CON EL AGUA AL CUELLO
Cierta mujer de apellido Sánchez, se hallaba sobre el tejado de su casa durante una inundación, y el agua subía y subía, hasta llegarle hasta los pies. Poco después pasó un hombre, remando en una canoa y le gritó :
- ¡Señora!, ¿Quiere que la lleve a un lugar más alto?
- No, gracias. Tengo fe en el Señor y El me salvará.
Pasó el tiempo, y el agua le llegó a la Señora Sánchez hasta la cintura. En eso se detuvo ahí una lancha de motor, y desde dentro gritó una voz :
-
¡Señora!, ¿Quiere que la lleve a un terreno más alto?
-
No, gracias. Tengo fe en el Señor y El me salvará.
Poco después se acerco a la Señora Sánchez un helicóptero, cuando el nivel del agua ya le llegaba al cuello.
-
¡Cójase de la cuerda, y yo la subiré! - le gritó el piloto.
-
No, gracias. Tengo fe en el Señor y El me salvará.
Desconcertado, el piloto dejó a la Señora Sánchez en el tejado, casi cubierto por las aguas. Al cabo de dos horas de permanecer en ese sitio, la pobre mujer, exhausta, no pudo resistir más. Se ahogo y se fue al cielo. Mientras esperaba a las puertas del cielo, se encontró frente a Dios y se quejó de lo que había ocurrido.
-
Señor, yo tenía total fe en que tu me salvarías, pero me abandonaste; ¿Por qué?
-
Hija, ¿Que más querías?… ¡Te mandé dos lanchas y un helicóptero!