**Es entonces que una aterradora presencia toma el protagonismo, imponiendo altivez y respeto con su solo porte al andar, el resonar metálico producido por sus portentosos pasos rompen el silencio que reina en aquel lugar; la representación misma del mal se logra observar en su rostro, la vileza hecha persona, implacable como solo él puede serlo aun entre los caudillos bajo el estandarte del señor del inframundo al ser la misma encarnación de la furia del Wyvern - Las fuerzas del señor Hades no tardarán en cubrir todo el globo, sumergiéndolo en la más obscura penumbra, yo mismo...Radamanthys de Wyvern, tercer juez del inframundo, seré el encargado de dicha tarea...- se le oye decir con una seguridad y convicción, donde no es visible ningún signo de duda, pues sus frías y mortíferas facciones imperan e intimidan a cualquiera a su alrededor...La bestial cabeza del Wyvern ostenta en sus manos, un diabólico yelmo que adornaría su cabeza para la batalla con todo su poderío como parte de su sagrada surplicie, de la cual un par de gigantescas alas nacen a sus espaldas como toda una maléfica eminencia, de modo que centrado en la entrada al castillo Heinstein, el fiero juez del inframundo es quien se dispone a hacer efectivo su poderío como principal representante del emperador del más allá. Para con mano sebera e incluso cruel, hacer presente su voluntad y bienestar del señor de las animas y todo su reino**
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