**Aquel escenario se pinta nuevamente teniendo como principal protagonista al astro rey que se alza en toda su magnificencia a través de todos los cielos, caminando entre todo su trayecto con cada uno de sus rayos cálidos que traspasan las pocas nubes blanquecinas al mostrarse la bóveda celeste casi despejada, llevando así un color suave en tonalidades azules, sin ser oscuras llegando a ser principalmente claras, aquella luz y calor otorgados por el sol no solo bañaban lo alto del mundo, sino que también se hacían presentes en la tierra donde todos aquellos seres con vida mantenían sus vidas en constante movimiento, iluminaba edificios, sombras, áreas verdes y en especial una isla que parecía ser custodiada por mares infinitos, llenos de misterios que mostraban a cada paso de sus olas, aquella isla que aparentemente parecía estar desierta, donde los climas eran extremos, de día un calor infernal asomaba cada partícula de la tierra y de noche los vientos gélidos se hacían dominantes de todos los montículos de polvo, adaptando en esos momentos aquel fuerte calor que acechaba con fuerza, sin embargo eso no impediría la visita de un ser de portes femeninos, una esbelta figura que resaltaba por el contacto de los rayos solares sobre aquella armadura de oro totalmente pulida y conservada a pesar de los años y las fuertes peleas a las que alguna vez, tiempo atrás, se habría enfrentado; sus áureos cabellos bailaban en su espalda en compañía de la capa de tonalidad blancuzca que colgaba de sus hombros moviéndose en un vaivén provocado por sus firmes pasos, dejando huellas en la tierra de aquellas andanzas totalmente tranquilas, y conforme avanzaba en aquel lugar su esencia se vería marcada, puesto que la soledad o el ambiente tenso que se podría respirar eran disminuidos completamente a cada paso que aquella fémina se atrevía a dar, siendo la quietud dominante en esos instantes determinando en ciertas ocasiones el crecimiento de algunas flores, inusual en esa tierra volcánica; aquella dama que recorría en espera de algún anfitrión mantenía sus orbes cerradas siendo un signo poco común en cualquier ser humano, privándose entonces de la vista de aquel infernal lugar pero a la vez agudizando los otros sentidos de los que gozaba, principalmente el afinar su capacidad de oír todo a su alrededor para estar atenta de cualquier movimiento extraño en contra suya**

**Cada paso que se marca en la tierra presa de la isla, se ve dominado por la quietud incesante de aquella esencia femenina que comenzaba a detener su andar y con ello el vals entre su capa y sus cabellos, del cual ahora era autor el viento pasajero “Así que esta es la isla de Andrómeda..” sus pensamientos se pausan apenas al haber sentido la presencia de su anfitrión mostrándose sin ninguna sorpresa aparente, su cosmos aun bajo las sombras de su tranquilidad se ve opacado, sin ser explotado en toda su intensidad, sin embargo, se mantiene en constante concentración dentro de todos sus sentidos, el silencio preso del momento es expuesto ante los sonidos de aquella tierra, provocados por el rose de las brisas sobre cada montículo de la naturaleza que en su alrededor habitan. Por unos momentos en una circunferencia cerca de la amazona, se respiraba una quietud, más no solo se podía sentir si no que el ambiente parecía jugar con cada uno de los ojos que llamará la atención su llegada, mostrando en suaves trazos semicoloreados árboles y avecillas de diferentes especies en aquellos dibujos; la tez de porcelana de la dama no presentaba ningún cambio, tan solo su esencia esperaba la presentación de aquel quien vivía y protegía esa tierra, a quienes se les conocía por el manejo de las cadenas como protectores de su vida, tan solo unos pocos lograban habitar en dicho terreno, debido a los extremos cambios de clima, y era con ellos con quienes pretendía encontrarse**

**La sinceridad en sus palabras y el respeto en sus actos no logran crear sorpresa en la postura de la dama de virgo que se presentaba con parsimonia, concediendo el percibir de aquellas dos cadenas representantes del caballero de plata, reconociendo entonces con gracias a sus sentidos la esencia de su anfitrión, su faz tersa se mantiene intacta a cualquier sentir que pudiese manifestar alguna emoción por parte de aquellos vocablos o presencia del caballero, siendo el viento el que se encargaría de mover sus áureos cabellos repartidos en finos mechones por sobre su rostro, rosando en pequeños bailes los párpados que cubrían en todo momento sus orbes - Se ha mencionado la traición de tu persona hacia el Gran Patriarca – Una voz dulce pero firme se hace escuchar al estremecer con fuerza el silencio generado unos segundos atrás, siendo perceptible la calma entre cada una de sus sílabas que mencionaba, sin embargo, su voz parecía proveniente de todos los lugares que les rodeaban y a la vez de ninguno, a pesar que la articulación de sus labios era totalmente visible no se podría saber con exactitud su origen, el calor infernal que asomaba en la tierra no parecía tener ningún efecto sobre la fisonomía de la guardiana del sexto templo, deslumbrando su armadura dorada en cada rayo que rebotaba sobre la superficie de la misma, mientras que su piel era cubierta por una ligera capa de aquel cosmos calmado que le protegía en todo momento, estando en una profunda concentración que parecía interminable, como si se tratase de una barrera en sus pensamientos que le permitiría expandir en cualquier momento la fuerza de su cosmos, conteniendo la espera entre sus acciones a la reacción y palabras de aquel en quien recaía la protección de dicha isla**

**La reacción por sus palabras había sido ya provocada, siendo entendido su propósito en tan solo unas cuantas silabas que reflejaban el porqué de su estadía en la isla protegida por grandes mares de aguas cristalinas, el movimiento en aquellas cadenas, custodias del cuerpo del caballero, se acentúan en suaves caricias al viento que son totalmente percibidas por los sentidos de la virguense desplegándose ya por fuera de sus brazos al tiempo en que su energía se ve ahora reconocida por el mismo cosmos de la dama que despierta en palpitaciones a todo su cuerpo, sin embargo, aquella presentación de su poder que se elevaba no habría de desconcertarle en absoluto, manteniendo en cualquier instante, segundo, toda la concentración y meditación sobre su propio cosmos que ejercía en quietud total alrededor de su cuerpo, sin mostrarse en su totalidad, pues bien, a pesar de la reacción del isleño no le provocaría aun el despertar de su fuerza espiritual aunque se elevaba con potencia a cada minuto que su meditación le permitía  – La duda en tus acciones hacia el Patriarca han trazado tu camino.. – Vocablos llenos de paz y confundidos con un eco que ahora se pronunciaría no solo en su alrededor, si no que dominaría también en los adentros de sus pensares – Formo parte de los caballeros que han merecido vestir la armadura de oro, comprometida a luchar siempre por el bien y la justicia sin usar mis poderes por razones personales o maléficas. La única verdad que existe en este mundo vano, es que desgraciadamente, nada es seguro. No hay justicia perfecta así como no hay mal perfecto. Por las enseñanzas que he recibido, yo sé reconocer el bien o el mal cuando los encuentro, y a mi conocimiento, el Gran Patriarca defiende la justicia… Y por eso le sirvo – Su voz susurrante entre las ondas del viento, dominante en la cabeza del santo, se nota completamente firme, pero aquella tranquilidad y calma seguían siendo características de su tono – Ahora bien, veamos si eres digno de mi poder… - Culmina en aquellas palabras la sentencia dictada al ser rechazado su propio destino, aquel que pintaba de muerte en un inicio y ahora se habría dibujado en una pelea, su entorno parecía parpadear entre cada rayo del astro solar que golpeaba con la tierra y con las armaduras, asomándose  a lo lejos entre ventiscas provenientes de las olas, pétalos rosados de flores que sin duda alguna, sería casi imposible encontrar en aquellas tierras y a su paso, cual pincel deleitaba su panorama haciendo el conjunto perfecto con la parsimonia que comenzaba a arrasar por todo el aire**

**A pesar de la tensión que se podía respirar alrededor de aquellas dos figuras que entraban en combate, el ambiente se denotaba puro y tranquilo, pues bien la esencia de aquella dama parecía haber purificado con el crecimiento de su cosmos que parecía encontrarse con el del joven caballero conforme tomaba mas fuerza “Ahora entiendo porque el Patriarca me ha enviado.. “ indica en mente donde sus pensamientos son claros y calmados a pesar del poder que podía representar su rival, pues bien habría escuchado que podía parecerse a un caballero de armadura dorada, sin embargo, lo intrigante en aquel panorama era que aquella fisonomía femenina había desaparecido del lugar apenas los destellos cesaban, pero su cosmos, su esencia en si seguía latiendo de todos los lados de aquella isla, más parecía en unos segundos que aquellas olas desesperadas que despertaban al compás del poderío de las cadenas, comenzaban a romper todos los límites terrenales para invadirlos y apoderarse de ellos a su paso ahogando a todo aquel ser vivo que en sus garras encontrase, al tiempo en el que el gigantesco volcán que se alzaba en el medio de la isla se enfurecía por la invasión de las aguas, queriendo con ello acatar quien reinaba en ese suelo, siendo entonces que un estruendoso ruido se escuchaba en torno al caballero de plata, el despertar de dicho gigante de la tierra lanzando el humo a los cielos y con ello la lava salir de su orificio, queriendo cesar el paso del liquido escurridizo que osaba bien retarle, poniendo entonces al isleño en una situación algo confusa, pues bien, sería su muerte entre las olas o entre la lava candente que quemaba sin piedad alguna dejando en incógnita a donde se había dirigido la virguense dejándole solo, inmerso en aquella situación extraña que demanda la naturaleza como si de un sueño de pura destrucción se tratase, al ser un hecho casi imposible por parte de la madre tierra el permitir dicho encuentro, una ilusión quizá o una simple pesadilla**