**Cada vez mayores se hacen las pérdidas que sufre el santuario como consecuencia de los innumerables combates que tienen lugar en la actual guerra santa. Esta vez uno de los caballeros más poderoso entre los ochenta y ocho ah caído el guardián del segundo recinto zodiacal, Aldebarán; tras rescatar de las fauces de la muerte a Pegaso, un caballero de bronce, quien ahora ah huido del santuario. - Ah...que molestia, debería matar a ese chiquillo y así nos ahorraríamos de tantas molestias...- son las palabras que en tono elocuente profiere uno de los santos dorados, quien ostenta la sagrada presea de cáncer la misma que brilla en partes aleatorias por efecto de los rayos del astro rey. Esto al aparecer misteriosamente tras el santo de bronce, mostrando una sonrisa de mofa en su despreocupada faz, mientras la briza ondea su blanca capa, distintivo de su alto rango**

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**- Calma mocoso... No tienes porque exaltarte...- pronuncia el cangrejo sagrado manteniendo esa extrema confianza tan característica en el, mientras abre su palma abierta hacia el frente con una mueca de sonrisa en los labios  - Mi nombre es Manigoldo de Cáncer...- menciona para acto seguido dar un par de pasos metálicos hacia el unísono demarcando su breve andar en el movimiento sutil y altivo de sus hombreras – Eh sabido que huiste del santuario en plena guerra ¿no es así? – cuestiona fijando su impávida mirada en el joven Pegaso**   

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**--No estoy huyendo aparte tu que sabes de lo que pasa, de ser un verdadero defensor de Atenea hubieras bajado de tu casa y ayudado cuando mataron a Aldebarán…Planeo acabar con Hades por mi cuenta…así que quítame y no estorbes…no dejare que nadie mas muera…--  dice el caballero de Pegaso mientras su energía cósmica continua ascendiendo aun mas que antes con un manto áurico de tonalidad azulada lo cual comienza hacer que sus átomos surquen su cuerpo unificándolos en uno solo llegando a la intuición mientras que da unos pasos hacia atrás aun en posición de pelea –quítate de mi camino o te derrotare…-- dice seguro de si mismo aquel santo de bronce con una mueca valerosa y sin una pisca de miedo en ella**

**De modo que una expresión de atención sobre actuada ante las palabras de Seiya es cambiada en el rostro de Manigoldo por una carcajada repentina al momento que el unísono termina de parlar - Jjajajajaja...- posando una mano por delante de su rostro encorvando su cuerpo un tanto hacia adelante con su otra mano en el abdomen al momento de cerrar los ojos, ante el gracioso argumento del Pegaso - Vaya, si que eres arrogante para ser un caballero de bronce... – comenta para restablecer su posición erguida, con una sonrisa juguetona es cuando argumenta – Tu deberías saberlo muy bien, estamos en guerra, No tenía por qué ayudar al toro, si él murió es simplemente porque fue débil…- adjunta con crueldad** 

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**- Es normal que gente débil muera en una guerra... - continua con la sínica expresión que se muestra al proferir tales vocablos - Y si tu intentas huir, significa que también eres débil... - acercándose un poco más de forma lenta al cambiar repentinamente su rostro mostrando una faceta diabólica que se transmite ahora en sus macabras orbes fijas en Seiya - ...Así que tu castigo debe ser la muerte... - moviendo su brazo imperceptible en un movimiento vertical para impactar con la parte anterior de su mano en la parte baja de la quijada del santo de bronce ascendentemente produciendo un luminoso destello celeste que brilla con fulgor en todo el escenario envolviéndolos a ambos al momento del impacto que eleva por los aires al joven Pegaso. Mientras la capa del dorado se ondea al igual que sus cabellos, regresando a los labios de este una sonrisa confiada sin seguir con su mirada siquiera sus propias acciones, titubeando incluso su visión al sellar ambas orbes juguetonamente**

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