Reto al caballero Aioria - Saint Seiya Victories

Démosle un poco de vida a este panel como un calentamiento previo a la guerra... Te reto santo dorado de Leo, te prometo que no te aburrirás, espero que yo tampoco.

Lugar: Explanadas de entrenamiento en Atenas (Aldebarán VS Cube & Wimber)
Clima: Cálido
Condiciones: Atardecer temprano, cielo despejado
Contexto: -------
Inicia: Kagaho de Bennu

..::Roll ON::..

**Las batallas han comenzado, ya ha pasado bastante tiempo desde que Hades despertó junto con las 108 estrellas malignas, pero aun la guerra entre Athena y Hades esta lejos de acabar, insignificantes batallas se han llevado igual que insignificantes sacrificios, vagos intentos de infiltrarse en el Santuario así como vagas cruzadas por liberar las tierras manchadas por la salvación de Hades, pero entre todos los espectros y las 108 estrellas malignas solo existe una que no obedece las órdenes de quien dirige a los ejercitos de Hades a sus espaldas, alguien cuya única intención es más personal que otra cosa, ya que se objetivo no es ni el de matar a Athena...

Aquel hombre es Kagaho de Bennu, Estrella Celeste de la Violencia que transformado en una estrella de fuego negro como un cometa nefasto razga los cielos cálidos de colores brillantes y amarillentos, es evidente su presencia, no trata si quiera de ocultarse o no dejarse notar, todo mundo que en Athenas pudiera ver el cielo le vería claramente volando con su aura agresiva trasformado en una saeta de fuego que termina por aterrizar poco alejado de los templos del Santuario sobre grandes explanadas roidas por puños y peleas, donde los débiles intentar hacerse lugar entre los grandes. Ese es Kagaho, quien lleva su sapuri oscuro adornado de figuras en llamas que lleva en la corona una diadema en forma de corona de fuego. Sus dos grandes alas de plumas negras extendidas y largas se repliegan mientras su mirada seria va de aqui allá inspeccionando, su nariz de arruga y dice sin temor a ser oido: -Maldita sea... algo no me dejó acercarme a los 12 templos, no importa iré a pié desde aquí Dohko, si eres un verdadero caballero sé que vendrás por mi- Kagaho voleta su mirada a lo alto donde el sol se pone viendo al horizonte la montaña donde se habitan los 12 templos, lento y sin preocupación comienza a caminar lentamente a travez de las explanadas siguiendo cualquier camino que pudiera llevarle al pie de la montaña.**

**Una rojiza tarde se extendia por todo el cielo que cubria las cabezas de el santuario atheniense. El astro poeta caia herido, abriendo paso a la noche y a todos sus misterios. Todo era calma aquella tarde en el santuario de Athena. Sin embargo, en un momento una estrella tan negra como la noche zurco los cielos velozmente con una elegancia y una tremenda fuerza. Pronto, esta estrella aterrizo lejos de los 12 templos de Athena y se mostro una figura cubierta por una negra armadura, finamente ornamentadam y un par de jos llenos de odio y fuerza. Y como si fuese bienvenido en aquel lugar, comenzo a avanzar hacia los 12 templos de el zodiaco con paso veloz, esperandose encontrar con un antaño enemigo. Y mientras aquella figura de negros cabellos avanzaba, una poderosa voz resono en aquella explanada tan antigua como el mismo santuario, impregnada de poder y autoridad cual rugido de león.... -Alto!- y De detras de un enorme pilar, desgastado por el tiempo, una atractiva figura se dio a notar. Su adonico cuerpo era recubierto, de pies a cabeza, por una de las legendarias armaduras de oro, otorgadas a los mas fuertes y nobles caballeros al servicio de Athena. Una mirada encendida, acompañada de un masculino y atractivo rostro, completaban a aquel galante ser que, con el ceño fruncido, impedia que el joven espectro continuara avanzando. ¿Pero que hacia un santo de oro fuera de su recinto zodiacal? ¿Un campeon de oro interceptando a un simple espectro? y ahi estaba la respuesta. Aquel ente de alma negra que tenia frente a el, no era un simple espectro. Era el guardaespaldas personal de Hades, el poseedor de las llamas negras; Kagaho de Bennu, cuyo poder era comparable al de los Jueces del infierno. Y solo un santo de oro podia hacerle frente. Y entonces, el de cabellos del color de la miel, clavando sus ojos esmeraldas cual dagas en de las alas negras, continuo hablando... -¿Que hace un espectro de tu calibre en este santuario? ¿Acaso buscas la muerte? Se bien que disfrutas el calor de la batalla!- Y entonc es callo, esperando respuesta de el espectro de caracter colerico, sin despegar sus ojos de los de el enemigo y sin tampoco ceder el paso en camino a Athena. Aquel guardian de Leo seria el antagono de el fenix egipcio aquella tarde que moria, y para el anochecer, como el dia, la muerte caeria sobre el santuario**

Atte.

[[ Too long Ive been afraid of losing love Ive guess Ive lost ]]