*Los rayos rojizos del Sol al atardecer provocan la expectativa caer sobre el santuario de la diosa protectora  de la tierra. Es en el coliseo donde los guerreros encargados de la esperanza se preparan para cumplir su misión que una figura medita observando el cielo en silencio. Su imagen es cubierta por una armadura dorada de hermosos gravados que lo distingue como uno de los guerreros de la elite al servicio de la diosa de la tierra permanece inmóvil notándose las alas plegadas a su espalda y su serena y pacifica mirada acompañada de una sensación de seguridad y paz que es propia de aquel hombre conocido entre los caballeros por ser el que trajo de vuelta a Athena al santuario y por ello también es considerado como su protector personal. “¿Es acaso que ella está lista para una batalla como la que comenzara pronto?... Athena” cuestiona en su mente sabiendo lo que la joven diosa esta por enfrentar y manteniendo la paz y seguridad en que el será su protector sin importar que es lo que venga en camino*

Sísifo de Sagitario

*La mirada del caballero de sagitario se desvia al escuchar primero los pasos que no le alertan mas si llaman su atención y después aquella voz que produce una sonrisa calma en el. Su rostro baja y sus puños se aprietan con decisión al momento que sus parpados se cierran sintiéndose esa aura tranquila a su alrededor acompañado de un decidido cosmos que no se manifiesta con la intención de causar alarma si no de forma contraria generando un ambiente de tranquilidad y seguridad. –No debes temer Manigoldo- se escucha con serenidad al momento que su rostro se levanta y dirige de esta manera una calma sonrisa sobre sus hombros a su compañero de armas. –Es verdad que la lucha que nos espera no será fácil, pero recuerda estamos del lado de la Justicia, al final seremos nosotros quien venzamos en esta guerra- exclama con seguridad aquel guerrero*

Sísifo de Sagitario.

*A los ojos de Santo de sagitario el imprudente comportamiento del joven santo de Cáncer es un tanto risible. Sin embargo sus palabras tienen algo de verdad y es que la duda existe solamente cuando hay algo que temer. Sus ojos se abren en aquel instante y siendo el uno de los caballeros dorados percibe con total claridad el movimiento del apresurado Manigoldo notando su regreso y en aquel momento sus piernas firmemente puestas sobre el suelo del santuario se flexionan realizando un solo movimiento que le permite salir del rango de impacto del ataque de su compañero. –Apresurado como siempre Manigoldo, me parece que ni siquiera el gran maestro es capaz de enseñarte a ser paciente- dictamina el joven de castaños cabellos al momento que su figura adopta una postura de batalla siguiendo el juego de su compañero de armas. –Entonces Manigoldo- dicta notándose el fluir de su cosmos cálido a su alrededor, -Tienes algo mas, o quizá seas tú el que tenga miedo a enfrentar esta guerra- menciona de forma retadora sin perder de vista al joven caballero.*

Sísifo de Sagitario.

*La mirada del caballero de sagitario queda fija en su compañero, sus piernas concentran energía en su figura y su cuerpo comienza a desplazarse en un rápido movimiento de regreso a donde el caballero de cáncer. Su energía se mantiene en lo alto y su puño diestro se contrae en su desplazamiento a la altura de su cintura extendiéndose al estar ya a una corta distancia para tratar de impactar en el rostro del guardián del templo de cáncer. –Manigoldo, será mejor que te muevas- advierte el noble guerrero de sagitario cuya imagen se encuentra ya a centímetros de su compañero de armas en el instante mismo en que sus piernas se apoyan firmemente en el suelo buscando alcanzar a golpearle con fuerza suficiente para hacerlo caer algunos metros más manteniendo controlado su poder esperando conseguir el impacto de su puño.*

Sísifo de Sagitario.

Una disculpa pero hago uso de la primer manipulación, y advierto que de no recibir respuesta al siguiente turno daré por terminada la batalla.