**Tras mil años de encierro aquel sello que mantuvo reo aquel traidor a los designios católicos ha vuelto a la libertad, el sello se ha roto y con eso aquella pútrida entidad ahora amenaza con destruir la tierra que en su momento le fue negada, sus más fieles vasallos, ángeles como él han escapado en su conjunto y ambiciosos de poder, sedientos de venganza, ahora se presentan en una maldita colina donde la edificación del templo de la muerte se ha instalado. Las graderías alzan a la figura final de Lucifer quien sentado presencia la llegada de uno de sus ángeles, aquel gobernador del Infierno que protegido con una clara armadura da ligeros pasos sobre las gradas hasta situarse muy cerca a su maestro --Oh Señor Lucifer-- pronuncia al instante que su fría mirada posa sobre el gobernador. Astaroth de Querubin, un ángel al servicio de Lucifer, actúa ahora en presencia de aquel lugar de lo que pronto será la destrucción del mundo de los vivos.**

** Como era de esperarse los protectores de la tierra han decidido intervenir en esta batalla invadiendo los dominios de Lucifer. Entre los distintos del Pandemonium, un gran puente sirve de nexo entre la tierra griega y el mismo infierno es allí donde el duque del infierno viene librando una batalla ante dos caballeros de bronce. --Pese a todo el esfuerzo que hagan nunca podrán vencer al señor Lucifer, su poder está por debajo de todos nosotros. Son insectos a nuestra vista-- pronuncia orgulloso y lleno de confianza aquel guerrero que pronto hace aparecer un celestial resplandor que se apodera instantáneamente de su ser cubriéndolo de tal manera que a su espalda de manera holográfica una bicéfala cobra hace su aparición.**