****Una sombria figura se habia presentado en el lugar, bajo la cruel lluvia del infierno. Su cuerpo era cubierto por aquellas armaduras hechas con los minerales del inframundo, bajo orden del mismisimo Hades; Los surplices, delatando su postura como espectro al servicio de Hades. Y no era cualquier espectro, pues como el mismo se presento, era uno de los 3 reyes de la era mitologica, aquellos elegidos por el dios de la tierra de los muertos por sus caracteristicas justas para servirle, uno de los 3 jueces del Infierno, un Kyoto. Al escuchar sus palabras de superioridad, en el bello rostro de el santo de piscis una hermosa sonrisa se dibujo como trasada por el pincel de algun dios, para entonces responder...-¿Asi que eres uno de los jueces del infierno? Por tu apariencia legendaria, y aquel surplice caracteristico diria que eres Minos, rey de Creta,¿no es verdad?-. Un momento paso, despues de que el juez de el infierno hablara de la superioridad de los espectros, comparandolos con los santos de Athena. Con oidos sordos, y con aquel hermoso rostro aun con su sonrisa, el de la ultima constelacion zodiacal respondio...-Entonces... ya no seras un oponente basura como el restro de los espectros que he encontrado en mi camino, los cuales no han servido ni para calentar...Al fin! Un espectro digno de enfrentarse conmigo, el santo de oro de Piscis!- El viento mecia los azulados cabellos del extranjero, el cual avanzo un par de pasos en direccion de el espectro del grifo, para despues continuar con sus palabras de orgullo...-Minos... Yo no represento a la violencia ni tolero la sangre... dejame pasar y tu vida sera perdonada... Mis ordenes son estrictamente enfrentar a Hades... Alejate, Kyoto...- Es entonces que una pequeña aura del color del el sol comenzo a rodear el cuerpo de el santo mas hermoso de  entre los 88, como un rayo de esperanza en aquel mundo de muerte y oscuridad** [[ Que belleza... la de la rosa y la mia...]]

**Apesar de que las rosas tan rojas como la sangre con las que el santo de oro habia cubierto el lugar seguian desprendiendo su dulce y mortal aroma, envenenando el aire cada vez mas de aquel lugubre lugar en lo recondito de el Infierno, ahogando el lugar en su perfume de muerte, esperando la rapida intozicacion y muerte de el enemigo, el Juez Infernal aun se mantenia en pie. Sin embargo, Afrodita sabia y veia que Minos cada vez estaba mas cerca de su muerte, perdiendo su equilibrio y fuerza. Pero apesar de esto, con su temible cosmos, el de el surplice de Griffo habia logrado ejecutar una tecnica tan legendaria como poderosa. La llamada "Cosmic Marionette". Hilos delgados y veloces provenientes de los dedos de el titiritero de el infierno avanzaban en direccion del santo de los peces, con la intencion de apresarlo y convertirlo en el nuevo juguete de su adversario.  Apesar de esto, era evidente que Minos se encontraba intoxicado por las rosas diabolicas reales, y que su ataque no era realizado con todo su potencial. Afrodita, percatandose de el ataque, intento eludirlo, dando un agil y elegante salto en diagonal, acompañado por su increible velocidad, aterrizando unos varios metros lejos de el ataque. Pero pronto, noto con un miedo en sus ojos que aquellos hilos de Minos apesar de no estar a su maxima potencia, habian logrado apresar su brazo izquierdo. Este se encontraba inmovilizado, ignorando las ordenes de el santo de oro, atrapado por la horrible tecnica de el Kyoto, envuelto en sus hilos invisibles y en su maligna aurea purpurea. Mientras una gota de sudor tan helado como la nieve recorria el hermoso rostro de Afrodita, este se dijo a si mismo... -Apesar de estar perdiendo sus sentidos y fuerzas por mis royal demon rose, logro apresar mi brazo izquierdo con su tecnica... Su poder es enverdad temible... No por nada es el principal espectro de entre los 108...- Entonces, por un segundo, ahi conectado con el espectro, Afrodita tuvo una extraña sensacion. Como si aquella batalla ya hubiese pasado, siglos atras, enfrentando al santo de oro de piscis con el juez infernal de el griffo, Minos. No era el mismo lugar, pero Afrodita tuvo la sensacion de que el espectro de griffo se encontraba en un jardin de rosas rojas, haciendole frente a un valiente santo de oro de piscis.  Entonces, ahi atrapado como un pez en una red, Afrodita solo pudo seguir emanando aquella energia dorada tan caracteriztica de los santos de mayor rango, cada vez con mas fuerza e intensidad, sin despegar sus lindos ojos de la espectral figura y con una mueca de seriedad esculpida en su rostro de marmol. Afrodita sabia que tarde o temprano aquel jardin de rosas terminaria por eliminaria a Minos, intoxicandolo cada vez mas y haciendo que a cada segundo perdiera sus sentidos y su cuerpo se entumiera,  aumenmtando cada vez mas su numero de petalos carmesí y la intensidad de su dulce perfume de gentil muerte. Esperaba que el cuerpo de Minos pronto no se moviera como el desearia que lo hiciera, hasta que cayera inherte. Sin embargo el atrapado ahora era el dorado de Piscis, y debia ingeniarselas rapido para no caer victima de el Kyoto ** [[ Que belleza... la de la rosa y la mia...]]

**Era aquello algo extraordinario. Apesar de que el lugar estaba cubierto de aquellas temibles rosas tan rojas como la sangre, que desprendian un olor tan dulce como mortal, el juez parecia no ser afectado. Unos pocos segundos dentro de aquel campo de rosas hubieran bastado para envenenear y eliminar a un centenar de espectros, pero no a aquella figura tan importante en el inframundo. El polen envenenado parecia matar muy lentamente  al de el griffo, apesar de que el aire estaba infestado de el. El santo de piscis no podia creerlo. Sin embargo, algo mas preocupaba al de la doceava casa zodiacal. Su siniestra estaba atrapada por la cada vez mas podreosa tecnica de el juez infernal, la llamada "cosmic marionettion". Afrodita sentia como su brazo ya no le respondia como el desearia que lo hiciera. Aquellos hilos envueltos en un aurea purpurea enredados por todo su brazo parecian controlarlo a distancia a voluntad de el Juez.  Apesar de toda su fuerza y del el gran cosmos dorado que emanaba, el santo no podia mover su brazo izquierdo, el cual ahora era controlado por Minos. En un instante, con una sornsia pintada en el rostro de nieve de el juez infernal,  y sentenciando una frase arrogante para alguien en su estado, logro con su gran cosmos, acertar un movimiento, moviendo su dedo indice, de el cual un hilo invisible salia y atrapaba la siniestra de el caballero de Athena. Entonces, moviendo su dedo indice en direccion de el suelo, envuelto en esa luz del color de las tinieblas, una orden mando al brazo de Afrodita, el cual, sin pedir permiso a su dueño, tomo movilidad. Mientras una gota de sudor helado, lleno de miedo recorria el hermoso rostro de Afrodita, su mano, contra la voluntad de el santo, habia tomado una con el dedo indicey anular extendidos, para despues a gran velocidad acercarse al ojo izquierdo de piscis, a ese ojo tan lleno de fuego y poder de lucha, con intencion de arrancarlo. Afrodita veia con terror lo que el poder de el Kyoto era capaz. Un fuerte grito de dolor proveniente de el ultimo santo de oro retumbo por todo el infierno. Pero no fue el ojo azulado de el santo el que al piso cayo. Con una fuerza y una voluntad sobre humana el santo dorado de piscis habia logrado detener el ataque inspirado por el juez infernal Minos, tensando cada uno de sus musculos y en el intento, rompiendo su propio brazo, el cual ahora se econtraba empapado en su propia sangre, la cual respalaba, manchando la armadura de piscis y dejandose caer en el suelo infernal como gotas carmesí. Pero, apesar de su esfuerzo sobrehumano, el santo Afrodita no habia logrado contener todo el ataque a su bello rostro, el cual ahora, ostentaba una cortada. Justo bajo su ojo izquierdo,  un fuerte rasguño hecho por su propio brazo se encontraba, el cual tambien sangraba, resbalando por el bellisimo rostro de el santo de piscis, dando una iluscion de que el santo lloraba sangre. Al sentir esto, en el ahora manchado rostro de el de los peces una mueca de ira se dibujo. Y entonces, con una voz que imponia fuerza y autoridad, dijo al kyoto infernal...-Minos, has dañado mi bello rostro...  Esto nunca te lo perdonare... Veo que mis rosas rojas no son para ti, una muerte dulce no es algo que te merezcas... te destruire aunque sea lo ultimo que haga!- exclamo con reencor en su voz el santo, mientras su cosmos lleno de ira seguia en aumento, haciendose sentir en cada rincon de aquel mundo de muerte y dolor.  Apesar de que su ahora destrozado brazo izquierdo seguia preso de el juez infernal, Afrodita estaba determinado a acabar con aquel que habia osado dañarlo. Entonces, en su diestro brazo y como consecuencia de el gran cosmos emanado, una rosa tan negra como la noche se formo. Esta no era una rosa gentil y ducle como las anteriores. ¿Como era posible que una rosa cargara con tal poder destructivo?. Entonces, con aquella voz tan fuerte y llena de determinacion, el dorado de los pesces grito a los cuatro vientos...- PIRANHA ROSE!!!!-  Entonces, aquella rosa negra fue lanzada de su brazo, seguida de por lo menos dos docenas de rosas iguales, tan negras y podreosas como la primera, las cuales se dirigian al maestro infernal, y en su veloz camino a impactarse con el, desgarraban los finos hilos que ataban al santo de piscis a su titiritero, liberandolo asi de su prision. Aaquellas rosas destruirian sin dudar al kyoto que se encontraba bajo la influencia de las rosas rojas, y seguramente su cuerpo ya no responderia si trataba de esquivarlas. Ademas, su armadura infernal no era rival para el poder destructivo de las rosas pirañas, las cuales irremediablemente destruirian su proteccion como hojas de papel para despues hacer girones el cuerpo de el rey de Creta. Afrodita confiaba en su victoria.**   [[ Que belleza... la de la rosa y la mia...]]