*Después del despertar de Hades el mundo se ha puesto en alerta, desde Asgard, Hilda de Polaris ha firmado un pacto con Athenas, la sacerdotisa de Odín ha despertado a los guerreros de la leyenda de Asgard, los siete Dioses Guerreros protegidos por las estrellas de la Osa Mayor, aliados en contra de Hades, Hilda ha decidido proteger el polo norte, lo que antes fue tarea de los caballeros azules y de cristal ahora al borde de la extinción, proteger el legado de Poseidón y la entrada a su reino desde tiempos mitológicos pues los tesoros que ahí se guardan son peligrosos. Thor de Phecda Gamma, un gigante de los bosques de Asgard, elegido por Odín para portar su ropaje sagrado es enviado a los glaciares de Bluegrad para resguardar la entrada, este con su enorme corpulencia se ven caminar por los senderos de hielo bajo la bella aurora que le obliga a admirarla en lo alto del cielo nocturno.

"Que belleza, son los pocos regalos de Odín a un mundo de hielo pero que..." La atención de Thor se centra en lo alto pues su mirada se enfoca en las diminutas manchas frente a la aurora, bandadas de murciélagos volando por en cima de las ruinas de la ciudad de Bluegrad algo que consterna al guerrero -Imposible, no hay murciélagos en el polo norte, aquí hay algo muy raro debo ir a investigar-. Decidido Thor corre con fuerza hasta adentrarse en las ruinas donde los roedores voladores vuelan, volteando por todos lados esperando ver el por que esos mamíferos se conglomeran ahí.*

*Llegando pronto a las ruinas de la antigua ciudad el gigante de los hielos mira al cielo para ver revolotear a los murciélagos, "Sin duda buscan algo, no puede ser comida aqui no hay nada." Medita el gigante volteando hacia los edificios comenzando a internarse en las ruinas de la ciudad.

-Aquí es donde hace mucho tiempo los caballeros azules resguardaban la entrada al mundo de Poseidón, pero creo que se llevaron su secreto a la tumba por que aquí no hay nada, necesitaré de tiempo para encontrar esa famosa entrada, sin embargo...-. Thor voltea a los cielos donde la aurora brilla y los roedores con alas vuelan en los alrededores. -Hay una sensación maléfica que despiden esos animales, su olor es a muerte, despiden un aura siniestra que me da malos presentimientos, debo estar atento-. Menciona con un rostro serio mientras inspecciona.*

*Las sospechas de Thor se aseveran, pendiente de esos maléficos animales incapaces de ser nativos de aquel helado sitio chillan pero ahora existe una variación en sus chillidos, pues de pronto el gigantesco guerrero parado en medio de un páramo de ruinas siente sus párpados un poco pesados, como si le invadiera una sensación de sueño así de repente. "Me siento adormecido, pero que es, imposible." Mentaliza mientas detiene su andar quedándose de pié, mira al cielo los murciélagos opacar la aurora y chillar más fuerte, su visión por breves instantes se hace borrosa hay algo en el chillido de esos animales infernales que le provoca la somnolencia, por lo que el gran guerrero debe actuar antes de que esto constituya una amenaza más seria que el comienzo de ese sentimiento de pesadez.

-Malditas ratas, su chillido posee una variación cósmica que no puedo definir, debo eliminarlos-. Poseyendo todavía gran control de su cuerpo debido a su gran tamaño y resistencia el asgariano toma de su cinturón ambas hachas que sostiene con fuerza en los puños, su silueta titánica despide la esencia blanca de sus cosmos brutal aunque ya un tanto debilitada pero lo suficientemente poderosa para actuar, pues alza los brazos con sus grandes armas al aire las cuales se impregnan de su energía. Entonces deja caer ambas extremidades soltando de sus manos las armas legendarias -MJOLLNIR HAMMER-. 

Ambas hachas en el aire se transforman en sierras giratorias que revolucionan a una velocidad sorprendente, una sola de ellas choca contra una antigua construcción que le hace estallar en añicos, la otra comienza a volar casi al ras del suelo tomando consigo la nieve, hielo y de más escombros formando un torbellino tractor que busca tragarse en el vórtice a los murciélagos que se le pongan en su paso, mientas el segundo comienza a elevarse al cielo girando con violencia pero no de manera recta sino pretendiendo dar círculos para intentar matar a los roedores y buscar orillarles al vórtice formado. Thor solo espera su acción funcione pues siente que su cuerpo se va entumeciendo cada vez más y sus sentidos a la par.*

*Los martillos van cumpliendo su función contra los animales infernales cuyo chillido provocan la somnolencia del gigante de Asgard, el gran tornado que uno de ellos forma con nieve y escombros atrae a los roedores en el vórtice a pleno vuelo, se los traga y dentro de este son estrujados por el aire. El otro martillo por su parte al viento destroza unos cuantos de esas ratas a su paso mientras empuja a varios de ellos contra el remolino de nieve. Tal vez sean pocos los que sobrevivan al peligroso embiste de las maravillosas armas de Thor de Phecda Gamma, tal vez no nos suficientes para general gran presión sobre el Dios Guerrero quien silencioso y pensativo mira dicho espectáculo con su cuerpo ciertamente adormecido.*