A pesar de que en el Inframundo existen algunas almas destinadas a un determinado sufrimiento según la Prisión que les corresponda y otras tantas simplemente a vagar errantes por nuestro territorio, todas se encuentran bajo la protección del Señor de la Oscuridad... Sólo por eso, merecen el cuidado de nosotros, los Guerreros de las Sombras, quienes mantendremos el orden y la armonía en los dominios del Verdadero Emperador.
He escuchado el rumor de que hay un aprendiz que se burla de las mismas amargando aún más su existencia fuera de lo ordinario.
Minos, tu como uno de los Jueces del Inframundo, deberás ir a donde ese niño a los fines de ponerlo en su lugar, enseñándole cuál debe ser el comportamiento de los que servimos a la Oscuridad, ubicándolo en el lugar que le corresponde.
No toleraré actos irreverentes e insolentes en este Inframundo.
He dicho,
Garuda