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| De: haziel55 (Mensaje original) |
Enviado: 17/08/2010 17:26 |
Hola, soy nuevo aqui, tanto en el juego de roll, como con el personaje de Shun, quisiera lanzar un reto para adaptarme a mi personaje y tener un poco de actividad en la comunidad.
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"Mis bellas rosas son una invitación a la muerte"
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Hola Shun, que maravilloso te felicito por ver en ti lo que tanto le hace falta al rol, entusiasmo. Me ofrezco a guiarte en esta batalla si me lo permites.
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Perfecto Albafica, con gusto permitiré que me guies un poco, y gracias, aguardemos un juez para comenzar con la batalla.
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Lugar: Templo de Piscis
Condiciones: Ocaso
Contexto: A crear
Inicia: Shun de Andrómeda
...:::ROLL ON:::..
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** La misma Diosa Athena había arribado al santurario con sus caballeros de bronce que la protegen, ya que había recibido una carta de invitación del gran patriarca, la recepción no fue la esperada, una flecha mortal, yacia en el pecho de aquella jóven de cabellos lilas, tendida en el piso luchaba entre la vida y la muerte, es así que los caballeros de bronces inciaron una carrera contra el tiempo, solo contaban con doce horas para llegar al Patriarca, la suma autoridad del santuario, despúes de Athena, para llegar a él, es necesario atravesar los doce templos del santuario, cada uno de ellos resguardados por un santo dorado, aquellos de los más fuerte de las 88 constelaciones. El atardecer caía en el Santuario, el sol se ocultaba entre los riscos del lugar, como despidiendose del hermoso día, para dar el lugar a la luna, el lucero de la noche, la bóveda nocturna se teñia de colores anaranjados y violaceos, mientras los ultimos rayos rojizos del sol, iluminaban los templos, los pasos metálicos del caballero de bronces, se sentían por las escalinatas que daban al ultimo templo, cubierto por una armadura rosada con tinetes rojizos, perteneciente a la constelación de Andrómeda, su cabellos verdes volaban con las caricias del viento y en sus ojos se ocultaba el brillo que guardaba la esperanza de su corazón. El imponente templo de Piscis se alzaba orgulloso ante el caballero de bronce, este detiene sus pasos ante aquel majestuoso recinto, - Bien este es el ultimo templo que me separa del patriarca, espero que no cuente con un guardían o que este no se imponga a que pueda atravesarlo. - El caballero de bronce comenzó a ingresar y a caminar por el templo de Piscis, los pasos metálicos eran el único sonido que habia en aquel recinto, con sus cinco sentidos alerta Shun se adentro más y más en aquel templo, guardando en su corazón el deseo de no tener que desatar en este lugar otra terrible batalla.**
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"Mis bellas rosas son una invitación a la muerte"
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**La presencia de los caballeros de bronce es ya conocida en el santuario, máximo recinto cuyo desafío mas grande son los 12 templos, que por generaciones han sido guardados por los caballeros dorados, dignos del mas alto prestigio al ser los mejores combatientes no solo en Grecia sino en el mundo, ya que se dice dominan la maestría del cosmos y la ultima de las cosmoenergias. Siendo su único deber proteger a Athena. A tal grado que su posición casi nunca debe ser violada. Más en ese día que va llegando tristemente a su fin, en la doceava casa Piscis, uno de los más eminentes caballeros dorados se dispone a partir para ver directamente al Gran Patriarca... "que cinco jóvenes caballeros de bronce y una falsa athena inquieten tanto al maestro no es poca cosa, debe ser algo mas especial... he sentido que una cosmoenergia de paz sin igual desprenderse de la primera casa e inundar todo el santuario, no pertenece a ninguno de los caballeros dorados, ni creo que a alguien de este mundo..." medita el mas hermoso caballero dorado, Albafica de Piscis, en busca de la respuesta al porque de las ordenes dadas por el patriarca de mantener la posición y matar a los caballeros intrusos. Entonces, mismo hombre quien es el sumo guardián de Piscis no vacila y en cuanto se dispuso a salir del Partenón, se revela esporádicamente una pequeña presencia acercarse, -ya veo...han venido hasta aquí, impresionante!- se detiene sin abandonar el lugar dando media vuelta a sus tacones se pone en posición de recibimiento, firme e imponente con toda su gallardía, decide, el mas digno de belleza y poder juntos como una mortal ligadura recibir aquella sola presencia que sin equivocación pertenece a la un santo de bronce... -¡Bienvenido!- clama exponiendo su varonil acento, aquel ser de importantes características, honrado en la mejor de las armaduras, que por si misma irradia la luz del sol en pleno apogeo, brillante en resonancia con su cosmoenergia, cual digno recibimiento, esta se expulsa con una libertad suprema, hondeando su preciada capa blanca a ras del suelo, sus largos mechones de cabello reniegan agitándose suavemente, descubriendo su rostro tan claro y perfecto como el botón de una rosa recién exhumado, brillante como un ángel, Albafica no tiene mas intenciones que atraer al caballero de bronce.**
**La presencia de los caballeros de bronce es ya conocida en el santuario, máximo recinto cuyo desafío mas grande son los 12 templos, que por generaciones han sido guardados por los caballeros dorados, dignos del mas alto prestigio al ser los mejores combatientes no solo en Grecia sino en el mundo, ya que se dice dominan la maestría del cosmos y la ultima de las cosmoenergias. Siendo su único deber proteger a Athena. A tal grado que su posición casi nunca debe ser violada. Más en ese día que va llegando tristemente a su fin, en la doceava casa Piscis, uno de los más eminentes caballeros dorados se dispone a partir para ver directamente al Gran Patriarca... "que cinco jóvenes caballeros de bronce y una falsa athena inquieten tanto al maestro no es poca cosa, debe ser algo mas especial... he sentido que una cosmoenergia de paz sin igual desprenderse de la primera casa e inundar todo el santuario, no pertenece a ninguno de los caballeros dorados, ni creo que a alguien de este mundo..." medita el mas hermoso caballero dorado, Albafica de Piscis, en busca de la respuesta al porque de las ordenes dadas por el patriarca de mantener la posición y matar a los caballeros intrusos. Entonces, mismo hombre quien es el sumo guardián de Piscis no vacila y en cuanto se dispuso a salir del Partenón, se revela esporádicamente una pequeña presencia acercarse, -ya veo...han venido hasta aquí, impresionante!- se detiene sin abandonar el lugar dando media vuelta a sus tacones se pone en posición de recibimiento, firme e imponente con toda su gallardía, decide, el mas digno de belleza y poder juntos como una mortal ligadura recibir aquella sola presencia que sin equivocación pertenece a la un santo de bronce... -Bienvenido!- clama exponiendo su varonil acento, aquel ser de importantes características, honrado en la mejor de las armaduras, que por si misma irradia la luz del sol en pleno apogeo, brillante en resonancia con su cosmoenergia, cual digno recibimiento, esta se expulsa con una libertad suprema, hondeando su preciada capa blanca a ras del suelo, sus largos mechones de cabello reniegan agitándose suavemente, descubriendo su rostro tan claro y perfecto como el botón de una rosa recién exhumado, brillante como un ángel, Albafica no tiene mas intenciones que atraer al caballero de bronce.** |
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**Finalmente el caballero dorado habia hecho su aparición ante el gentil jóven, los ojos verdes de Shun brillaban de esperanza al ver a aquel caballero el cual parecia ser gentil y bello como un ángel que habia bajado de los campos Eliseos, su armadura dorada claramente denotaban un brillo propio de aquel caballero, aun en el corazón de Shun se resguardaba la esperanza de atravesar aquella casa sin tener que librar otra batalla. - Tu debes ser el guardían de la casa de Piscis, mi nombre es Shun de Andrómeda, soy uno de los caballeros que acompañan a la Diosa Athena, ella esta luchando por su vida al pie de las doce casas, ya que fue herida por una flecha dorada, es necesario que me dejes pasar por aquí, para llegar con el patriarca y acabar con el sufrimiento que lleva la señorita Saori - el caballero de bronce guarda silencio, mientras mira fijamente al guardía del recinto de piscis, las cadenas de andrómeda giran en su propio eje, colgando de los brazos del jóven caballero, esperando la respuesta de aquel hombre, de rasgos bellos y delicados, sin subestimarle, ya que se trata de uno de los santos dorados.**
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"Mis bellas rosas son una invitación a la muerte"
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**El mas hermoso de los caballeros dorados, cuya apariencia inocente y bella podría delatar su debilidad o ser una mortal trampa, una apariencia, tan solo un engaño que como la rosa oculta sínicamente sus espinas, se muestra serio y reservado, mostrando la casta de su linaje, su cosmoenergia brillante y cálida no resulta tan agresiva a la llegada y presentación del joven caballero Shun de Andrómeda, -no te equivocas caballero, y no me interesan tus palabras, tan solo el hecho de tu locura... decir que athena los guía contra una revuelta a su propio santuario es ridículo- responde levantando su mano derecha...presumiendo cual hubiera salido de la nada...una hermosa rosa roja de un color tan intenso como la sangre, -mírala bien Andrómeda, es una rosa roja propia para tu muerte... te acabare en un instante, ya que la verdadera Athena habita en el templo del gran patriarca, tus mentiras solo revelan que no mereces ninguna clase de piedad- impone severamente el gallardo caballero dorado, manifestando el legado de su aura concentrada mas intensamente en el brillo singular que recubre completamente su inocente rosa, tomándola entre sus dedos del extremo mas inferior del tallo. Albafica comenzó a avanzar hacia Andrómeda, sin intimidación alguna, como si nada le preocupara...paso a paso, sus elegantes pisadas no provocan ninguna mueca en su inexpresivo rostro, tan solo su cuerpo se contornea con elegancia y distinción, mientras permite a su alba capa dejarse llevar mágicamente por la acción de su cosmos en activo. Llegando a tan solo unos pasos de entrar en la nebulosa de Andrómeda, Albafica no se detiene siquiera... y pisa las cadenas de Shun como si fuesen cadenas corrientes, estrujándolas con su peso a cada paso que lo aproxima mortalmente al caballero de bronce, demostrando que un caballero dorado no conoce la bajeza y el temor, mismo a tan cruenta distancia podría atacar a Andrómeda sin piedad alguna.** |
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Albafika te pido reformules tu turno poniendo atención a las acciones de Shun, el no crea su nebulosa sino deja que sus cadenas penduleen en su brazo solamente.
...:::ROLL CONTINUE:::...
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"Mis bellas rosas son una invitación a la muerte"
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upss...si, fue una falta, no volvere a permitirmelo...continuemos Shun.
**El mas hermoso de los caballeros dorados, cuya apariencia inocente y bella podría delatar su debilidad o ser una mortal trampa, una apariencia, tan solo un engaño que como la rosa oculta sínicamente sus espinas, se muestra serio y reservado, mostrando la casta de su linaje, su cosmoenergia brillante y cálida no resulta tan agresiva a la llegada y presentación del joven caballero Shun de Andrómeda, -no te equivocas caballero, y no me interesan tus palabras, tan solo el hecho de tu locura... decir que athena los guía contra una revuelta a su propio santuario es ridículo- responde levantando su mano derecha...presumiendo cual hubiera salido de la nada...una hermosa rosa roja de un color tan intenso como la sangre, -mírala bien Andrómeda, es una rosa roja propia para tu muerte... te acabare en un instante, ya que la verdadera Athena habita en el templo del gran patriarca, tus mentiras solo revelan que no mereces ninguna clase de piedad- impone severamente el gallardo caballero dorado, manifestando el legado de su aura concentrada mas intensamente en el brillo singular que recubre completamente su inocente rosa, tomándola entre sus dedos del extremo mas inferior del tallo. Albafica comenzó a avanzar hacia Andrómeda, sin intimidación alguna, como si nada le preocupara...paso a paso, sus elegantes pisadas no provocan ninguna mueca en su inexpresivo rostro, tan solo su cuerpo se contornea con elegancia y distinción, mientras permite a su alba capa dejarse llevar mágicamente por la acción de su cosmos en activo. Llegando a tan solo unos pasos de Andromeda, Albafica se detiene, demostrando su severo porte, rigido e imponente, el inmutable Albafica examina con cuidado cada inocente faccion del muchacho... "no parese agresivo, para ser un rebelde posee un corazon tan puro como sus ojos...que son profundos como el agua, si...tu eres como yo" alcanza a decir en sus pensamientos, repazando la idea que antes se sucito en su mente, una y otra vez, de que en verdad los santos de bronce que avanzan en las doce casas no son el verdadero enemigo del Santuario.**
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** El caballero dorado había hablado, al parecer, no estaba de acuerdo en dejar pasar a Shun por la casa de piscis, los ojos verdes de Shun observan detenidamente como el fino caballero, muestró una rosa roja, la cual menciono que es propia para la muerte del caballero de bronce, un pensamiento se adueñaba de la mente de Shun "Parecia ser un caballero gentil, realmente no quiero luchar una vez más, pero los demas caballero de bronce han arriesgado todo en esta batalla, incluso mi hermano renunció a su vida en virgo, no te preocupes Ikki, lucharé como un caballero de Athena y cumpliré mi promesa Seiya, así sea que tan solo uno de nosotros llegue al salón del patriarca", el dorado habia detenido su elegante caminar, "Es imposible que un ser tan bello como él, sea un letal enemigo", el caballero de andrómeda flexiono levemente sus rodillas y las puntas de sus cabellos verdaceos, se agitaron levemente por el movimiento, para luego dar un salto repentino hacia atras, el viento movia los caballos de andrómeda y estos, como si le pertenecieran a un ángel, acariciaban los fino rasgos del rostro de Shun, para caer sobre el piso de marmol de la casa de Piscis y así ganar distancia del dorado, para defenderse de cualquier ataque que este pudiera emitir, luego levemente junto sus piernas y sos manos se unieron a la altura de la cintura, el caballero cerro sus hermosos ojos, - Albafica..., preferiria no luchar, creo que estas confindido, la verdadera Athena, se encuentra a los pies de la casa de Aries, pero prometi a mi hermano y a mis amigos, que lucharia si era necesario y llegaré a la casa del patriarca... - rapidamente Shun abre sus ojos, para mirar fijo al caballero de piscis, que sigue con sus elegante porte con tal bella rosa en su boca - ¡así tenga que derrotarte! - el caballero adelanto su pierna izquierda y movio su brazo izquierdo hacia adelante y su brazo derecho lo llevo a la altura de las costillas, una fuerte luz comenzó a salir del caballero, con tintes rojos y rosados, que parecian ser el reflejo del alma del caballero, las cadenas se elevaron como si las mismas miraran fijamente a su enemigo, destras de Andrómeda se forma la sagrada constelación de Andrómeda, y una líneas blancas de intenso brillo, formaron la figura de una hermosa mujer quien de sus muñecas colgaban cadenas, así Shun aguardaba el accionar del dorado, al mismo tiempo que el silencio se apoderaba del recinto.**
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"Mis bellas rosas son una invitación a la muerte"
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**Albafica sujeta con firmeza su pequeño presente, de apariencia débil y frágil, su tan hermosa rosa roja irradia la luz del ocaso, bañada en brillo dorado y esos caracteres rojizos de su innato resplandor, tomándola como un arma, tal vez el dorado la usaría para provocar la muerte o la rendición de Shun, - tu cosmos es... la prueba de que has luchado y has ofrecido grandes sacrificios, por esa athena, por esa mortal que muere al pie de Aries, entonces... yo...tal vez!- le dice a Andrómeda, pudiendo notar cierto desasosiego, cual ansiedad en saber la verdad se trasmina como un auto reflejo en ese tartamudear espontaneo de sus labios, de inmediato, levanta la mirada y penetra como un clavel afilado sus deslumbrantes ojos sobre el chico, -no...si tu dices la verdad y yo estoy en un error, entonces la única manera de saberlo es...dar tu vida Andrómeda, ofrenda todo tu poder por quien defiendes con tanto fervor, si la verdadera Athena esta de tu lado es un hecho que ni yo, uno de los caballeros dorados, podría hacerte dudar o abandonar la lucha!- menciona con sumo acento, ya su voz calma se evapora, Albafica cambia su semblante y denota en sus facciones la rudeza del verdadero oponente que Andrómeda tiene en su camino, así, dirigiendo un paso hacia el frente...inmediatamente sus rodillas se flexionan apenas visible, su cuerpo queda inclinado hacia adelante como si en cualquier instante su silueta pudiera desprenderse en cualquier momento del firmamento, pero ese no el caso, su mano derecha que sujeta la emblemática rosa pretende ser el punto de atención, tomándola ahora del botón, el tallo se desliza entre sus dedos, la coloca entre su mano acogiéndola con delicadeza, se dispone a ser lanzada, apuntando directamente al rostro de Andrómeda, la luz de la propia flor se evapora, se desprende y de su mano no queda rastro alguno del singular destello ni de la rosa, la cual a la velocidad de la luz sale disparada como un haz fino y delgado hacia la cara del temerario, pero aun así, inocente caballero de bronce.**
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** Una rosa roja se dirijia a toda velocidad al hermoso rostro del jóven caballero de bronce, pero Shun podia ver con facilidad el color rojo carmesí de aquel ataque dirijiendose hacia él, rapidamente movio su brazo derecho extendiendolo hacia adelante y sus dedos quedaron abierto, para permitirle movilidad a la cadena - Protegeme cadena! - la cadena cuadra, ya conocida por ser la cadena de ataque de andrómeda, se dirije a gran velocidad y atraviesa la rosa roja, partiendola al medio, la rosa pierde sus velocidad y caen ambas partes al pie del caballero de bronce, la cadena cae al piso, donde se siente el sonido metálico, de cada eslabon de la cadena golpeando con el piso de la casa de Piscis, Shun centra la mirada de verde esperanza, como el sentimiento que yace en su corazón, en la hermosa postura del dorado, la cadena lentamente comienza a subir por el brazo derecho de Andrómeda, como regresando a su postura original - Albafica, si quieres derrotarme, tendras que esforzarte más, esta es la ultima casa, que esta protejida por los caballeros dorados, atraves de las once casas anteriores, mi cosmo se ha ido elevando, mi hermano Ikki, Hyoga y Shiryu han perdido sus vidas, Seiya esta herido y la señorita Saori lucha por su vida - la cadena cuadrada, ya habia regresado a su forma normal, Shun realiza un rapido movimiento llevando su brazo derecho hacia tras, con tal movimiento la cadena cuadrada se extiende hacia atras como acariciando al viento, mientras que el brazo izquierdo se mantiene con el puño cerrado a la altura del menton del caballero, como en postura defensiva, - ¡y yo no voy a darme por vencido ante un caballero dorado que se revela ante Athena! es cierto que no quiero luchar, pero no me dejas otra alternativa - la luz rosada comienza a elevarse por la armadura de Andrómeda, notando una mayor cosmo energía y un enorme cosmo rosado se forma detras del caballero de bronce, como si el mismo estuviera por explotar - ¡recibe mi ataque Piscis, Cadena de Andrómeda! - , el caballero de bronce estiro su brazo derecho hacia adelante y ambas cadenas se dirijieron a gran velocidad hacia el dorado.**
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"Mis bellas rosas son una invitación a la muerte"
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**La demostración del maestro de las rosas no fue problema para el caballero de bronce, que seguramente de no haber sido por las calamidades de sus luchas pasadas el tan bello presente rojo se hubiese clavado en su cristalino rostro, más apenas da inicio la batalla y es durante la elevación cósmica del mas hermoso de entre los doce caballeros dorados cuando se desata la seriedad del encuentro. Aquel par de cadenas rompen el aire silbando en cámara lenta ante la óptica de Albafica, que pese a llevar una velocidad que impresionaría a un caballo ordinario, Shun no debe olvidar de quien se trata su rival, así mismo, en plena pose ya preparada, Albafica revela una apenas visible sonrisa en aquel último instante, en apariencia de no mover ni un musculo…como si fuere una instantánea percepción, una sombra se levanta del suelo, justo cuando el par de cadenas cual lanzas in bloqueables traspasan lo que es una borrosa silueta, legado impreso de su cosmos, solo el contorno de su brillante aura dorada que se evapora en ese mismo instante, apareciendo el verdadero Albafica corriendo por sobre el costado izquierdo de las cadenas de Shun… sus largos pasos, como borrosas zancadas son imperceptibles, ni siquiera sus pies se logran ver sobre el marmoleado suelo, apenas su torso y su diestra que levanta por sobre su frente luciendo entre las yemas de su mano derecha en plena aceleración otra bella flor de tintes rojos y brillo dorado, -ROYAL DEMON ROSE!-… grita con aliento a una distancia indescifrable, pero mortal y en extremo cercana por el costado de Andrómeda, dirigiendo no solo una, sino una cantidad incontable de sueltas pero mortales rosas rojas, que de entre una brisa de polen y espinas, se afilan y danzan unas cercanas de otras hacia el imprudente joven, con el solo propósito de rosar el mas minimo rincon descubierto de su cuerpo sangrarlo, herirlo, provocarle el terror casi indoloro de la muerte roja, el arte de Albafica de Piscis.** |
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