* Asgard, reino de valientes guerreros se encuentra actualmente en una confrontación con el Santuario que ha ocasionado la perdida de valiosos hombres que ha hecho que la situación se vuelva peligrosa, pues el enemigo llegue hasta el Palacio del Valhala que lucecompletamente sobrio, como si estuviese vacio al estar silencioso hasta que pasos sinuosos y sistemáticos rompen con la tranquilidad, haciendo notar rápidamente la presencia de un ente que avanza y que en cuestión de algunos sólo permite admirar una silueta sombría llena de altivez y arrogancia. - Veo que han llegado hasta aquí, que inútil ha sido su trayecto. - Anuncia en un murmullo cuando se detiene únicamente a esperar....*
* Es así, como el guerrero nórdico inicia nuevamente un caminar lento con el que se apróxima mucho más a su víctima, un oponente que no representa el más mínimo problema para el nórdico que mientras avanza hace que su cosmos se encienda al liberar pequeñas partículas albas que danzan a su entorno y que poco a poco van tejiendo una aura espesa y nítida que emite un destello casi cegador, con el cual se puede apreciar la increible fortaleza de éste hombre. - Ya ha sido suficiente, no puedes ganar esta batalla. - Anuncia justo cuando eleva la mano diestra y con la palma entre abierta apunta a la humanidad del enemigo, pudiéndose observar en ese acto como las uñas emiten un destello lleno de miesterio, ya que las falanges comienza a mutar y una figura a la espalda de Syd va tomando forma....*
* Y cómo si de una ilusión se tratara ahora puede verse en el terreno de combate la imponente imagen de un tigre que muestra sus poderoso colmillo y que por instantes parpadea mientras Syd únicamente abre las piernas en un compás y toma su pose caracterítica de ataque, la cual al completarse es abruptamente deshecha cuando inclina el cuerpo al frente y emprende una veloz carrera que poco a poco genera que su humanidad se vaya difuminando hasta el punto de desaparecer del terreno de combate y únicamente dejar un camino albo que marca su trayecto en línea recta al oponente en turno que se encuentra cada vez más cerca, por lo que el Asgardiano contrae cada músculo del brazo diestro y posiciona la mano a la altura de la cintura, punto en el que resposa por un breve lapso tiempo, ya que cuando se acerca al punto deseado comienza a extenderla, pudiéndose notar en ese momento como las uñas han crecido considerablemente y tomado la forma de garras resplandeciente de las que se liberan rayos delgados que conforme avanzan toman formas distintas y buscando con tal acción impactar en puntos diferentes del oponente y así inmovilizarlo por completo. - ¡Garra del Tigre Vikingo! - Así, con esa simple frase ocasiona que se unan a los finos destello un poderoso torrente de su cosmos gélido, añadiéndole una fuerza brutal a tal embate que sin duda es mortífero...*