**La escena se cierne en las postrimerías del santuario sagrado, en donde cierto grupo de desalmados espectros ah estado sembrando el terror al atacar a los pobladores de villas aledañas al refugio sagrado, de modo que avanzan confiados y vacilantes por haber acabado con aspirantes a caballeros y santos de rangos menores y ahora se dirigen al lugar que es resguardado por los legendarios santos dorados, menospreciando el poder de los que se dice son los guerreros más poderosos y dotados de un poder semejante al de un dios, ignorantes de la fuerza y convicción de quienes luchan por Athena, la diosa de la guerra. Esto cuando una repentina ráfaga de viento forma un remolino, justo en frente a los invasores, la cual trae consigo la imagen de un guerrero carismático de cabellos azules, el cual porta una de las ostentosas doce armaduras más poderosas, se trata del caballero Cáncer, quien ondea a un lado su capa por efecto del viento**

** Así es como hondeando su capa y mirando con una sonrisa juguetona pero con aires macabros increpar en voz alta y coloquial mientras mira hacia un lado confiadamente - Vaya que son idiotas, creían que podrían ingresar al santuario? Jajaja –  menciona en forma sarcástica, para evocar su mirada ahora en los invasores - yo el gran Manigoldo protector de la casa de Cáncer será quien se encargue de limpiar la basura en esta ocasión…- para luego apuntar con su dedo índice en dirección a los espectros,- Sekishiki souen!!-  exclama mientras su sonrisa juguetona se vuelve una de terror para cualquiera que viese su mirada diabólica en tal frenético estado, sumiendo a la armada de espectros en azules llamaradas que queman no solo el cuerpo sino también la misma alma, consumiéndoles en medio de sus gritos desgarradores  – Tsk… vaya fácil resulto ser esto…- acota al dar vuelta a su efigie para adentrarse en el refugio sagrado, caminando con ambas manos en la cintura, - …ya no hacen a los espectros como antes…- agrega, satirizando el destino de los entes del mal**