**Mime obcerva con detenimiento al guardián del pilar, no emite palabra y sus ojos de color rubí escrutiñan más allá del cuerpo físico del marino, como si su mirada rascara el alma del oponente. Pero Mime ha cometido un error y es dejar que aquel hombre con un instrumento musical en la mano pudiera comenzar a tocar su melodía. La mirada del asgarino se eclipsa y sus nervios se tensan como electricidad que llega a su cerebro. Mime cae al suelo con una rodilla apoyada al piso al escuchar la melodía de su oponente llegar directamente a él, gracias a los conocimientos de Mime sobre una técnica muy similar a la suya puede conjeturar que aquella música no viaja a atravéz del aire sino llegan directamente al cerebro de la víctima, tal como su arpa, significa que aquel que tenga la mayor fuerza mental tendrá el control de la batalla.

Las notas de Sorrento sorprendieron al trovador de Asgard pero este se pone de pié como si trajera una piedra en la espalda, un velo de luz blanquecina se apodera de su silueta mostrando la expresión más pura de uno de los cosmos más poderosos de Asgard, este lleva su arpa al frente y acerca los dedos de su diestra a las cuerdad, con su dedo índice toca la primera cuerda con movimientos forzados. Tal acción suelta una nota de su arpa y una chispa eléctrica blanca emerge de su cuerpo formando una cadena de rayos de frente a él, el segundo toque de Mime es más libre y produce el mismo efecto, el tercero y el cuarto son fluidos y comienzan a entonar los acordes de una melodía triste que toma forma y que genera choques eléctricos expulsados en el aire de frente a Mime, de cierta forma aquellas notas del arpa repelen el efecto de la flauta ya que ambas melodías atacan de la misma manera. La batalla dá comienzo, una guerra de música, una batalla que nadie más que Mime y Sorrento podrían comprender, pero de cierta manero el asgariano ha comenzado con desventaja, pero con un As que el mismo oponente le ha regalado.**

"No all your opponents fear to death.
I do not."