Hablo de tu infinita soledad dijo el fulano quisiera entrar al saco de tu memoria apoderarme de ella desmantelarla desmentirla despojarla de su último reducto. Tu soledad me abruma/ me alucina dijo el fulano con dulzura quisiera que en las noches me añorara que me echara de menos me recibiera a solas. Pero sucede que/ dijo calmosamente la mengana/ si tu bendita soledad se funde con la mía ya no sabré si soy en vos o vos terminás siéndome. ¿Cuál de los dos será después de todo mi soledad legítima?. Mirándose a los ojos como si perdonaran perdonarse adiós dijo el fulano; y la mengana adiós.