**El embaldosado celeste que recubre el pulcro y marmóreo suelo de Atlantis refleja ahora una sombra de una oscuridad nunca antes vista en aquel sitio que normalmente siempre supo encontrarse en paz, hasta ahora - Atlantis... el sitio en donde se supone habita el Dios de los mares-... se oye musitar desde alguna ubicacion incierta a una voz de una tonalidad casi tan prodigiosa y armónica como la de un ser venido desde un sitio privilegiado, unico, reservado únicamente para las Deidades -Sin embargo, hasta ahora no he podido ver nada mas que simples... mortales.- acaba de expresar como si aquella última palabra le causara asco, siendo ese el momento en que el cielo pareciera abrirse, pero no es mas que la superficie del mar lo que comienza a ceder ante la magnánima presencia de uno de los Semidioses gemelos del Inframundo cuya figura comienza poco a poco a ser visible a lo alto del firmamento mientras, rodeado por una burbuja, continúa en su descenso deslizandose por la atmósfera con una soltura y magnificencia únicas e incomparables**
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