paciencia, ya abajo y con su cosmo encendido -.caballeros y amazonas, necesito que vengan lo más rápido posible al salón patriarcal, les estaré esperando.- su vos suave pero fría hacia llamado a aquellos guerreros de la diosa de la sabiduría, tras a verlo realizado aguarda pacientemente a que lleguen** |
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**en aquellos recinto en un lugar de aquel estéril santuario se encontraba en un jardín donde reinaba la soledad y la muerte, de un hermoso rosales que brillaba como si la misma galaxia se encontraba en sus pétalos. ahí se encontraba la tumba de grandes guerreros pisciano estando hoy el protector de ese jardín comenta en voz.
-maestro siempre me has demostrado la fuerza de estas rosas...-
detiene sus palabras cuando siente la energia de la camara principal donde ahora se encuentra la gran matriarca ahi la que se encuentra encima de los 88 constelaciones misma que tiene la autorización de la misma diosa mandar, eleva su cosmo, siendo este como el llamado de sus grandes guerrero, por lo que dando media vuelta el caballero sigue su marcha antes menciona.
- regresare maestro-
mientras que aquel lugar que se encontraba la gran papisa el resonar metalico de aquella armadura dorada con aquel mármol resonaba, siguiendo el llamado, el caballero pone sus manos en esa gran puerta atras de ella la gran matriarca.
resonando el abrir el paso de aquel elegante y hermoso hombre hacia presencia, ahi el caballero deteniendo prudentemente sus paso, sabiendo el porque, se inca apoyandose de una sola rodilla y quitandose su casco se presenta.
- a sus ordenes matriarca, yo el caballero Albafica de de piscis haciendo presencia a su llamado-
ahi queda esperando la respuesta de aquella dama.**
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*aquella dama de mirada verdosa ve algo serena como albafika se adentra al salón patriarcal, sus plateados cabellos estaban acomodados atrás de la oreja de la dama, una sutil pero muy leve sonrisa se ve en su rostro, leve sonrisa, tan fugas como una estrella, pues igual que apareció igual desapareció, con cierta paciencia espera a que el caballero de la doceava casa este ante ella -.eres el primero en llegar.- dice con vos suave y fría, mientras ve como el joven se arrodilla frente a ella -.ahora solo abra que esperar a que las amazonas y demás caballeros lleguen y empezamos, se paciente albafika.- dice naturaleza quien había dejado de ver al joven caballero y sube uno a uno las escalinatas que llevan al trono patriarcal, donde se sienta, una gran seriedad se hace presente, ni un ruido se escuchaba, todo en total tranquilidad en el salón patriarcal había quedado* |
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**el dorado escucha a la voz de sumo pontífice, incorporandose el caballero sin decir nada, se mueve hacia un lugar donde este diera a un ventanal, ahi el caballero se dispone a sentarse y quedarse cruzado de pierna en espera de sus camarada, en mente comenta.
"cuanto tardara y que sera que nos haya llamado a todos".**
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*aquella dama de hermosos ojos verdosos se mostrava pacifica, esperando con paciencia la llegad de los caballeros y amazonas faltantes* |
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**Dentro del sexto partenón la energía se mantenía constantemente viajando por dentro y fuera del recinto llegando a unos cuantos metros solamente de la entrada debido a la concentración de la amazona de virgo, guardiana de dicho templo, quién gracias a su meditación lograba sentir aquel mensaje entre sus pensamientos de la matriarca, sus palabras fueron claras que no habría mayor decisión en sus actos que cumplir con dichos vocablos, de esta forma fue como interrumpió el flujo de su cosmos por todo el recinto pensando principalmente a que se debía aquel llamado, sin tomar más tiempo entre sus manos prosiguió a romper con la posición de loto para dejar caer sus pies y tocar el suelo, haciendo aquel ruido metálico que era más frecuente conforme avanzaba dibujando sus pasos en la superficie, al tiempo que sus cabellos áureos danzaban en un vaivén en conjunto con su capa blanquecina vislumbrando al frente suyo la salida, sintiendo en su piel el sol que se posaba en lo alto de la tierra dominando con gran magnificencia la bóveda celeste, tragándose en ocasiones con sus rayos de calor una que otra nube que se cruzaba en su camino, panorama que se privaría de ver al mantener sus orbes cerradas como era de costumbre, sin más se dirigió entonces hacia el salón patriarcal con suma tranquilidad, desbordante de calma en cada uno de sus pasos, sin prestar tanta atención a su alrededor solamente la suficiente para estar atenta a cualquier peligro, mezclándose en ocasiones su energía con el ambiente para agudizar sus sentidos. Al llegar a su destino coloca su diestra sobre la puerta que le impide por segundos la entrada al lugar, donde al parecer la matriarca esperaba y solo Albafica era el único que estaba en su compañía, sin sorprenderse de aquella situación prosiguió con su caminar hasta unos metros de la pontífice inclinando su torso en modo de respeto musitando en un suave tono - Amazona del sexto templo, Rena de Virgo, a sus órdenes - Terminando aquellos vocablos enderezó su cuerpo manteniendo su rostro calmado sin ninguna expresión aparente, esperando respuesta de la matriarca** |
![](http://www.gabitogrupos.com/nglc/images/rena.png)
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*aquel momento era algo pacifico, ella vía con serenidad a todos lados estando de momento solo albafika y ella, con gran paciencia y seriedad esperaba a los faltantes, su mirada verdosa parecía perdida en los recuerdos del pasado, en aquella época donde solo era una niña ajena a los acontecimientos del santuario, con su mano izquierda ella acomodo con cuidado unos cabellos que se habían salido de su lugar, siendo así que los acomoda atrás de su oreja, ella murmura para si misma unas palabras, mas el escuchar el abrir de la puertas del salón la dama fija su verdosos ojos en las puertas viendo como aquella amazona ingresa al lugar, una leve sonrisa se dibuja en su rostro -.me alegra que llegaras amazona.. -.musita con vos suave la matriarca.- me temo que igual que albafika…tendrás que esperar a que al menos lleguen aunque sea unos pocos mas para decirles la razón del que estén aquí.- dice la joven peli plata quien había dejado de sonreír, su mirada inexpresiva, pasiva y serena miraba ahora a la amazona, quedo en silencio tras decir aquello* |
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De: Σяıcк |
Enviado: 25/04/2012 17:37 |
** Se escucha con rapidez un taconeo de gruesos zapatos subir por aquella apina escalinata, clap clap!!, aquellos pasos se observan con gran rapidez subiendo cual exhalacion, abriendo las puertas de par en par, entra corriendo y de repente zas!... por la prisa se tropieza y rueda... chrash, pump,... plash ... hasta quedar enfrente de los presentes, todo maltrecho, -- auch!! -- alza su mano con el indice al cielo -- Kardia presente.,... auch -- **
« Kardia de Escorpion »
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**Los delicados pasos de una doncella quedan opacados por el tremendo espectáculo que ha hecho uno de los recién llegados “mada mada que si llego tarde me pierdo del show” piensa mientras esconde una risilla sarcástica cual no es visible debido a la dorada mascara que cubre su rostro, con gran porte y elegancia atraviesa la enorme puerta del gran salón, avanzando lentamente la humanidad de dicha joven pasa de largo al caballero de la Octava Casa Zodiacal a quien ve de reojo intentando no soltar una carcajada, mientras avanza se acerca cada vez más a la figura de la Matriarca del Santuario, a unos metros detiene su particular andar postrando sutilmente su rodilla izquierda en el suelo dejando su pierna derecha doblada, su brazo izquierdo gentilmente reposa sobre su extremidad derecha, mientras que su cadera queda ligeramente suspendida en el aire, en forma de respeto inclina su rostro y tras cerrar sus ojos esmeralda indica con total seriedad –Raibura no Scarlette…- realiza una ligera pausa –Amazona de la Séptima Casa Zodiacal a sus ordenes- indica mientras enderezando su cuerpo a la espera de una respuesta por parte de aquella dama…**
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Taurasu no Hasgarudo
**Es entonces cuando los pesados pasos metálicos ejercidos por lasbotas doradas del más grande y fornido entre los doce santos y amazonas doradas comienzan a resonar en la escalinata que antecede a la entrada al sacro aposento de la Matriarca a quien el gigante se acerca y caminando a través de la alfombra rojiza que tapiza todo el suelo que el Taurino pisa -He llegado...- expresa en tono solemne y místico, como si estuviese recitando una especie d epoesía o cántico literario en tanto se encamina junto a sus demás compñeros y al llegar frente al trono de la dama de honor, inclina su cuerpo y apoya su rodilla izquierda sobre el sustrato y al lado de la misma su pie derecho, agachando la cabeza en señal de respeto para decir -Me presento ante usted como Hasgard, el caballero de Tauro- su oz suena profunda y firme, sin embargo respetuosa mientras se mantiene de rodillas y aun así la estatura de su cuerpo logra superar por centímetros a la del trono, solo una muestra del volumen real de su cuerpo** |
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**Andando con marcial movimiento, un muchacho entra en el salón de la matriarca. Su rostro es galante, pero inexpresivo; frio y duro como el filo de una espada. Porta una armadura dorada que chispea al roce de la luz, y una elegante capa de seda blanca cae a sus espaldas. Un casco dorado que alza con orgullo dos poderosos cuernos corona su cabeza, y lo delta como el décimo santo de oro. Al ver a sus compañeros y hermanos de armas, les dirige una mirada fría y sin sentimiento alguno, pero al estar frente a la principal figura de entre los 88 santos de Athena, el joven se arrodilla y retira su yelmo de oro. Bajando la mirada y dejando al aire su alborotada y sedosa cabellera negra, exclama con una grave y varonil voz –El Cid de Capricornio. A su servicio.- y entonces calla. Aquel guerrero no era un hombre de muchas palabras, sino de acciones. Y ahí espera sin mover un músculo, arrodillado frente a la líder del santuario. Esperando las ordenes de esta, y con el alma afilada como una espada.**
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*aquella fina dama de hermosos, finos y sedosos cabellos plateados aun permanecía de pie esperando pacientemente a los demás caballeros, ya contaba con la amazona de virgo y el caballero de piscis, escucho unos pasos metálicos que con gran rapidez se acercaban a donde ella estaba, su mirada verde metálico se fijo en la puerta, aquella mirada fría, pasiva, serena, manteniendo una actitud fría y a la vez inexpresiva, vio como el caballero de la octava casa entro corriendo y sin perder detalles presencio aquella la caída de el y la forma en que se presento -. Estas bien escorpio? .- dijo con suave pero fría vos la matriarca, después escucho otros pasos que se acercaban volviendo así su vista a la puerta, viendo la entrada de la dama Guadiana de la séptima caza del zodiaco, viendo así una a una la llegada de los guerreros atenienses faltantes -. bien….supongo que ya estamos todos .- dice con vos más ligera la matriarca a la ves que acomoda sus cabellos -.como bien saben…estamos en época de paz, no hay ningún enemigo de nuestra diosa intentando dominarla o destruirla, siendo así que desea que esto continúe, si les mande a llamar es por qué es necesario el que le conozca de un poco mas, lo que piensan u opinan, claro…siempre y cuando lo permitan -.la dama cierra lentamente sus verdosas orbes por un momento y poco a poco las abre.- ya que, el deseo de athena a sido ese y la verdad, ya que estaré aquí deseo conocerlo más .- la dama guarda silencio, esperando una respuesta o algo por parte de ellos*
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