"Ha llegado el momento de que el sagrado Santuario de Grecia vuelva a despertar la vigorosidad en el corazón de una nueva era, las ochenta y ocho armaduras volverán a tener sus dueños... hombres que se asemejan a dioses, por su inquebrantable fe y la fuerza de sus convicciones... ¡Caballeros de Athena, es hora de equilibrar la paz sobre la tierra una ves más!"
Santuario de Grecia - Decimo tercer recinto.
Dentro de la llamada recámara patriarca un ambiente de suspenso invade en la soledad que alberga a una sola figura por el momento, más allá de los lustrados pisos y gigantescos pilares que sostienen el techo, se encuentra un trono, donde el sumo pontífice cuyo rostro es cubierto por una máscara dorada impidiendo que se revele su entidad parece estar sumido en sus pensamientos...
"...Las estrellas se han alineado de una forma extraña pude verlo...mmmh ¿acaso será que...?... Si, no tengo dudas aunque..."
Diagnosticando aquel hombre que está por encima de los ochenta y ocho caballeros en nombre de Athena el futuro del santuario, donde desde la ultima guerra santa, no ha sido la necesidad de convocatoria, de aquellos que han entrenado duramente para convertirse en caballeros, pero extrañamente, una presencia misteriosa irrumpe en el lugar, seguido de metálicos pasos que al descubierto, imponen la imagen de un joven, cuyo porte erguido y recto avanza de forma segura hacia la posición del sumo pontífice, reluciendo sobre su cuerpo una armadura de fondo blanco con hermosos detalles en celeste, finalizando en una tiara fina que rodea su rostro, dejando al descubierto su cabellera rubia...
Sus pasos se detienen a una distancia prudente y su cuerpo se agazapa, apoyando su rodilla siniestra sobre el piso e equilibrando su peso apoyando su puño derecho sobre el losado...
-Su excelencia...-
Demanda aquel que misteriosamente ha salido desde las penumbras del lateral derecho de la cámara patriarcal, pero más extraño aún, observando la reacción del patriarca, quien solamente se limita a girar su rostro como si supiera que desde un inicio que el estaba ahí...
-...Noesis de Triángulo...-
Inquiere aquel ser, quien con un elegante movimiento se pone de pié, dejando ondear su largo atuendo papal que demarca un respeto inquebrantable, al igual que su máscara, la seña de que aquel hombre que una ves sirvió con coraje a Athena, ha cumplido su ultimo voto, ocultando su entidad para ser el sumo sacerdote de Athena...
-...Algo ha estado inquietándome desde mi visita a Star Hill.... las estrellas han cambiado...-
Inquiere teniendo un tono más reservado en su ultima frase, pero aun así audible ante la cercanía de ambos...
-...Lo que siempre ha sucedido, pronto pasará... el santuario debe volver a restablecer su orden... las armaduras deben tener sus dueños otra ves...-
Sus palabras contienen un tono que impone respeto y autoridad, pero conjunto a eso, un montón de dudas que no demora en captar aquel caballero de Plata quien a pesar de sus pensamientos constantes y con muchos cabos sueltos, mantiene la calma y evita exaltarse, aunque sus ojos se abren de par en par, poniéndose una ves más de pié...
-...¿Qué sugiere, patriarca?...-
Dispuesto a cumplir su voluntad como fiel servidor y mano derecha de aquel hombre, quien da un paso al frente y enfoca su sombría mirada sobre aquel hombre que desde las nuevas eras lo ha ayudado en total secreto...
-...Todo aquel que aspire a una armadura, estará habilitado para la selección, muchos están preparados y ya es hora, el mundo pronto necesitará a sus guardianes de la paz y el universo...-
Tales palabras causan una total conmoción en el rostro del joven muchacho, pero a pesar de ello, mantiene su silencio y solo se limita a enfocar sus ojos hacia aquella máscara que emite pequeños brillos demandando su belleza...
-...Pero necesitaré que te encargues de ello... hay algo más que debo saber... y que llevará algún tiempo...-
Elevando su rostro cubierto hacia el techo del recinto, como si ese pensamiento causase una total inquietud en el, pero su ayudante y caballero de Plata de la constelación de Triangulo es quien emite con total seguridad...
-Sea cual sea su inquietud, Maestro, me ocuparé de que tenga tiempo para resolverlas... yo mismo me encargaré de las ocupaciones necesarias...-
-...Gracias, Noesis... se que puedo confiar en ti...-
Entonces todo el foco de atención comienza a desvanecerse, ante la reverencia de la diestra del patriarca para luego retirarse, dejando en claro de esta forma, el inicio de una nueva era, donde la oscuridad solamente puede ser vencida por la luz de cada una de las almas, de aquellos que dejan su vida por Athena y la tierra...
A partir de este momento, el Santuario retoma su actividad.
Los líderes: