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| De: ll Suzaku ll (Mensaje original) |
Enviado: 21/04/2014 16:34 |
GRAN FINAL
Radamanthys de Wyrven Vs Aiacos de Garuda
Lugar: Muro de los Lamentos
Inicia: Aiacos de Garuda
Prologo:
La batalla entre el bien y el mal esta por definirse, mas entre las huestes infrahumanas, se ha comenzado a correr un rumor entre la supremacía de los tres Kyotos, Pandora tiene un favorito que a ultimas instancias no agrada a los otros dos consortes de la muerte, siendo sus caracteres tan explosivos, y sin mediar un neto compañerismo entre los que dirigen los ejércitos oscuros, los mismos se encuentran en la sala del muro de los lamentos, donde podrían dirimir quien es el mas fuerte, prestos al combate, dos de los seres mas poderosos, y destructivos, se enfrentan, siendo Aiacos, quien encara primeramente al quien se autodenomina el Kyoto mas poderoso Radamanthys de Wyrven.
Sin limite de tiempo, siempre que los posteos se sucedan en buen tiempo.
Suerte y que gane el mejor.
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*Los iris rojizos muestran una ligera contracción cual si fuese reflejo de la intensidad del odio y desprecio que siente éste de alas inmensas. - Eres un imbécil Aiacos, lo único que tienes es ambición. Las huestes de Hades merecen algo mejor!. No eres nadie ni lo serás nunca! Ahora tus servidores, serán míos, al igual que ese ridículo barco que tienes. - La sentencia es clara y terrorífica. "No entiendo como llegaste a ser un Kyoto, pero eso ha terminado." Con tales palabras, toda la silueta del Wyvern se muestra completamente amenazante, y nada en su expresión demuestra otra cosa que desprecio y una violencia casi incontenible, mientras que desde sus puños y luego desde cada parte de su cuerpo, cierto tinte negro, cual si fuese la mismísima oscuridad, se difunde, más entre tales lenguas oscuras, algunas otra de matiz algo violáceo y rojizo también se presentan, produciendo una amalgama terrible de energía.*
Radamanthys de Wyvern |
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* Ante la respuesta unicamente mantiene la sonrisa burlona en el rostro conforme el piso comienza a cuartaearse a causa de la presión que ejerce la energía del kyoto sobre él. - Así que esa es tu respuesta, entonces... - Anuncia de manera inconclusa, pues sus palabras han sido cortadas en el instante en que su imagen repentinamente desaparece del terreno de combate, hacianeo gala de una velocidad incomparable que lo traslada a una ubicación más cercana a Radamanthys, quien, se vuelve su único punto de enfoque. - ... Muerre como el gusano insignificante que eres. - Setencia mientras su puño derecho se mueve de manera ascendente, buscando golpear justo el centro del est{omago conforma fija los dorados ojos en los del oponente en turno, sin apartar en ningún momento la atención conforme su golpe continúa con el trayecto ya trazado por el portentoso Garuda, el hombre cuya crueldad es temida incluso en la muerte misma...*
Aiacos de Garuda
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*Las alas del Wyvern se sacuden un tanto, más como una reacción instintiva ante el movimiento del Garuda. Suavemente un rictus de mayor severidad se hace ver en su rostro mientras que la boca parece hacerse más fina y los ojos más nítidos, más enfocados en su oponente. - Imbécil.. - Más que una acotación altisonante, es una expresión retórica en respuesta al comportamiento de su contra parte. - Serás tu el aplastado! - Y con esas palabras, tensa con fuerza los músculos de las piernas y de la espalda, mientras que levanta la pierna derecha, sin que sus ojos violentos se aparten de su objetivo. Y justo cuando la presión de su espíritu de lucha empuja con mayor vehemencia el aire a su al rededor, la pierna desciende rápidamente, inclinando casi toda su postura, aunando el esfuerzo de su propio peso y de todo el equilibrio de sus músculos en aquel movimiento deliberado buscando impactar con la suela de su calzado, especialmente con el taco, justo en el rostro que se ofrece tan cercano y abierto. El choque parece inminente y de esta forma da inicia a una pugna pro encontrar la supremacía entre los Kyotos del infierno.*
Radamanthys de Wyvern |
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* Finalmente se ha dado el inicio de la batalla en una colisión que parece más que inminente, pues Radamanthys ha ejecutado una maniobra en la que busca aprovechar la velocidad con la que se mueve el juez de Antenora, quien simplemente esboza una sonrisa conforme ladea un poco el cuello, haciando que la parte frontal izquierda del yelmo vaya en contra del talón del enemigo en turno. - Eres tan predecible, Radamanthys. - Anuncia con desdén y soberbia conforme su maniobra va obteniendo el resultado que desea. - ¿Qué harás ahora? - Cuestiona justo cuando con un pequeño movimiento de la cabeza golpea el píe del enemigo, buscando hacer que el golpe de éste se desvíe y, por ende, pierda el equilibrio para que el puño de Aiacos pueda entrar con mayor facilidad al centro del abdomen y cree un impacto más devastador que el que en un principio tenía contemplado...*
Aiacos de Garuda
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*Más adusta y fiera de lo normal, la mirada del Espectro de Wyvern, refleja sus emociones ante tal acto del Rey Garuda. - En verdad crees que todo ha terminado? no sólo tu mandíbula sino también tu hombro sentirán mi fuerza! - Y dicho eso afianza con todo su peso en tal arremetida, mientras que la presión sobre el entorno parece crecer durante un instante y las ondas oscuras y violetas se condensan más, causando mayor aligeramiento del viento, que sacude los cabellos que se escapan a su casco. Y paralelamente se ve como el brazo diestro desciende con rapidez, con la palma abierta, ofreciéndose de lleno hacia el puño ascendente, así la mano se muestra rauda y fuerte, mientras que todo su cuerpo se tensa prestamente, actuando en equilibrio y sincronía. "Idiota"*
Radamanthys de Wyvern. |
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* "¡Así que has logrado mantener el equilibrio!" Medita cuando su puño choca en contra de la mano de Radamanthys, viéndose como sus ojos malignos se fijan en los del enemigo mientras su cuerpo con la misma fuerza de la embestida se va irguiendo, mostrándose cuan imponente es en menos de un instante. - Je, de alguna forma haz resultado entretenido, pero todo ha terminado para tí. - Exclama justo cuando su cuerpo se ve rodeado por el cosmos que genera un viendo ascendente que genera presión al irse concentrando en la ubicación de ambos espectros. - Garuda Furappu - Adjunta imponente el nombre de su técnica, la cual busca arrojar al oponente hacia el cielo en medio de giros violentos que lo inmovilicen, siendo esto producido por el accionar de los poderosos brazos que al estar en contacto con Radamanthys buscan levantarse para arrojarlo con fierza hacia el firmamento, siendo ello la primera parte de su ejecución...*
Aiacos de Garuda
Lamento la demora, espero que no vuelva a suceder x___xU
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*"No entiendo como has logrado evadir mi píe, pero sólo ha sido un momento de suerte." Los ojos fieros se mantienen aún fijos en su contraparte, mientras se yergue igualmente y toda su figura se observa espléndida y poderosa entre tanto se envuelve en medio de aquellos matices oscuros y violáceos, dejando que el espectro de su energía se expanda un tanto y cobre un poco más de nitidez. Sin embargo en ese mismo instante escucha el accionar del Garuda y de inmediato una presión inusual se siente en esa posición, misma que de un momento a otro adquiere mayor potencia y en medio de tales vientos, el cuerpo del Wyvern es expulsado verticalmente, dando volteretas sin control, mientras que cada parte de su cuerpo se tensiona al entender aquella estrategia y ataque de su enemigo. - Fanfarrón!! Esa será tu tumba!! - Con tales palabras cargadas de furia, el Kyoto detiene su avance cuando llega hasta lo más alto en el empuje de su oponente, aduciendo el regreso en cuanto inicie el descenso. Los puños y la mandíbula reflejan la ira que encierra su espíritu al sentirse humillado y verse en tal situación, más sus iris vuelven a encontrar la figura de su oponente, como si volviera a enfocar su esfuerzo y aclarando su inmediato objetivo.*
Radamanthys de Wyvern |
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* La primera parte de la técnica ha tenido el efecto deseado, por lo que la mirada de Aiacos se concentra en el suelo, mismo que un instante después es marcado por un cruz que anuncia el lugar en el que su oponente habrá de caer sin más remedio, siendo ese el sitio donde morirá por el impacto o eso se supone que es la consecuencia desatada por el ataque del Juez de Antenora, quien únicamente se limita a esperar con una sonrisa burlona y confiada, pues su poderío es más que obvio, ya que incluso el Inframundo tiembla con su sola presencia...*
Aiacos de Garuda
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*Con frialdad y cierta repulsión, aquel que representa al fiero Dragón de Wyvern entorna sus ojos sobre su oponente, y desde tal altura, cuando el descenso inicia, la fiereza de todo su ser se refleja en aquellos puños, mismos que parecen brillar, como su un haz hubiese nacido en el centro mismo de sus manos. La figura se ve abatida por los vientos de la técnica de su contraparte, más el efluvio en ningún momento detiene su incremento, de forma que aquella energía contenida en sus manos parece hervir, desplegando mayor brillo y presión sobre el ambiente. - Tu petulancia será tu tumba!! No has entendido que no puedes abatir a un Dragón con un aleteo? - Con toda la fuerza de sus palabras, presiona aún más sus manos, las cuales une para que aquella efusión de energía ahora se fusione expeliendo con mayor inclemencia esas ondas violáceas y oscuras, cual si fuesen el alma misma de su espíritu destructivo. Las alas se abren y con gran fuerza, parecen orientar su cuerpo un poco más a un lado de la equis marcada en el piso, y aumentando su propia fuerza, su propio impulso y violencia, desciende como un cometa altamente peligroso, desatando ondas de viento que se dirigen a todas partes, en tanto que las manos ahora se abalanzan sobre el aire y toda aquella fusión de energía, como una amalgama de colores, con alta densidad cósmica, se lanza fiera, veloz e imparable en búsqueda de la figura del juez de Antenora, elevando desde el piso ondas de polvo en respuesta a la subida de presión en ese lugar, obscureciendo por tanto el paisaje, sólo dejando ver aquella energía y su objetivo. - Muere!! - *
Radamanthys de Wyvern |
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* - ¿Cómo? - Se cuestiona al ver la resistencia que efectua el enemigo en turno, mismo que de alguna manera ha logrado liberarse de la presión que genera el viento y su cosmos en la ejecución del Aleteo de Garuda, siendo esa misma sorpresa la que lo obliga a llevar la pierna derecha un paso atrás conforme con los brazos se cubre el rostro y pecho al colocarlos en forma de cruz para resistir el inminente impacto. "No puedo permitirme una nueva sorpresa más..." Pensamiento que cruza la mente de Aiacos en el instante en que su cuerpo es impactado por la energá lanzada por Radamanthys. Por lo que, la escena se llena de misterio a causa del estruendo del golpe y de la cortina de polvo como energía que rodea por completo la ubicación del Juez de Antenora, quien ni siquiera da una pista de vida, pues a pesar del golpe se mantiene en silencio, aumentando con ello la epectación del mortífero combate que se lleva acabo en el Muro de los Lamentos... A solo un paso del camino de los Dioses...*
 Aiacos de Garuda
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*Con cierto estrépito aterriza el Juez del Infierno, levantando aún más polvo, mientras se apoya con esa majestuosidad propia de su cargo y fuerza. Se yergue y regulando la respiración permanece unos instantes con los ojos cerrados, buscando con ello un ligero momento de meditación, como si buscase obtener un nuevo equilibrio en su fuerza y sosegar el esfuerzo de sus músculos, todo ésto como antesala al enfrentamiento que se desarrolla. Sin dar muestra de actividad el Juez simplemente sigue concentrado, aunque en algún momento cuando el polvo empieza a remitir y la visibilidad va en aumento, sacude suavemente sus brazos, pretendiendo desentumir sus músculos, mientras los levante y ubica casi por delante, posterior a ello, sus brazos y cada parte de su cuerpo parecen tensarse. - Aiacos eres un idiota... No lograrás nunca detenerme, seré yo quien lidere el Ejército del Inframundo y quien obtenga la victoria para nuestro señor Hades... Tú solo eres un payaso, es tiempo que me dejes el camino libre. - Sin denunciar mayor profundidad emocional, el rostro si bien se lo ve tenso, en ningún momento se extralimita en esa frialdad violenta que lo domina, mientras que sus alas se repliegan a sus espaldas, aunque una de ellas parece tener algún problema y no logra replegarse por completo, sin embargo la postura no se ve alterada y fluyendo de cada parte de su cuerpo un ligero manto de energía se mueve ondulante, siendo una expresión misma de su espíritu de lucha.*
Radamanthys de Wyvern |
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* El silencio continúa prolongándose por parte de Aiacos, quien aún no se puede percibir de entre los escombros que se han levantado a causa del fuerte impacto que sin duda ha generado un cambio en el terreno que sufre el enfrentamiento entre dos jueces del Inframundo, quienes son los más fuertes en el ejército del Rey Oscuro. - ¿Liderar? - Cuestiona por fin desde las sombras, manejando un tono de ironía conforme comienza a escucharse un metálico caminar, mismo que anuncia a un hombre pesado que avanza con lentitud. - Eres incapaz de manejar un ejército, tanto tus hombres como tú desconocen el significado de un verdadero gobernante. - Adjunta mientras se hacen visibles los antebrazos que lucen cuartados y con manchas que simulas quemaduras. - Pero no te preocupes, cuando te reduzca a cenizas comenzarán a entender su lugar en este mundo. - Es con esta amenaza que se pueden percibir algunas plumas inandescentes que rodean los brazos de Garuda, quien simplemente fija la mirada sedienta de sangre en su oponente...*
Aiacos de Garuda
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*La mirada del Kyoto restalla en fuerza y violencia, mientras se cierra más y más sobre la figura de su oponente. "No lograrás nunca tomar mi lugar y llevarte la gloría ante Hades!!" Los puños se cierran prácticamente herméticos, sin embargo una alegoría de luces y espectros de luces trasciende a sus dedos y palmas a medida que dos núcleos de luz parecen emerger de entre sus manos. La fuerza y al presión se hacen sentir a medida que el polvo empieza a levitar y de repente los vientos se vuelven caóticos, el sitio en torno al Juez se torna violáceo y oscuro, mientras que esas ondas de energía parecen alcanzar un clímax y de repente sin aviso alguno, el cuerpo se lanza en pos de su oponente trazando un ligero zigzagueo, hasta que un último empuje, mismo que horada el suelo, la humanidad imponente del rubio, arremete casi de frente, mientras que el puño diestro se lanza con toda esa carga de energía, toda la mano casi desaparece bajo la energía del Kyoto, puño que despiadado viaja hacia el rostro del Garuda y de inmediato en un contrapunto perfecto, afianzando sus pies sobre el suelo, el puño izquerdo igualmente perdido entre la fuerza de su energía se desata con violencia hacia el tórax, especialmente en la región baja de las costillas sobre el perfil derecho del oponente, y así desde ese punto, olas de viento se alzan en todos lados no sólo por la velocidad sino por la potencia y energía mismas de ese despliegue y en medio de estos momentos una voz se alza con fuerza. - Arghhhhh!!! - *
Radamanthys de Wyvern |
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* - Atacarme directamente, vaya que eres ingenuo. - Comenta despectivo en el instante en que las plumas comienzan a desatar un fuego oscuro que pareciera conectarse con el suelo, pues es justo en ese punto donde pareciera formarse una circunferencia que es bordeada por las plumas de Garuda, quien además desata un fuego que lo consume todo. - Desaparece entre el fuego de Garuda. - Exclama en una sentencia que es seguida por el levantamiento de los brazos que generan al mismo tiempo que en un abrir y cerrar de ojos emerja desde el suelo una impresionante columna de fuego y plumas en las que pretende atrapar a Radamanthys quien sin duda posee una fuerza física descomunal, pero que no intimida en lo más mínimo a Aiacos, quien en ese momento percibe dos posibilidades; Se alcanzado por los puños de su contraparte o, lograr encerrarlo con su culumna de fuego. - Surendra Jit - Anuncia finalmente el nombre de su técnica, misma que se muestra colosal y poderosa, tal como su ejecutor, aquel cuyo poder trasciende los límites humanos...*
Aiacos de Garuda
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*La mirada violenta del Kyoto va de un lado a otro, observando en detalle el accionar de su contraparte. - Y me llamas ingenuo! Usas una de tus mejores técnicas apenas después de levantarte... Estúpido y cobarde!! - Los puños se retraen de inmediato y se adelantan sobre su rostro y peto, y en consonancia, sus alas también se cierran en torno a su silueta. La fuerza de cada músculo se conjuga no sólo en atención al inminente impacto, sino también para recrear esa energía que devora, misma que parece exaltarse en ondas que rodean su cuerpo. De un momento a otro la energía convocada por su adversario hace presa en el Kyoto rubio y con algunas sacudidas, el cuerpo asciende con estrépito en medio de aquella vorágine de plumas y fuego, sin lograr ubicarse en medio de tales volteretas siquiera de donde es arriba o abajo, de esa forma se pierde en aquella torreta flamígera.*
Radamanthys de Wyvern |
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