Crysaor - Saint Seiya Victories

**Con el lento avanzar del sol de la aurora, sus delicados y débiles rayos se consagran en la fría tierra y la neblina se desvanece a espaldas del atezado hombre de galante armadura y amenazante alabarda. La voz de una mujer llama la atención de aquel venturoso marino quien sin inquietarse le dona su atención a la joven, pero también lanzando una mirada a aquella añeja torre de muros claros, como si esta fuera su objetivo primordial y así es. Sin inmutarse a la presentación de la joven chica que a juzgar por sus vestimentas y aquella máscara en rostro pertenece a algún nivel de caballería. –Un santo aquí… quítate de mi camino mujer, no es mi deseo lastimarte ni entablar una batalla innecesaria con una fémina, de lo contrario padecerás… Los secretos de esta torre serán reclamados por mi señor Poseidón, el rey de los mares- Aquel de oscura piel por fin revela ante un ajeno la resurrección del Dios del Mar, aquel némesis de la Diosa Atenea durante eones. Igualmente y confiado al terminar sus últimas palabras el General Marino de esbelta figura aprieta con su puño la envergadura de su lanza cuya punta se muestra apuntando al suelo al dar un paso al frente. El primer movimiento comienza a ejecutarse, el tiempo parece detenerse ante aquellos que no conocen las virtudes de una velocidad 100 veces superior a la del sonido… El fatuo general eleva la punta de su lanza realizando un movimiento ascendente abajo hacia arriba, dibujando en su estela una línea dorada que a la vista del mismo general se encuentra a la mitad vertical del cuerpo de la mujer, el aire es cortado e impulsado en un movimiento tal sutil y veloz que no parece un ataque, el aire cortante se impulsa invisible hacia la amazona, no con la intención de partirla en dos, sino la de intentar cortar su careta en dos, ya que el vanidoso General se deleita al ver la frustración del oponente plasmada en su cara una vez que el gallardo Marino comienza a combatir. Un ruido golpeante resuena con eco en la desolada zona, la contrapunta de la lanza pega en la piedra, mientras el general descansa su arma en el suelo mirando fijamente a la muchacha.**

**Los dos cortes perfectos trazados por la punta de la potente Lanza Dorada de Crisaor pasan de largo sin tocar a su rival partiendo en tres aquella Torre de Jamir la cual el mismo General estaba en busca, tal vez ahora le sea fácil entrar, pero la batalla no ha acabado, aunque la amazona sorprendentemente desapareció ante los ojos de Krishna su presencia seguía siendo la misma solamente situada en otro lugar más ahora podía sentirse una sencilla amenaza en el cosmos de la fémina la cual el sereno espíritu de Krishna la avisa. El General Marino con la punta de su lanza al suelo permanece sencillamente quieto por una milésima de segundo sintiendo como la energía fluye en el ambiente ya que la mujer prepara un ataque rápido pero no a una velocidad de la que el marina no pueda responder. Los ojos del individuo de piel oscura y armadura de colores dorados se entrecierran esperando el momento indicado cuando la ráfaga de la amazona se dispara a su velocidad demasiado estandarizada, entonces aquel vibrante hombre de esbelta figura tensa sus brazos sosteniendo su lanza rígida e igual templando los músculos de sus piernas este se da una media vuelta a una velocidad poco superior a la que el ataque se sentía puede viajar por el aire, la punta de la lanza apuntando al suelo se dispara hacia los aires por efecto de los brazos de su dueño rebanando al tiempo preciso la energía que la amazona había lanzado. La energía de brillos dorados y blanquecinos se divide en dos saliendo disparada hacia los aires a costados del Mariner quien lentamente se coloca en posición de descanso apoyando la contrapunta de su lanza en la roca fría de Jamir mientras a su espalda una nube de escombros se levanta cuando las partes de la emblemática torre caen al piso levantando escombros y tierra en el denso ambiente. –Deberías pensar mejor tus movimientos demonio- pronuncia con sonrisa déspota el alto General a la vez que el fuego místico de su cosmos se aviva más y más representándole en una llama se tonos celestes a su alrededor. – ¡Muere ahora siente el verdadero filo de mi lanza!- Krishna toma una vez más su arma apuntando con su filo a la silueta de la mujer demoniaca, la punta de doble filo en la Lanza de Crisaor comienza a brillar con una resplandeciente luz dorada como si el sol en pleno día se viera por su hoja, Los ojos de Krishna se iluminan de una luz blanca y con ambas piernas abiertas bien situadas en el suelo de un parpadeo a otro se impulsa a los aires con su arma por enfrente, la Lanza relampaguea con aquella luz dorada y cegadora, los brazos de Krishna impulsan su herramienta hacia el frente con una velocidad aterradora, decenas y decenas de golpes salen como luces doradas de la punta de su lanza la cual ataque con innumerables estoques hacia la mujer de plata, los primeros golpes simplemente tienen la función de acorralarla, siendo lanzados a una velocidad muy cercana a la luz hacia el contorno de la mujer, por encima de la cabeza a los costados de esta, a un lado de su cuerpo entre brazos y piernas de esta manera para intentar que la mujer no pudiera escapar del filo de manera simple creando una jaula de aire filoso a su alrededor, la segunda docena de embistes frontales esta vez tienen toda la intensión de ensartarla en la punta, las luces doradas se despiden a tal velocidad que intentarían hacer múltiples heridas en el cuerpo del enemigo atravesándola de un lado a otro en sus puntos vitales para que así de esta manera Krishna limpiara de este mundo a aquel espíritu del mal .**