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Clima: Propio del Lugar

Lugar:  Afueras de la Segunda Prisión

Trama: Los dioses olímpicos creen que Hades ha llegado demasiado lejos, y por eso envian a un grupo de sus mejores ángeles para someter al Señor de los Muertos y acabar con lo que queda de su ejército de espectros. Ícaro se ha adentrado en el Infierno, y su deber es eliminar a cualquier guerrero del Infierno que se cruce en su camino.

Inicia: Touma de Ícaro.

Termino: Hasta la muerte.

..:: Roll On ::..

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** - Las ordenes son claras, todo el que se atraviese en mi camino debe morir – Murmura el Ángel portador de la Glory de Ícaro, a medida que un sereno paso lo hace acercarse lentamente hacia la fachada de la segunda prisión, su corta estadía en el inframundo carecía de algún reto y la ansiedad poseía poco a poco su tranquilidad. La lúgubre apariencia de la segunda prisión no pasa inadvertida para Touma, el resquemor de conocer  que los castigados de esta zona del reino de Hades son los que pecan de envidia y codicia, y saber sus castigos, enciende las alertas a medida que el suave caminar termina por detenerse, frente a sus cándidos ojos, tan celestes como la línea del cielo misma, la majestuosidad de una arquitectura cargada de simbolismos y detalles atrae su atención y lo llenan de perspicacia, si lo oído era cierto, la segunda prisión del infierno era un sitio en el cual guardar precauciones, ya que no solo de una gran bestia se rumorea, sino también de la posible presencia de un poderoso centinela **

*A una escala que trasciende completamente lo hermoso, en verdad se encuentra la hegemonía de la segunda prisión, cuyos detalles y magnificencia son propios de una época que ha impregnado su huella en los orígenes del plano terrenal otorgado a los vivos. Una edificación donde el flujo del tiempo pareciera transcurrir más lentamente de lo habitual y , entre sus puertas, no se oye otra cosa más que el murmullo del aire, acompañado por gritos agudos y solitarios de las almas que son juzgadas por, en vida, haber cometido el pecado de la ambición… Sonidos que tienden una sutil invitación, al recién llegado, a ser espectador del tormento eterno que en su interior se experimenta…*

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'Vengan a mi sus corazones'