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| De: haziel55 (Mensaje original) |
Enviado: 24/10/2010 06:01 |
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Hola Aldebarán, veras en otras comu tengo a Aldebarán de Tauro y me gustaria mucho ver como lo utilizas, veo que el espectro no te esta dando una buena batalla, acepta mi reto y prometo con Shun darte un buen espectaculo o al menos lo intentaré, ¿qué dices?
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Acepto tu reto Andrómeda, pero no te garantizo que logre terminar el combate si se alarga mucho, otra vez me esta molestando mí vida personal y puede que me quite mucho tiempo como para terminar este combate, si no tienes problemas con este inconveniente montemos un buen espectáculo de rol....n n
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Perecto
Aldebarán, en el caso que debas ausentarte, pon un post en la batalla
solicitando tiempo y paramos la batalla hasta que regreses así
evitaremos mi derecho de manipulación en tal caso.
Esperemos a un juez que de inicio esta batalla.
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Lugar: Isla Andromeda
Hora: Atardecer
Condiciones: De caluroso a frío, cielo despejado.
Contexto: Andrómeda como todos los demás santos regresan a sus lugares de entrenamiento para recibir consejo de sus maestros sobre la invasión al Santuario, pero encontrará una sorpresa, esta ya ha sido tomada y reclamada por el Santuario.
Comienza: Shun de Andrómeda
...:::ROLL ON:::...
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** El jóven caballero baja de un navión con destino a la Isla Andrómeda lugar de su entrenamiento, el viento acaricia los verdes cabellos del santo. "Por fin vere a mí maestro Albiore a quién le debo todo lo que se y June me debe estar esperando, no he podido olvidar su sonrisa." los pasos del santo siguen su curso en busca de la aldea donde están los habitantes de está isla.
Vestido con su remera verde y su pantalón blanco camina juntos al polvo que se eleva por los pasas dados, luce brillante la caja de la armadura de bronce al ser tocada por los rayos de sol, con sus manos sostiene los tirantes del contenedor de la cloth.
"¿Qué será lo que hacen ahora Reda y Espica?" son las palabras que recorren la mente del santo mientras sus ojos brillan de emosión por llegar a ver aquellos rostros que recorre su mente, llevando tiempo llenos de recuerdos emosionante y vividos en momentos pasados.
De igual manera los ojos se llenan de sorpresa en juvenil rostro del caballero andrómeda - ¿Pero qué es esto? - la alde parece estar desabitada, solo el viento recorre el lugar, lentos sos los pasas del santo buscando con sus ojos ver a alguien. "Esta no es la antigua Isla Andrómeda, ¿qué habra pasado aquí?"; el fiel caballero de Athena continua adentrandose en la Aldea, resguardando en su corazón que esto no sea un problema, sino, tal vez una sorpresa de bien venida de sus amigos. Finalmente sale una sonrisa del fino rostro de Shun - Vamos amigos, salgan ya... no jueguen. Van a preocuparme -. **
 
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**El silencio que invadía la isla Andrómeda recae mas adelante a lo lejos donde se encuentra un enorme hombre simplemente de pie enfrente de Shun a unos 100 metros de distancia fuera de aldea quien muestra su vigorosa espalda a la vista, la luz del sol irradia su lucero sobre aquel relieve de la armadura dorada que cubre el cuerpo del enorme sujeto de un físico privilegiado, ninguna emanación de cosmos emerge del colosal extranjero enviado por el Santuario a tomar control de la isla Andrómeda, el pesado calor del sol crea reverberación a la vista dificultando la distinción de aquel panorama que se encuentra enfrente del coloso dorado mas a sus pies yace claramente el cuerpo de Albiore de Cefeo sin vida, caballero de plata con su armadura hecha pedazos maestro de Andrómeda, piensa para si Aldebarán…
{Con esto e cumplido con la misión que me encomendó su Ilustrísima Arles, es lamentable que estos guerreros con un futuro brillante hayan desafiado al Santuario y a la mismísima Athena}
…volteando levemente queda de perfil ante Shun observándolo detenidamente, los ojos del santo Taurino se ocultan en la oscuridad de su casco dorado mientras el clima comienza a enfriarse poco a poco…
{Veo que aun me queda trabajo}
…el santo dorado se coloca a lo lejos plenamente de frente ante Shun y comienza a caminar tranquilamente en dirección a él, cuales pesados pasos del santo dorado se oyen fuertemente en un sonido metálico sobre el silencio que reina la Isla Andrómeda, es en ese instante que el clima se torna totalmente frió debelando a la vista lo que se encuentra a espaldas de Aldebarán, un sin fin de escombros donde no se puede distinguir el suelo, los cuerpos de los guerreros de la Isla Andrómeda se ven regados sobre el catastrófico panorama a espaldas del búfalo dorado quien había utilizado su poder antes de que Shun llegara a la Isla Andrómeda y dominar el sitio en tan solo unos minutos, Aldebarán aun no emite ningún tipo de cosmos en una aparente guardia baja se acerca cada vez mas al caballero recién llegado con intenciones de exterminarlo**
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** Los ojos del joven caballero brillan intensamente, abriendo sus parpados llenos de sorpresa, observan como el corpulento caballero se dirige hacia él, pero detrás de este se deja ver a su maestro Albiore. "Esto no es una sorpresa... no más bien si lo es, ¿qué paso con mi maestro?", rápidamente y sin demora, Shun comienza un rápido recorrido hacia donde esta tirado el caballero de Cefeo.
Al pasar por el lado del caballero de dorados vestimenta, lo mira con sus ojos esmeralda "¿Quién es este hombre? nunca lo he visto, ¿qué hace en la isla Andrómeda? ¿Acaso es el quién hizo esto?" una sabana de polvo se alza ante los pasos realizado por el gentil caballero, hasta llegar sin demora al lado de su maestro, dejando caer a un costado la caja que contiene la cloth de Andrómeda, cae de rodillas, colocando sus mano sobre ella, mira atentamente el cuerpo de su amado mentor, los cuales son colmados de lagrimas sostenidas en sus ojos "¿Quién pudo haberle hecho esto?" el fino rostro del caballero se eleva para ver al fornido hombre que esta recubierto por una armadura - ¿Qué es esto? ¿Quién lo hizo y quién eres tú?- Baja una vez más su cabeza mirando al plateado y una lagrima recorre el blanco rostro del santo que se asemeja al de un hermoso ángel. - No me gustan las batallas y no me gusta la violencia, mi maestro es un ser de corazón puro y noble y el me enseño que los caballero deben tener ese corazón para proteger a la Diosa Athena, quien lucha por la justicia en la tierra. ¿Quién se atrevería a hacer tal daño un hombre como mi maestro de sentimientos genuinos y llenos de benevolencia así sus discípulos y a la misma vida? -**
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**El enorme santo dorado detiene sus pasos alejado unos 50 metros del cuerpo de Albiore de Cefeo debido a que ve venir corriendo al santo de Andrómeda directamente hacia el, caballero Andrómeda que no eleva su cosmos como tampoco alzar algún tipo de defensa mas que la de intentar pasar rápidamente a una velocidad normal de cualquier súper atleta por aun lado del santo dorado, notando que tampoco presta atención alguna al tipo de guardia o postura del caballero dorado, cuando Shun pasa corriendo aun lado de Aldebarán, el santo dorado de Tauro cruza directamente su mirada tranquila con la mirada de Shun mientras al mismo tiempo entrelaza serenamente sus brazos sin voltear, piensa para si el fornido caballero…
{Tan solo es un muchacho que no tiene conciencia aun de lo que sucede}
…el santo de Tauro miran por encima de su enorme hombro derecho notando como Shun deja la urna sagrada de Andrómeda aun lado en el suelo, mientras se arrodilla ente el cuerpo sin vida de Albiore, Shun se encuentra totalmente indefenso al no alzar ningún tipo de guardia o postura defensiva sumergido en sus sentimientos emotivos debido a la perdida de su mentor, al escuchar Aldebaran todas las dudas de Shun el coloso dorado voltea para ver directamente al caballero Andrómeda, entona el grueso sonido de su voz de manera severa…
[Yo soy un caballero dorado y mí nombre es Aldebarán de Tauro, fui enviado del Santuario por su Ilustrísima Arles en el nombre de la diosa Athena, para matar a Albiore de Cefeo y todos los guerreros que seguían sus ideales considerados traidores, ya que ellos no siguieron las ordenes del gran Patriarca vocero de la justicia, como puedes ver e cumplido con mí mision]
…Aldebaran nota que a unos metros de Albiore se encuentra una rosa roja, un leve gesto de sorpresa se ve en el rostro de Aldebaran, el caballero de oro aun simplemente de pie con sus brazos entrelazados baja levemente el rostro ocultando sus ojos en la oscuridad de su casco, medita levemente al saber que la pelea contra Albiore no fue un combate justo ya que hubo una intromisión por parte de alguien mas, toma un decisión el caballero de Tauro…
[Tu debes ser el caballero de bronce Andrómeda, nunca antes había visto tanta imprudencia por parte de un caballero ateniense ante un enemigo presente solo por sumergirse en sus sentimientos, se que eres uno de los santos de bronce renegados que intentan causar una rebelión en el Santuario, es obligación mía no dejarte con vida, pero verte en este manera tan imprudente puedo discernir que no eres una amenaza para el Santuario, en honor a la perdida de tu Maestro te daré dos opciones, puedes decidir en enterrar a tu mentor junto con todos tus seres queridos y verme a mí después cuando estés mas preparado en el Santuario de Athena, o puedes colocarte tu armadura a hora mismo, combatir conmigo y morir aquí en la Isla Andrómeda, es tu elección santo de bronce]
…el caballero de Tauro aun no demuestra la esencia de cosmos, mas su simple postura guarda un secreto visible al ojo experto, el silencio invadía nuevamente el escenario, el gélido frío del clima junto a un leve viento se siente en la Isla Andrómeda en la espera a la respuesta del caballero Shun de Andrómeda**
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