*…- Aun no entiendo por qué el señor Aiacos tiene tanto interés en esta vieja biblioteca…- Serian las palabras de un oscuro esqueleto del hades a su igual mientras avanzaban al compás de la marcha de la legión que logra posicionarse a la entrada de dicha estancia. -…Pues según dicen, tras de tanto libro inservible se encuentra la puerta para el reino de Poseidón, pero no sé por qué el señor Aiacos quiere ir a un reino vacío…- Respondería su compañero mientras su mirada se alza para admirar los griegos detalles en la edificación que a pesar de encontrarse en tan fría eh inhóspita región, se mantendría como en los primeros días. Una serie de murmullos resonarían en el vacío de dicha zona a causa de la intrigante razón del porque la armada del hades y más aún, la tropa de uno de los Kyotos se encontrarían allí. Mas todos esos murmullos se acallarían ante el paulatino sonido de las pisadas de aquel ser que infunde el más profundo terror y también paradójicamente, el más profundo respeto entre los ahora perfectamente formados esqueletos. Con gran rapidez y eficacia, un apresurado soldado avanza hacia una magnánima figura que se ve amparada por las sombras de los pasillos de la instancia – Mi señor, los alrededores están completamente vacíos y la puerta a la biblioteca se encuentra frente a nosotros…- informa mientras forja una postura de completa pleitesía a aquella alada figura que poco a poco se va mostrando a medida que avanza. -… Muy bien, la entrada a un mundo totalmente muerto esta frente a mí, será muy interesante reclamar los reinos del hermano del gran Zeus en nombre de nuestro señor… Hades- expresa aquel reservado comandante aun amparando su identidad en completa penumbra -… Arrasen con todo…- ordena con porte mientras inmediatamente un gran número de aquellos soldados avanzan con ímpetu y sosteniendo con fuerza aquellas filosas armas entre sus manos en pos de complacer a aquel hombre que con interés los observa…*

*… Y es así como aquella abrumadora y sorpresiva energía arrasa con un gran número de soldados los cuales salen disparados en todas direcciones y regando los marmolados pisos de los cuerpos de los caídos. La expectación y el temor entre los esqueletos sobrante es notoria  al mantener su posición aun temerosos de una nueva arremetida hacia ellos – Al parecer la Atlántida no esta tan vacía como pensaba jmjmjm – expresa aquella figura que comandaba a las tropas desde el anonimato y que ahora se muestra parcialmente revelando parte de su acorazado cuerpo en escena -… Gozas de un gran poder, pero el hecho que acabes con un grupo de mis subordinados no quiere decir absolutamente nada…- finaliza imponiendo confianza en los ahora esqueletos que retoman correcta formación y que muestran en sus ojos, una renovada fiereza mientras que una oscura y alada efigie rodeada de un maligno halito áureo, resalta tras de ellos…*

*…- Nunca pensé encontrarme con un último vestigio de las líneas defensivas de Poseidón, Un general de marina jmjmjm…- enuncia  aquella adversa figura que se presenta tras la línea defensiva de los esqueletos, más esta vez, la luz presente en escena revela la identidad de dicho personaje que dirigía a los esqueletos desde las lobregueces. Se trataría de un orgulloso hombre totalmente blindado por lo que pareciera ser una de las joyas del inframundo, un Surplice. Pero este sería completamente disímil, no se trataría de un espectro del hades común, cosa que la aprensión y la sumisión con la cual sus subordinados le observan darían a entender lo anterior. -… Es curioso, pero la sensación que irradia tu cosmos me es familiar…- añade endosando una leve mueca en aquel semblante donde un par de agudas orbes cerúleas se incrustan en el guardián de la biblioteca -…¿Tesoros dices?¿Que te hace pensar que el señor hades está interesado en baratijas de un dios que callo lastimosamente ante Athena?...- discute a sabiendas del gran poder del marina, más su propio cosmos se hace vigente tan magno y majestuoso, el mismo que entra en total pugna con las energías del marina, haciéndole notar de esta manera, que le importa un soberano bledo quien sea quien se le interponga entre su misión y el…- Apártate de mi camino, o sentirás la dicha de ser aplastado por mi mano, general marina...- *

* - No creo que sea de la incumbencia saber esa información...- responde tajante mientras su cuerpo súbitamente es rodeado por extrañas flamas oscurecidas que alzan relativamente la temperatura del ambiente al consumir gradualmente el oxigeno circundante -...Aun me intriga el porque siento familiar tu cosmos...- añade mientras en su mente recorre sus innumerables recuerdos de batallas contra adversarios de diversos reinos, mas sus facciones denotan una leve mueca al poder reconocer aquel poder cósmico del marina -... Ya recuerdo, aunque es extraño que tu cosmos sea ecuánime a un...- pausa sus dichos a causa del constante sonido metálico que nace de los ultimados esqueletos que yacen alrededor del marina, que ahora extrañamente comienzan a levantarse y abalanzarse con serias intenciones de contener al marina -...Santo dorado atheniese ¡jajajajaj!...- finaliza mientras un par de subordinados que se anteponían a la estampa del juez, también se lanzan con fiereza en pos al guardián de la biblioteca, empuñando con gallardía sus afiladas armas con las cuales disparan una serie de tajos tanto diagonales y horizontales buscando generar un perjuicio en honor a aquel alado espectro que atiende arrogante y soberbio a unos metros mas atrás...*

*-… ¿Ultimo? Que ingenuo eres…- acota endosando una leve mueca en su rostro mientras que momentos antes de que aquel fulminante ataque de Kanon, del pecho de uno de los esqueletos, un espeluznante crujido acapara el centro de atención para que al cabo de unos leves instantes, atravesando carne y hueso, una gran X energética emerge momentos antes de que el cuerpo de los esqueletos al igual que los demás que se abalanzaron son ultimados. Avanzando entre los grandes astros y la gran destrucción de las galaxias que se presentan en escena, la trayectoria de aquel sorpresivo contraataque del Rey Garuda se fija claramente en pos de impactar en la eventualidad a Dragón del Mar, abogando al factor sorpresa para asestar un considerable golpe hacia el guardián de la biblioteca y puerta a Atlantis. Mientras que en el lugar donde la estampa del juez se encontraba, solo quedaría un difuso reflejo de su imagen pocos segundos antes de ser consumido por la luminosidad de la explosión de las galaxias, dejando en total enigma el paradero y más aún, la integridad de aquel maligno espectro al servicio de Hades, mientras un gran estruendo resuena en el vacío de las tierras gélidas del norte...*

*…El escenario vuelve a recobrar nitidez al instante que el resplandor ejercido por el ataque de Kanon va en franca retirada hasta retomar una agitada pero marcada normalidad. El foco de atención esta vez, se centraría en los cadáveres de los espectros que una vez más yacen regados cubriendo completamente el salón que antecede las puertas de Atlantis. Mas no pasaría mucho tiempo para que nuevamente leves espasmos en aquellos cuerpos den paso a que lentamente se pongan de pie aun mostrando el arremeter del geminiano en sus cuerpos. -…Nunca entenderás ese lazo que les permite levantarse una y otra vez…- Es en ese instante que una omnipresente voz repica en el escenario, acto seguido de la reaparición del cosmos del juez el cual ahora demuestra un dantesco cambio en cuanto a potencia que hace unos instantes. -… Al contrario Dragón del Mar, tú me has sorprendido gratamente al dar veracidad a mis conjeturas… no puedes engañarme …- Poco a poco los dichos de Garuda comienzan a converger desde un lugar fijo, mas puntualmente desde las espaldas de un malogrado subordinado que yace colgado sobre el suelo sujeto desde su cuello. La postura del magistrado se muestra tras de el donde se logra vislumbrar de su estampa, patentes rasgados en el Surplice que portaba al igual que un solitario hilo de sangre en la comisura de su labio, además de la ausencia del astado yelmo que hace unos momentos vestía -… Tu eres uno de los 12 santos dorados que protegen a athena, pero…- pausa mientras una de sus botas pisan uno de los cascos de los esqueletos que fueron completamente fulminados para aplastarles y romperles sin piedad alguna -… ¿Cuál de aquellos nobles guerreros puede tener una ambición como para usurpar a uno de los guerreros del Hermano del Señor Hades? Jmjmjmjm…- acota mientras hace a un lado al desdichado subordinado que sirvió a Garuda para sortear en algún nivel el fulminante ataque de Kanon -…La curiosidad me tiene bastante intrigado jejejeje…- finaliza adoptando un semblante macabro y sombrío al unísono que el ambiente se ve sumido en una oscuridad tan profunda como la que nace desde la visual del Kyoto…*

*-…En fin…- conjetura al instante que su magnánimo cosmos hace presencia nuevamente envolviendo su cuerpo de una infinidad de bríos violarios que se hacen uno con el gran poder que el Juez muestra desde el momento que reapareció en escena. -… No eres más que un pobre diablo…- dictamina al instante que aquella oscuridad se ve reemplazada por la imagen de un circundante y hermoso universo, mas algo de ello no sería común, ya que una serie de orbes envueltos por un espeso alto purpura, los mismos que circundan por la totalidad del escenario, mas aquellos ojos permanecerían completamente cerrados -…Obsérvalo bien Dragón marino, tu dominio sobre las galaxias no son nada en comparación…- sus dichos resuenan en la inmensidad mientras que en cosa de instantes su corporeidad se posa a unos escasos metros de la estampa del adversario de turno -…¡¡Con el terror de la…- en ese momentos las energías del Juez alcanzan un punto sublime, al unísono que sus manos se entrelazan por frente de su cintura forjando con sus manos una x -…ILUSION GALACTICA!!...- Dictamina a todo pulmón mientras a sus alrededores, aquellos orbes se abren de súbito al igual que dichas manos entrelazadas y ambos despidan una magnánima luminiscencia que desata un gran resplandor dotado de gran potencia y destrucción que sumerge al terreno en una cegadora luz. Por unos instantes, las bibliotecas de bluegard se remecen por dantesca demostración de poder mientras poco a poco la nitidez de la imagen comienza a recuperarse, para que dé entre las ruinas de lo que fue la puerta hacia la Atlántida, la imagen de Dragón marino se muestre sobre los escombros, notándose de él, la deplorable condición en la que se encuentra, cosa que se puede observar en la ausencia de gran parte de sus escamas y por ende, un daño de gravedad transcrito en la multiplicidad de golpes que muestra su cuerpo ante la brutal embestida a quema ropa por parte del juez, - Vete, vete y escóndete tras las faldas de la diosa a la cual traicionaste…- exhorta Aiacos mientras sus manos regresan a sus costados observando el ahora lastimoso estado de un otrora orgulloso marina que ahora solo se muestra como una piltrafa incapaz de mantenerse o ponerse en pie a causa de sus graves heridas al instante, que el escenario poco a poco retorna a la normalidad mostrando la total destrucción de tan ancestral sitial...*

*-…Hasta el momento solo eh escuchado una sarta de palabrerías sin sentido, además ¿Cómo creer en una piltrafa humana que esconde sus intenciones tras traiciones y mentiras?...- Señala mientras da leves pasos rodeando al general marina, mas tras su andar, una vez más los cadáveres de los subordinados de Aiacos se levantan nuevamente, reafirmando su devoción en aquel ser malévolo quien observa complacido esta situación. Pausando su trayectoria,-… Hasta estos pobres diablos son más dignos que alguien que esconde su identidad… ¿Qué clase de gloria vacía buscas?...- cuestiona Aiacos mientras se posa tras un par de esqueletos los cuales alienta a arremeter con un leve empujón en sus espaldas, para que automáticamente, aquellos silenciosos esqueletos se abalancen con gran fiereza y prontitud, empuñando una vez aquellas afiladas armas que componen sus corazas. Este hecho se repetiría en varias ocasiones al instante de pasar el magistrado por las espaldas de sus subordinados quienes con gran rapidez rodean al general y adhieren al ataque de sus camaradas, todos compartiendo el mismo objetivo, Generar una diferencia que marque las primeras instancias de una gran victoria para los soldados del Hades...*

*…Y es así como aquella fiereza legión de esqueletos cumplencon su asalto, pero mientras su contacto se hacía inaplazable con el marina de Poseidón,extrañamente sus cuerpos iniciarían un poco usual convulsión acto seguido de unensordecedor  crujido de corazas,  de ellas, una serie de X violarías surgen delos ahora sin vida esqueletos y que dan paso a una infernal arremetida contrael ahora atónito Dragón marino. Sin más, una formidable batahola asistida porun portentoso resplandor influye al remecer de los cimientos de los ahora asoladosterrenos álgidos de Bluegard. Mientras poco a poco la luminiscencia inicia suretirada, la imagen de un arrogante magistrado se muestra cruzado de brazos yen la espera de lo que para él es inminente. En efecto, la serie de ataques aquemarropa han cobrado una nueva víctima traducida en el inerte cuerpo del peliazul quien yace boca abajo y desprovisto de toda protección y notoriamenteultimada -… Quisiera aclarar mis dudas jejeje…- expresa mientras después de unacorta caminata, la postura de Éaco se disminuye para con total confianza tomarla cabeza del cadáver para alzar su rostro y de esta manera disipar susinterrogantes -…Lo sabía, tu repugnante cara es igual a la del santo de Géminis,que lamentable para athena es saber que existe dicho traidor en sus filas… jeh…-exhorta dejando caer el rostro del geminiano y así, endosando una leve mueca desatisfacción inicia su avanzar hacia las tierras desoladas de Poseidón…*