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----------------------Ng Sd >> Grecia: La utopía Infernal Avanza
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Invasión a Berlín, Alemania, Cualquiera que ose intervenir, caerá ante las manos del espectro más mortal de la orden de Hades.
*Mientras el epicentro se va forjando sobre diversos puntos del mundo como Alemania y Europa, el caos va siendo exparcido por el mundo de la mano de un vil espectro, uno de los renacidos desde los confines del infierno y que se alza a favor de su propia tropa y el señor Hades -Jijiji, el señor Radamanthys estará complacido cuando sepa que Berlín ha sido conquistada en su nombre, ahora solo queda acabar con esta masa asquerosa de humanos jejeje- entonces, ese espectro que de momento permanece al mando, da la orden final -Adelante espectros acaben con todos los humanos de este sitio y preparen toda la cuidad para mi señor Radamanthys- viendo como paso a paso va avanzando por las calles y a sus costados, cientos de espectros menores avanzan comenzando a destruír todo a su paso, alarmando a la gente y activando el pánico "Hehe, ahora conocerán mi poder y mi furia como mi amo, yo soy el gran Basilisco, Sylphid, todos recordarán ese nombre" emitiendo una macabra sonrisa bajo su sombrío casco de cuernos largos, para luego seguir su trayecto y asesinar a todo el que pase por ahí*
"...Las tierras de Hades Sama serán reclamadas de forma Total..." |
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*Tras un fugaz viaje a través de Europa, desde las costas griegas hasta las fronteras teutonas, Asterión, santo plateado de Perros Cazadores, se encuentra con una hórrida sorpresa: La alguna vez bella ciudad de Berlín se encuentra bajo el yugo del Señor de los Muertos. Una expresión de disgusto se apodera del rostro del santo argento cuando sus ojos avellana vislumbran el caos y destrucción sembrada por el ejército de Hades bajo órdenes del terrateniente Basilisco. Con los vientos de guerra meciendo sus lacios cabellos y haciendo que su blanca capa ondeé de forma heróica, el rostro del guerrero de Athena adquiere una expresión de completa determinación, listo para enfrentar a los enemigos de la leyenda. -Maldito seas, Hades...- gruñe, buscando con los ojos a un espectro digno de derrotar y no solo a los brutos soldados esqueleto que ha derrotado incontables veces antes y que patrullan la zona, sin ofrecer un desafío para el caballero de plata. Asterión esta listo para ofrecer, de ser necesario, su vida con tal de liberar al pueblo sometido.*
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* -Vaya vaya- Es audible justo al momento siguiente de la maldición al señor de las tinieblas desde ese escenario ahora mortuorio y destruido que horas antes pertenecía a una lúgubre y hermosa cuidad -Tenemos un visitante, que interesante- replica cuando desde las penumbras de destruidos bloques de concreto una imagen se delínea, sumamente especral con cuernos y grandes hombreras que imponen su presencia haciendo relucir una superioridad total -Debes tener más cuidado de lo que dices aquí, tonto. Este sitio ahora le pretenece al Dios Hades y ofenderlo solo significa ganarse una muerte segura jejejej- advierte cuando ante la luz emergente desde el firmamento, una mirada asesina sobre sale sobre un demoniaco casco protector, reluciendo los rasgos de la mítica bestia temida, el Basilisco -Pero bueno, es hora de jugar- señala al instante en que detrás de el, cientos de ojos rojos surgen de la oscuridad, como fieles soldados preparados para luchar -Ha llegado el momento de poner fin a tu patética vida, caballero de Athena, venir aquí ha de ser el error más grande que haz cometido... y Todavía solo jijiji- finaliza, denotándose de momento como el espectro al mando, aquel al que todos esos esbirros que causan caos, le obedecen*
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*Cruzando los brazos sobre el pecho mientras las llamas del lugar hacen resplandecer su platinada armadura, una confiada y orgullosa sonrisa aparece en labios de Asterión. -¿Crees que tú o tus esbirros son rivales para un caballero de plata?- alardea, confiado de su poder y sus habilidades, sin darles la más mínima importancia a los soldados esqueleto que rodean su posición. Poco a poco, su cuerpo se ve iluminado por una luz plateada que gana fulgor con cada segundo y hace sentir su energía por todo el campo de batalla. -Si creen tener lo que se necesita para derrotarme, inténtenlo.- dice, quebrando su posición erguida y confiada, tomando una postura de batalla con cuya mano derecha invita al Basilisco a atacar. Orgulloso de la órden a la que pertenece, el santo de plata está listo para enfrentar a las tropas de Hades y liberar aquella región.*
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*Una mirada sarcástica es lo que dedica el Basilisco infernal a su presa cuando sus oidos reciben cada vocablo que este emana con total osadía -¡Por supuesto que si!- señala en primera instancia dando una serie de pasos que lo dejan al frente, exactamente delante de su presa -Hmhmhm ¿Te crees muy fuerte eh? Esa valentía no te servirá de nada en mi contra, yo simplemente soy alguien... Muy superior a ti- dejando ver como no solo resalta su orgullo frente a cada uno de sus hombres, si no también demuestra el exceso de confianza ante su enemigo -Yo Sylohid de Basilisco, te guiaré por el lecho de tu muerte- y en ese instante, ambas extremidades superiores se extienden hacia los costados, desplegando dos alas de considerable tamaño para ser agitadas ante la fuerza de sus brazos denotando como rápidamente una especie de olor nauceabundo comienza a invadir todo el area de combate, para que en tan solo algunos segundos, la mortal toxina del Basilisco se encuentre exparcida por un gran radio del cambpo de batalla -Hehe, el veneno de las alas del Basilisco, comenzará por paralizar tu cuerpo y luego lentamente sentirás como tus sentidos se van anulando hasta quedar totalmente aniquiliado ¡Hahahahah!- dejando de esa forma, el sitio mortuorio preparado para su enemigo, intentando que cada efecto de ese polen actúe rápidamente sobre la anatomía del Atheniense para de esa forma someterlo completamente ante sus mortales garras, la perfecta forma de caza de la bestia mítica temida y respetada por muchos, el Basilisco*
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*La confiada sonrisa no abandona los labios de Asterión, incluso ante la nube de veneno de Basilisco. -Ingenuo.- exclama, avanzando directamente a la nube de gas venenoso del enemigo. Sorprendentemente, la ponzoña no parece tener efecto en Asterión quien continua su caminar de forma normal, respirando el mortal aleteo del enemigo. -Tendrás que hacer mejor que eso para derrotarme, serpiente.- provoca el santo de plata, sabiendo del temperamento volátil de los espectros. La energía plateada que rodea al santo se hace cada vez más fuerte, haciendo centellar su armadura y otorgándole a Asterión un aire heróico por pocos igualado. Aquella imagen, que parece la del santo, sonríe burlón ante el basilisco, mofándose de lo poco mortal de su veneno.*
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* -Es natural que al prinicpio obtengas esa sensación jiji... Tan solo el pensar que puedes soportar el veneno con ese débil cosmos- emite demarcando una leve sonrisa en su rostro, al tomar conciencia de que su enemigo no solo ha inhalado si no que ha quedado expuesto a la mortal toxina intentando evitarla psicológicamente pero no ha de ser más que el peor de sus errores -El veneno del Basilisco, es tan letal que en tan solo minutos puede causar más estragos de los que imaginas sobre tu cuerpo jmjmjm, tan solo una leve dócis es suficiente para paralizar lentamente tu cuerpo hasta que cuando tomes la realidad ya ni siquiera podrás moverte... Así, tus sentidos se irán anulando dejandote un grato viaje al país de los muertos, pero en tu caso, que no haz hecho el más mínimo esfuerzo por evitar consumir mi veneno, solo han de quedarte unos instantes hasta que puedas sentir como pierdes el control de tu cuerpo- explica con detalle sobre el efecto de su poderosa habilidad que ha de someter a cualquier enemigo que no tenga la fuerza o la resistencia para superarlo o incluso evitar ser alcanzado algo que ya a estas alturas pasa a ser demasiado tarde -El único ingénuo eres tú, caballero de Plata, por pensar que estallando tu cosmos podrías deshacerte del efecto mortal del veneno del Basilisco jejeje algo que para tí, ciertamente no es posible- termina por aclamar, permitiendo que la maldad reluzca en sus ojos mientras el pesado ambiente comienza a jugar en contra y un efecto inesperado parece ir comenzando a demarcar una distorción compleja en el ambiente*
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*La figura del perro cazador se mantiene erguida, sonriendo ante el basilisco. Su cosmos, a diferencia del espectro de Hades que no ha manifestado su poder interior, arde con una fuerza que se multiplica a cada segundo a pesar de lo adverso de la situación. Es verdad que el veneno comienza a nublar su olfato, oído e incluso la vista y, de continuar así, Sylphid tomará la vida del caballero, sin embargo el cosmos argento, que poco a poco llega a su clímax, no parece ser mermado por la habilidad del enemigo. Guiado por su fuerza de voluntad, Asterión no muestra ante su enemigo señal de daño y se dedica a manifestar todo su poder de diferente manera. -Confías demasiado en tu veneno, y poco en tus propias habilidades.- manifiesta justo antes de que su humanidad se ilumine en tonos dorados, para después desdoblar su silueta en cientos y cientos de copias del mismo Asterión que rodean en cada ángulo a la serpiente. Incluso varias de estas imágenes flotan por los aires, cerrando una posible ruta de escape aerea por parte del enemigo. -¡Es tu fin!- exclaman al unisono todas las imágenes del santo de plata, cada una con su propia fuente cósmica que comienzan a acumular entre las palmas de sus manos. -¡Million Ghost Attack!- ladran las figuras, justo antes de soltar miles y miles de rayos de cosmos dorado en dirección del enemigo, capaces desgarrar al basilisco. El secreto de aquella técnica no es el poder bruto, sino que golpea de cada ángulo posible debido a los cientos de fantasmas de Asterión. Aquel ken tiene la fuerza para derrotar a un espectro del nivel de Sylphid, y la última esperanza de Asterión reside en que el veneno desaparecerá tras la muerte de este.*
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*Una mirada de molestia se alza desde el rostro del Basilisco, el líder de la tropa infernal que intenta someter la capital de alemania en oscuridad al momento en que ante sus ojos una explosión de multiplicación de imágenes torna una espectativa diferente "Así que optas por esconderte bajo réplicas de tu persona... jijiji parece que esta rata está próxima a ser acabada" permitiendo ejercer acto de pensamiento justo antes de pre sentir como la flama máxima se eleva en su parte opuesta en un ácto que solo representa la gravedad de su estado, una esperanza final sin embargo para Sylphid no significa más que una muestra de lo absurdos que pueden llegar a ser los caballeros de Athena paulatino a la movilización de los esbirros cuales forman un círculo alrededor de su superior y afrontan los cientos de rayos con sus propios cuerpos, resistiendo todo lo que más pueden mientras sus sapuris se derriten ante gritos de dolor, pero desde una segunda plana, el espectro por primera vez cierra sus ojos y desprende desde su cuerpo una reflejo cósmico de tonel violeta que hace presencia de una gran fuerza, alguien que de inmediato deja una sensación de ser un duro obstáculo ante cualquier competidor. Así, una fina capa de luz se desprende pasando brevemente por alto y en un momento crítico diversas explosiones de alto volumen sonoro se general, exparciendo trozos de los cuerpos que se enfrentaron al poder de las cien figuras y grandes cortinas de humo y polvo que dejan una amarga sensación al nublar completamente el escenario tornando todo más difícil y más aún cuando la vista comienza a ser bloqueada por el efecto del mortal veneno del Basilisco*
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| Sylphid por favor re formula y sostén tu rol en lo posible sobre los términos de realismo. Gracias.
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*La mirada de molestia se alza de gran manera al no poder percibir exactamente cual es el real y verse en vuelto en un montón de réplicas que lo rodean y simultáneamente inician una potente descarga de energía en su contra. Algunos espectros intentan desesperadamente proteger a su señor, pero sus cuerpos débiles no alcanzan a detener los golpes y para Sylphid solo una opción queda, sus brazos se cruzan en forma de X sobre su rostro y sus alas intentan proteger parte de su cuerpo recibiendo diversos impactos que probocan de inicio un aumento total de adrenalina conjunto a un dolor físico -¡Aaaaghhhh!- exclama el soberbio al verse volar por el aire para caer algunos metros más atrás, generando un gráter de algunos metros de largo demarcando el recorrido de su cuerpo*
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*A pesar de haber logrado golpear al enemigo con el Ataque del Millón de Fantasmas, Asterión siente cada vez más el veneno en su torrente sanguíneo. Sus 5 principales sentidos ya se encuentran manchados por la ponzoña del basilisco, y mantenerse de pie es toda una proeza para el santo plateado. Poco a poco cientos de las copias del perro cazador comienzan a desaparecer hasta dejar solo la silueta del verdadero Asterión, quién al instante pierde el equilibrio y cae con una rodilla al suelo, respirando agitadamente. En su rostro se dibuja una expresión de enfermedad y una gota de sudor helado recorre su mejilla izquierda, sin embargo su mirar aún se postra con valor sobre el enemigo, con la esperanza de haberlo derrotado con aquel ken. ººNo tengo mucho tiempo...ºº piensa el santo de plata, utilizando sus demacrados sentidos físicos y su superior telepatía para buscar señal de Sylphid. Las probabilidades no se ven bien para el sabueso, sin embargo el valor y la esperanza son el estandarte del ejército de Athena y Asterión dará su vida, de ser necesario, en nombre de la paz sobre la tierra.*
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*La rabia en el espectro lo lleva a lentamente levantarse con dolor, sus manos son las primeras en elevar su torso y luego sus rodillas y piernas lo elevan, algo tambaleante por el efecto de los varios golpes que ha recibido pero finalmente su brújula mental retorna a tierra y su orientación mueve su cuerpo para quedar en línea recta ante su casi abatido oponente. Su mirada demanda odio, por haber sido golpeado y por haber dañado su preciada armadura cuyo casco permanece en fragmentos sobre el piso al igual que piezas de sus hombreras que yacen exparcidas sobre la tierra de alemania, pero sobre su cuerpo los fragmentos que se trazan demuestran la importancia de los golpes y la resistencia que ha ejercido la armadura del basilisco -¡Maldito repugnante! ¡¿Como te atreves a dañar mi armadura?! ¡Eso te costará la muerte!- pronuncia elevando su diestra hacia su boca, para limpiar una línea de sangre que se escurre desde su labio inferior pero luego de borrar esa mancha, el entorno cambia y por primera vez un despliegue de energía se presencia desde la fisonomía del espectro, revelando destellos violentas que surgen desde su cuerpo y forjan una estela a su alrededor -Debo admitir que tu juego sucio me ha impresionado pero en tu estado, afectado por el tóxico mortal del basilisco no tienes probabilidad alguna contra mi- entonces una total mirada de desafío se infunde sobre su víctima cuando ambos brazos se elevan hacia arriba revoloteando sus mechones grises ante la presión de su cosmos canalizado a través de sus extremidades -Jmjm Yo soy demasiado bueno para ver a un cachorro morir indefenso, así que no solo aceleraré las cosas si no que liberaré este lugar de tu asquerosa presencia... ¡Desaparece de mi vista!- y ante esas palabras una fuerte ventisca violeta comienza a generarse desde la anatomía del espectro ejerciendo una presión aniquiladora suficientemente fuerte como para elevar por el aire a su presa devastada a una muerte segura ante los golpes demoledores que no solo intentan movilizar a su enemigo muchísimas millas de distancia si no que también pretende golpear su cuerpo y causar su muerte ante la poderosa presión que despide su energía*
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*Arrodillado en el campo de batalla, y humillado ante el veneno del basilisco, el santo de plata apenas logra escuchar las burlas del herido enemigo. Si bien su telepatía innata le permite predecir las palabras y movimientos del rival, y en otra situación podría evitar el ken enemigo, la ponzoña en su cuerpo lo inhabilita para responder con propiedad. Cuando la ráfaga de viento impacta su cuerpo, la humanidad de Asterión es elevada por los aires y agitada con violencia, arrancando la blanca capa que ondeaba a su espalda y azotando al perro cazador en el campo de batalla. -¡Kgh!- se le escapa de entredientes cuando se impacta contra un viejo edificio, dejando su silueta marcada en el concreto para después caer boca abajo sobre la acera. Su armadura plateada muestra resquebrajaduras y la hombrera izquierda ha desaparecido por completo; el yelmo que antes coronaba su cabeza con orgullo ahora yace sobre el pavimento, partido en dos. Asterión no se mueve, aún boca abajo en el frío suelo, reflexionando con melancolía ºº¿Acaso este es mi fin?ºº. Todo indica que el gran perro cazador ha sido derrotado.*
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[Roll Pause: Aún no estoy derrotado, Sylphid. Espero tu turno. Saludos.] |
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*Cuando la esperanza está por abandonar el corazón de Asterión, un llamado abraza su alma pidiéndole no bajar los brazos y jamás rendirse. Una voz femenina resuena en su cabeza con la suavidad de un harpa, infundiendo valor y fuerza a su herida voluntad. -Jamás me rendiré...- murmura mientras su cuerpo maltrecho y derribado se ilumina nuevamente en luz platinada, ganando fulgor y fuerza con cada segundo que pasa. Lentamente, el campeón de plata logra ponerse de pie encarando al diabólico rival. Sus sentidos pueden haberse desvanecido casi por completo y su cuerpo estar más muerto que vivo, pero su cosmos arde con una fuerza descomunal. Sus cabellos se erizan y sus ojos se iluminan con luz cósmica. -¡Por Athena!- exclama cuando su cosmos estalla y llega a un clímax, dibujando a espaldas del maltrecho santo la silueta de un embravecido perro cazador mostrando los colmillos a la víbora que tiene por rival. Su corazón no se rendirá jamás.*
Nota: Tras días sin respuesta del enemigo, hago uso de mi primera "manipulación" pasiva.
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