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Aun atormentado por las incesantes interrogantes que acosan
y más aún, llevan a una situación o estado de completa confusión. Los pasos de Géminis
lo han llevado por pedrosas y peligrosos riscos, sorteando un sin fin de
peligros que para una persona común lo llevarían a su propia destrucción. Ya pudiendo distinguir aquella dantesca
estructura rocosa que su punta alberga a tan sacro sitial para el patriarca,
Saga se permite un momento para recibir en su rostro la fresca brisa para apaciguar
su ser por un momento, mas no sería demasiado, ya que una gran energía maligna
se deja sentir pesadamente lo que lleva a Saga a abrir sus orbes con rapidez y
buscar con su mirada el responsable de aquella sensación. Gigantesca seria su
sorpresa al contemplar a unos metros de su perspectiva, la figura de un
gallardo hombre vestido con amplias túnicas blancas y en sus hombros
relucientes corazas rojizas con grandes picos metálicos, más el foto de atención
se centraría en aquel casco similar al del patriarca del santuario pero con la
diferencia de ser más oscuro y tétrico plasmando una oscuridad que acompaña el
interior del yelmo donde el rostro de este personaje yace cubierto por una lúgubre
mascara.
“…¿Qué significa esto?... esos ropajes son iguales a los del patriarca
pero …… esa tonalidad tan macabra… “
Menta para sí tratando de dar veracidad a
lo que ven sus ojos al instante que aquella inusual figura frente a si emprende
leves pasos hasta posarse a abreviada marcha
entre el santo dorado y el
-…¿Sorprendido Saga?, pues a mí también me da mucho
gusto volver a verte después de tanto tiempo…-
Expresa en un tono familiar
mientras que Saga frunce su ceño ante la naturalidad del recién llegado para consigo
– Desconozco completamente de donde nos conocemos y no creo tener relación con
alguien de un cosmos tan manchado de oscuridad como tú, de todas maneras, te
ordeno que muestres tu rostro y me digas porque vistes los hábitos del
patriarca…-
Exhorta con porte el geminiano mientras alza su diestra con garbo y
apuntando a su ahora adversario con la punta de su índice a lo que aquel adverso
personaje solo manifiesta con una leve risa para luego llevar sus manos hacia
el yelmo y desprendiéndolo de él, dejando libre al alongado cabello gris que se
encontraba escondido
- ¿Tantas cosas han pasado para que alguien tan solemne y
respetado como tu desconozca una parte tan importante en la historia del
glorioso santo de géminis, Saga?... Me parece absurdo que después de tener una
tan abrigada ambición hayas sucumbido pidiendo el perdón de alguien tan insulso
como athena, pero no te preocupes, ahora te revelare eso que tanto temes –
Responde de forma seria y lúgubre para dejar caer el yelmo patriarcal e
inmediatamente llevar su zurda en dirección a la macara y con gran expectación comenzar
a desprenderla de su rostro aumentando la tensión en saga quien de un momento a
otro observa atónito y sin creer lo que ven sus ojos que la identidad de aquel
oscuro personaje seria ni más ni menos que si mismo pero con un aspecto maligno
y con unos ojos inyectados en un rojo que rayan la demencia
– No…no puede ser…¡Nooo!-
vocifera géminis quien se cubre sus ojos y cae de rodillas a los rocosos suelos
tratando de soportar aquella oleada de recuerdos acompañada de un fuerte dolor
en su cien a la vez que la risa del Saga maligno resonara en el ambiente mermándose
hasta desaparecer por completo. Después de unos instantes de completo silencio,
Saga lentamente quita sus manos de su rostro y alza la mirada bastante agitado
en pos de la imagen de su maligna contraparte la misma que ahora ha
desaparecido completamente. Totalmente atormentado por las dudas y con una sensación
de vacío aún más pronunciada que antes, casi como un ser sin conciencia inicia
su andar en dirección al lugar que las visiones en el templo de géminis le han
demarcado el camino que debe trazar, no sabe porque o como, pero algo dentro de
sí lo invita a indagar y sumergirse en dicho viaje...
“Renunciar a la idea de ganar antes de empezar, equivale a perder sin pelear... ...Yo jamás le temería al cosmos de un cobarde como tú"
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Por otra parte, esa energía maligna y esas bastas sensaciones de crueldad llegan hasta otro de los sagrados recintos dentro del santuario, ya que es nada más que Aldebarán de Tauro, quien situado en la salida interior del segundo templo del Toro Dorado, mantiene su mirada fija con su ceño fruncido y un amplio gesto de preocupación y exaltación...
"¿Pero que demonios fue eso?..."
Menta mientras que las secuencias sonoras y demás comienzan a perder tonalidad hasta esfumarse en el aire, dejando una ves más ese silencio que reina en el paso de las doce casas...
"Fue como si de un momento a otro, una energía muy poderosa y maligna, aplacara a la misma del Caballero de Géminis, Saga..."
Cuando una de las brisas golpea con violencia al titánico cuerpo del protector de Tauro, generando un vaiven de su larga capa de seda que prende desde sus gigantescas hombreras doradas, emitiendo una sensación de misterio y a su ves, intriga en el ambiente...
"¿Pero como? Saga, el caballero de Géminis tiene uno de los cosmos más poderosos en el santuario, ¿Como es que esa energía ha podido apoderarse de la de saga y luego desaparecer?..."
Cuando entonces, un escalofrío recorre el largo de la colosal espalda de Aldebarán y la preocupación se refleja aún mas en su moreno rostro de ojos aún, permanentes en la estructura apenas visible del templo de Géminis...
"¿Acaso será que...? No puede ser, me niego a creerlo, Saga es un noble caballero dorado, que fué capaz incluso de encerrar a su hermano en Cabo sunión por sus pecados"
Entonces el rostro del santo de Tauro cambia repentinamente a uno mucho mas euforico, al notarse sus dientes apretados, dejando soltar tan solo unas pocas palabras a causa de sus suposiciones...
-¡No puede ser!-
Para ver ahora, como la amplia noche y la tranquilidad del santuario, son las que refugian los oscuros secretos, que puedan llegar a desarollarse en el templo, de las Dos Caras...
Taurus Aldebaran |
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