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| De: Sharingan (Mensaje original) |
Enviado: 18/12/2011 03:05 |
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*Sobre un risco aberrado, antiguas columnas se yerguen agónicas ante el paso del tiempo que azota su pálida estructura, así como el insaciable oleaje del mar arremete contra la costa; por debajo de aquel templo decadente, del cual solo quedan mitos, recuerdos y escombros, se encuentra una caverna cual misma posee un lúgubre pasado pues esta presume de haber sido la condena de aquellos quienes alzaron su puño en contra de la Diosa de la Justicia... Resguardada aún por los opacos barrotes de frívolo metal, la cárcel esconde en su interior un escenario caótico pues sus paredes interiores lucen ahora destrozadas, por los suelos el rocío marino se mece sobre escoria de roca aún humeante... Tras de toda la destrucción, una cámara secreta coexiste entre la tétrica escena donde un profundo abismo proyecta una increíble y poderosa energía, como si el paso de un Dios hubiese marcado el oscuro sendero... ¿Serán los Caballeros de Athena lo sufrientemente intrépidos para traspasar el portal?*
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** - Finalmente, el Cabo Sunion. - Anuncia el caballero de Piscis, escuchandose por el paraje su delicada voz, antes de ser devorada por el rugido de las olas, que se baten furiosas contra las formaciones rocosas bajo un tibio sol de mediodia. A orillas del risco se yergue, admirando el panorama por entre sus dorados cabellos, pensando unicamente en los motivos de su mision. No obstante y por unos segundos se pierde en las maravillas del perfecto paisaje.
Una brisa salina hace bailar su pelo, al igual que las tunicas de seda que envuelven su cuerpo, son sacudidas por el mismo gentil ventarron. Extraño es que no lleve puesta su armadura, quizas no considera que el peligro sea el suficiente para prevenirse, o quizas es tan osado que desafia la muerte a cada momento, sea cual sea la situacion, las ordenes del patriarca fueron claras y Cardinale esta dispuesto a cumplirlas, por lo que aferrando la caja contenedora de su sagrado cloth a su espalda, el santo comienza a bajar a paso lento por las humedas piedras hacia la entrada de la antigua carcel, con expresion serena, sin miedo y sin ansias, asi como un verdadero guerrero debe ser. Algo extraño paso en el Cabo Sunion, prision de traidores a la diosa. ¿Sera Cardinale capaz de desentrañar los secretos de su destruccion? **
~ Las personas no suelen seguir ciegamente el camino del bien ~
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** Benévolamente apolo el astro rey brinda su agradable calor en aquella zona en Grecia frente a un imponente mar mediterráneo un paisaje hermoso que incita a la serenidad al son del ruido emitido por las olas al colisionar con los peñascos cerca de aquella tétrica prisión reservada hacia los prisioneros de guerra, una serie de pasos con ecos metálicos descendiendo por una escalinata a paso sereno uno de los doce caballeros dorados la cloth del capricornio resguarda aquel esbelto cuerpo cuando su estampa reluce al máximo ante el destello solar se ve reflejada en su armadura, y una suave caricia eólica aquella brisa refresca su sereno rostro al mismo tiempo que ondea su pulcra capa de seda tanto como sus mechones frontales oscuros y su cabello sujetado en forma de cola de caballo, llega así al lado de su camarada de armas ordenados por su ilustrísima a efectuar aquella misión. - No sientes algo extraño en cabo sounion, cardinale?. - emite vocalmente al doceavo caballero dorado cuando culmina su caminar postrándose al lado derecho mientras recarga su humanidad en un pilar. Cruzando sus extremidades superiores centra de esa manera su atención en rumbo del cavernoso interior oscuro de aquella prisión antes de adentrarse. **
( en ausencia del santo de pegaso, yo izou de capricornio alzo la mano y lo sustituyo )
Izou de capricornio guardian del decimo parthenon
`` Sucumbe ante el poder de la espada que lo corta todo Excalibur. !! ``
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** Poco sorprendido se ve el Caballero de Piscis ante la llegada del capricorniano, mas una mueca sarcastica se dibuja durante un segundo en su emblematico rostro. - Izou... - Pronuncia dirigido a su compañero, mirandolo a ojos entornados. - Es claro que el Patriarca considera esta encomienda de suma importancia como para enviar a dos Caballeros de Oro al cabo Sunion... - No pudo evitar lanzar una leve y picarona risa antes de proseguir. - O quizas esta demasiado asustado de que esto se salga de sus manos. ¿No lo crees asi? ¿Izou? - Finaliza acercandose a su compañero de armas dirigiendo la vista hacia la caverna, dejando que sus ojos se pierdan en la extensa oscuridad de la misma, la unica tiniebla bajo la radiante luz solar. Los segundos pasan raudos, apurados por el padre tiempo para abalanzarse como misiles divinos contra la vida de los humanos, sin embargo la vida es hermosa y radiante a cada momento, y Cardinale, el precioso, es la prueba de ello. Sus pies se hunden en la arena acercandose a la entrada de la prision, y la mitica Caja de Pandora a sus espaldas brilla en contraste con la arena y el sol, dando vida a nuevos matices. Ya cercano a la cueva, el santo lanza una ultima mirada de reojo a su compañero, mostrandole asi sus orbes celestiales tan verdes como el cesped, tan vigorosos como un campo de rosas. - Entremos... - Exclama volviendo su vista a las penumbras, iniciando asi sin esperar a Izou, una caminata valiente hacia la verdad del Cabo Sunion. **.
~ Las personas no suelen seguir ciegamente el camino del bien ~
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** El caballero caprino deja de recargar su esbelta humanidad en aquel pilar para perfilarse a seguir a su camarada de armas dado paso a paso resuena mas el sonoro eco metalico firme en aquel sendero mismo que habra de guiar hacia el misterioso interior. - Cardinale que sera aquello que mantiene inquieto al patriarca? -comenta con serena tonalidad cuando sus pisadas se hunden en el suelo arenoso manteniendo la espectativa de lo que llegase a sucitar, atento y preparado para cualquier eventualidad conciente de la mision encomendada de tal manera no habria de bajar la guardia ni mucho menos confiarse, llegando asi a la cavidad rocosa mojando por momentos sus botas doradas devido al tenue oleaje que apenas llega a acariciar los linderos del interior de la prision, mientras sus cafecinas iris oscuras mantienen su mirada en aquel oscuro interior tan lleno de misterio mismo que llamo la atencion de aquel sagrado ser entre las ochenta y ocho constelaciones a tal grado de mandar dos caballeros dorados en busca de respuesta. **
Izou de capricornio guardian del decimo parthenon
`` Sucumbe ante el poder de la espada que lo corta todo Excalibur. !! ``
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** Ambos santos ingresan decididos a la prisión, siendo guarecidos por las húmedas paredes rocosas, así como el piso y el techo. Tanto el de afilado puño como el hermoso domador de rosas, valientes y nobles santos de oro que velan por la seguridad del mundo, intentan de una forma u otra familiarizarse con los misterios que las olas traen e inundan la cárcel, sin saber bien que clase de presencia o peligro podrían encontrar mas allá del rugiente sonido del océano. " Que extraño. " Piensa analítico Cardinale. " Por mas que avanzamos no siento amenaza, nada. ¿Acaso vine hasta acá sin razón? " El de Piscis se muestra mas molesto, sin embargo su andar se ve detenido por su propia voluntad, al divisar un resplandor frente a el, rompiendo la monotonía del lugar. - Izou - Pronuncia invocando a su compañero un tanto extrañado. - Parece que dimos con algo. - Dictamina esperando la respuesta del Caprino, cada vez mas cerca de descubrir la verdad o tal vez algo mucho mas oscuro y antiguo que la misma historia. **
~ Las personas no suelen seguir ciegamente el camino del bien ~
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