** Ecuanime el sol se alza sobre las hermosas grebas de los palacetes de la diacona grecia,.... mientras el heraldo del febo camina suave y algido sobre el firmamento, boveda celeste iluminada y llena de magnificas luminiscencias no apreciadas por el dia, debido a la gran luz del que todo lo ve, el aire, corre libre, tranquilo, ondeaba por las ramas, jugando con las hojas mientras su danza lleva a las pequeñas que se desprenden de un lado a otro viajando, elevandolas y volviendo a dejarlas caer, en un juego perenne insabido, y pequeño que hacen lineas caprichosas sobre los arboles de donde son arrancandos, las mecidas del viento caprichoso, forman con las zombras promovidas por el febo, una danza hermosa que hace que el cuerpo del bosque tenga vida, apreciandose desde lo lejos las marismas de las dos divinidades, jugueteos hermosos, dialogos naturales....

en la isla, un clima muy parecido reina, el viento juega con el agua, en el vaiven mitico de la danza hermosa que busca conformar las dos entidades enamoradas, viento y agua, que como uno solo se enmarcan en el embelliciiento mutuo al crear la fresca brisa que se observa sobre la playa, sobre la arena humeda, unos densos pasos se observan, unos pasos que se van alejando de la orilla, mas bien que caminan sobre ella, las olas en su ir y venir las borran apenas son dejadas, jugando con ellas, las huellas pertenecen a un hombre, que envuelto en una capucha aun a pesar del sol, le protege de miradas curiosas, la penumbra de la capucha sobre su rostro hace innescrutable su rostro, solo una sonrisa demoniaca se medio observa en aquel rostro impenetrable, la misma parca se aloja por todo su cuerpo, llegandole hasta los talones, como si no quisiera que su identidad fuera descubierta, asi es como aquel sujeto se acerca, o se aleja, se encuentra o se pierde en aquella mañana de nubes de algodon blanco e hilos dorados que lo bañan todo sobre la eterna grecia.... en un momento, aquel qu pudiera distinguir su silueta reflejada se sorprenderia, en la orilla de la playa, ningun rastro de persona alguna quedaba... solo el viento ninive seguia su camino, jugando con el agua divirtiendose con la arena.....

en las orillas de la hermosa grecia, un personaje encapuchado desata miles de susurros a su alrededor, expresiones de sorpresa, quien podria ir con aquella "manga" con el sol en pleno alud de hermosos rayos, sin embargo su caminar es tranquilo, sin detenerse a curiosear, camina, y atraviesa los poblados aledaños a las doce casas, donde se dice que aquellos guerreros, de noble alcurnia lucharan, protegeran, ofrendaran su vida, por servir a la diosa, que aman, respetan y cuidan cada doscientos años, la reencarnacion de athena, nuestro personaje sigue su camino, allegandose a las escaleras de las primeras ruinas, hermosas piedras, calcareas, limadas, por la inclmencia del tiempo, que aun que derruidas nos dejan vista de las glorias pasadas, cuando en sus arcas guardaban celosas los secretos de los reinos de los dioses, sus pies comienzan a subir por entre los senderos, bifurcados, observa en el horizonte, y habla para si mismo en forma algida y fuerte

-- Es tiempo --

un destello cruza sus ojos, los cuales como hielo artico no indican emosion alguna, su rostro curtido bajo las inclmencias del tiempo parecen una mascarada que no sabe reir, pero en su rostro se observa, si alguien pudiese verlo, una sonrisa, demoniaca?, sarcastica?, sincera?, se ajusta el capuchon, se acomoda la manga, y comienza su caminar hacia el primer portico, esperando encontrar al portador del primer manto dorado y defensor de la puerta que permite el ascenso hacia palas athenea, el sol sigue oncolumne sobre el meridiano, no proyecta sombras mas que perpendicularmente, los pasos del sujeto son calmos, uno a uno, sin prisa, pero firmes, su mision, comenzaba, pero cual era esta, poco a poco seria revelada, y los doce santos dorados, esperaba, estuvieran en su casa para protegerlas .....**