Reto . . . - Saint Seiya Victories

Aguardo Contricante . . .

Tanatosu

Shi Wo Tsukasadoru Kami

Acepto tu reto. Será mi última batalla como Mu de Aries.

Mu de Aries VS Thanatos, Dios de la Muerte

Lugar: Casa de Aries

Condiciones: 4 am / Viento / Ligera Bruma

Contexto: Tras el fracaso de algunos espectros por irrumpir el santuario de Athena, el Dios de la Muerte ha decidido tomar cartas en el asunto.

Cantidad de turnos: 12 cada participante

Inicia: Thanatos, Dios de la Muerte

:: Roll On ::

*Con caricias benditas, de gloriosa victoria, las estrellas zodiacales se inundan opulentas, fastuosas y engreídas a lo alto de un paraje nocturno cual mismo se acompaña de una fría y sórdida neblina, anegando poco a poco las lúgubres escalinatas del Santuario... Ante el profundo horizonte, una figura esbelta se denota transeúnte, de andar ligero y firme que pareciera dejar al paso una estela cósmica traslúcida y así mismo, por su frente, repliega la espesa bruma turbia que asciende a lo alto opacando las estrellas y ahogan sus destellos en una escalofriante oscuridad -Athena... Tú y tus caballeros se han sometido al más grande de los pecados...- Se escuchan solemnes vocablos -Por su osadía, el juicio del Emperador no es otro que la condena al más profundo de los Infiernos- Culmina aquella voz omnipresente, resonando como un bélico susurro a la entrada del primer templo del Partenón Sagrado*

Shi Wo Tsukasadoru Kami

**Solemne obscuridad. ¿Cómo es que este mundo tan bello puede ser sumido en tan profundas tinieblas? ¿Hasta cuando tendrá que luchar la humanidad contra la crueldad y el orgullo de los dioses?

El santuario de Athena ha sido invadido constantemente por huestes del infierno pero sobre todo la esperanza y la justicia han triunfado sobre ellos. En el centro de la primera casa zodiacal un hombre se levanta, aún rodeado por la negrura de la noche su luz interior parece resplandecer en conjunto con la iluminación provocada por las débiles lumbres de las velas que cuelgan estratégicamente en los pilares viéndose nítidamente el hermoso manto dorado que lo cubre por completo. Su posición es erguida, sin duda un hombre lleno de sabiduría y respeto. Sus cabellos color lila se ondean levemente por la brisa que recorre el escenario al igual que su gloriosa capa, objeto que le da una vista de majestuosidad y honra digna de un héroe. Su frente consta de dos puntos que identifican su poderoso linaje. Un lemuriano. Si... Mu de Aries, defensor del primer recinto del santuario conocido por poseer los poderes telequinéticos más poderoso entre los santos. "Esta presencia..." menta al sentir como un aura de inminente poder se acerca a su resguardo. Claramente una amenaza. Sin moverse ni un centímetro, sus pies parecen plantados en tierra mientas su mirada se mantiene fija en la puerta por donde espera pacientemente a que aquel que provoca esta terrible sensación en su interior se muestre ante su presencia**

*Como el lamento más desolador percibido entre las profundidades del infierno... Así es como resuena el soplo helado del viento noctívago, filtrado ondulante, entre largos y rígidos, arrastrando consigo las débiles llamas que dan luz a la atenuada escena donde, tras unos grisáceos vestigios humeantes, la penumbra consume cada rincón y cada esquina así como aquella imperiosa voz que resuena entre los pálidos muros -La Primera Casa... Aries- Vocifera engreído y alzado aquel individuo insigne -Se dice que, desde la Era en que el Santuario fue consagrado, ningún enemigo de Athena ah podido recorrer las Doce Casas sin perder antes la vida...- Afirma, sabio y tajante -Pero claro, esa proeza utópica no es más que una delgada y miserable escalinata frente a mí...- Dice, pausando su discurso para postrar su magnífica efigie de frente al vigía cual mismo se abría de maravillar con el porte impoluto de aquel esbelto sujeto, quien se ve contorneado por un vapor cósmico, hermoso y destellante cuyo esplendor se alza matizando la escena con un delgado tinte violeta -...Un Dios- Proclama al ornar su semblante con un pentagrama negro de lumínico halo púrpura, la coronación del Rey de la Muerte*

Tanatosu

Shi Wo Tsukasadoru Kami

**Los ojos del santo se mantienen carentes de toda expresión al contemplar a aquel que se proclama a sí mismo como un ente divino "¿Un dios?", la pregunta se queda solo en su mente observando el porte orgulloso de aquel que le visita. Puede sentirlo hasta en los huesos. -Un dios...- expresa de repente cerrando sus ojos, su cuerpo no se ha movido ni un centímetro más de pronto una bella estola de energía amarillenta comienza a ser expulsada por sus poros, un hermoso cosmos dorado que aunque se muestra tranquilo y apacible es la entrada a los más grandes misterios del universo... los más grandes misterios que guarda el Airiano mismo -¿Cuál es la razón de que alguien como tú haya venido aquí?- cuestiona el dorado conforme pasan los segundos. Sus cabellos comienzan a titilar no por la brisa natural, sino por el poder cósmico que los rodea. Un bello resplandor de esperanza en medio de las oscuras tinieblas que amenazan con cubrir el santuario ateniense… para siempre -¿Es qué acaso los dioses nos temen tanto que han decidido venir ellos mismos a imponer su corrupta justicia?-**