Una toma panorámica del santuario de Athena descubre cuan basto es ese territorio describiendo a la perfección además su característico estilo arquitectónico la distribución milenaria de cada una de sus edificaciones y de las secciones que lo componen.
Así pues, con un recorrido óptico se puede apreciar el coliseo, el anfiteatro y algunas villas, más allá el gimnasio y finalmente las doce casas del zodiaco, los templos que anteceden y protegen la habitación del gran maestro y finalmente la recamara de la Diosa Athena, aquella que sostiene en su parte superior la imponente estatua de Athena.
En este antiguo pero enigmático lugar sobresale una de las construcciones mientras gana toda la atención del momento, la casa de capricornio, la número Diez en la cuenta de los signos del zodiaco.
- Parece ser que la actual invasión de las fuerzas de Poseidón es inminente y no existe nada que lo pueda evitar. Como si fuera un ciclo interminable en el cual, la ambición se enfrenta con la justicia verdadera. -
Dice Shura, el hombre que ha logrado conseguir la sagrada armadura de Capricornio mientras recorre un largo pasillo central en el decimo templo.
- Sin embargo la justicia siempre será apoyada por los caballeros de la Diosa Athena... como ha sido desde el principio de los tiempos... desde el principio de los enfrentamientos. -
Añade cuando solo se ve su espalda y la larga capa blanca que lo cubre mientras se dirige hacia una puerta muy brillante al fondo del pasillo pero que coincidentemente está colocado el centro exacto de toda la casa.
- Por lo tanto. La duda, el temor o el miedo no deben de significar nada ni ser un obstáculo. Mientras la fe y la fidelidad por nuestras creencias se mantenga encendida. Ningún intruso, enemigo o ser de este o de otros mundos podrá derrotar a los caballeros de la Diosa Athena. -
Finaliza mientras penetra el brillo de la puerta que lo comunica con una habitación mucho más iluminada que el resto de la casa, un cuarto brillante y pulcro que invita a la paz y a la tranquilidad y que llena el alma de una inmensa armonía, pues, en cada una de sus paredes se aprecian miles de querubines en una inquebrantable armónica. Un lugar idílico que parece incluso recrear el sonido se apacibles arpas cuya melodía es embriagante y tranquilizadora a la vez.
- Esa es la lección y la herencia que ha venido atravez de los tiempos... -
Mientras habla se dirige al centro del cuarto intercambiando sus palabras con recuerdos bicolores en su mente.
- ! Por Athena no vamos a rendirnos ! -
Se escucha con un fuerte grito proveniente de un hombre vestido por una armadura Griega muy rudimentaria y propia de la antigüedad
- Pero, ellos son muchos y portan esas corazas que les llaman escamas. Nunca podremos derrotarles. -
- Olviden eso. En nuestra mente debe de estar el ideal de Athena y la razón por la que estamos arriesgando nuestras vidas. Recuerden las leyes que la Diosa nos ha entregado. El amor, la paz, la esperanza y la justicia más pura. Esos valores son los que ella quiere para este mundo y por esas leyes vamos a dar la vida. -
Acto seguido el grupo de soldados son impactados por una terrible explosión siendo despedidos hacia todos lados
- ¡Llegaron, son las marinas del Dios Poseidón! -
Así continúo la primer batalla de la historia entre Poseidón y Athena pero al final, entre llamas y sobre una pequeña montaña de cuerpos muertos se puede ver al hombre que lideraba la revuelta, completamente agotado pero satisfecho por la batalla desarrollada.
- Gracias a tus palabras y a tus acciones en batalla todos hemos respondido a las leyes de Athena. En verdad nunca has perdido la fe en la Diosa y has logrado impregnarnos de ese valor. -
Adjunta un de los pocos sobrevivientes, 11 en total más el otro hombre, todos y cada uno de diferentes constelaciones zodiacales mientras la mirada seria y firme del guerrero se levanta describiendo el orgullo que siente por tan importante logro.
- Sera mejor nunca olvidar la historia ni las leyes que dicta la divina Diosa Athena. Solo eso nos permitirá algún día terminar con estas guerras. -
Dice Shura cuando todo regresa a la normalidad y el rostro del viejo guerrero se empalma con el de una estatua, cambiando el color de su piel y los restos de sangre y ceniza por la palidez del mármol.
- Y yo, Shura de Capricornio. Seré un fiel guardián y seguidor de esas normas que fundamentan las intenciones a la Diosa Athena. No existirá un guerrero en todo el mundo que sea más fiel que yo a estás leyes que rigen el sagrado santuario ni más fiel a la Diosa Athena -
Acto seguido da media vuelta ondeando su larga capa de forma sumamente elegante para salir del cuarto, mientras la óptica se centra sobre el rostro frio de mármol del soldado que observa hacia arriba donde ahora se puede ver la imagen de la diosa Athena entregándole una espada. El símbolo de aceptarlo como su guerrero más fiel debido a sus acciones en la primera guerra contra Poseidón.
Luego se puede escuchar la voz de Shura mientras la óptica se retira de la estatua y de la casa misma.
- Solo eso me hará ser un verdadero caballero y respetar el don divino que la misma Diosa me ha entregado como legado atreves del tiempo. La legendaria espada Excalibur. Legado para los caballero más fieles a la Diosa Athena atraves de las eras. -
Shura De Capricornio
Entre todos los guerreros existente, soy el hombre más fiel a la Diosa Athena